MISSING
ALBERTO FUGUET
ALFAGUARA
"Hasta que capté que lo que tenia que hacer era morir pero seguir vivo. Desaparecí. Ese fue mi regalo mi sacrificio. Dejé de estar: no les daba alegrías, no les llevaba nietos o dinero o fama o incluso mi propia persona. Me consta que descansaron. Desaparecí: para la sanidad de ellos y para conquistar la libertad que nunca tuve".
Una mañana, Carlos Fuguet desapareció. Carlos Fuguet pasó a ser nadie, un inmigrante perdido en la inmensidad de norteamerica. Pero treinta años después, su sobrino Alberto Fuguet se obsesiona con encontrarlo y desde Santiago de Chile inicia un viaje físico y moral al suroeste de Estados Unidos en busca de su tío. Cuando alguien se va,desaparece, se esfuma, siempre hay un motivo y el de Carlos era romper con todo, dejar de ser quién era. Necesitaba dejar de sentir el desprecio y la vergüenza que su familia sentía hacia él, pero más que nada, necesitaba dejar de depender de ellos. "Una familia te ata, te vigila, opina, te obliga incluso a pedir permiso, si te matas, sufrirán, si vas preso, sufrirán, si no tienes hijos sufrirán, las familias no saben otra cosa que sufrir, es la manera que tienen para de vez en cuando parar la angustia y creer que son felices". Carlos creía que debía de renunciar a su familia para no hacerlos sufrir pero en el fondo lo que quería era dejar de sufrir él mismo. Probablemente fuera un acto de cobardía, una huida hacia adelante, un no querer enfrentarse a la vida y eludir las responsabilidades que ello conlleva. Gente como Carlos, lo que necesita es que nadie los busque, pues no desea que lo encuentren.
Yo necesitaba libertad, a todo costo. El dejar mi gente, mi pasado, no me pareció tan doloroso o penoso. Sentí que apagaba un televisor ruidoso y gritón, con el que sin duda tenía un lazo, que me había acompañado por años, por un silencio nuevo. Por un mundo mío. Solitario, quizás, distinto, pero libre.