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miércoles, 3 de febrero de 2016

SERÉ DUDA

Con los diarios de Andrés Trapiello me pasa una cosa curiosa y es que antes de empezar a leerlos ya se que me van a gustar. Yo no tendré dudas. Dejemos al autor que diga de que van:  En realidad eso es lo que hace uno en estos cuadernos, traer cosas de todas partes a ellos, y a diario, porque lo hace cada día. Reunidos para el juicio final, el de su Resurrección. Después se dejan macerar diez años y las cosas anotadas en el cuaderno las sirve en forma de Duda. Algunos jueces supremos le ponen algunas pegas a los diarios: qué si son muy extensos, qué si siempre dicen lo mismo. Estos tienen una existencia más triste que el Juez Elpidio en excedencia forzosa. La vida siempre es la misma pero a la vez diferente, a unos les parecerá corta y a otros más larga que un día sin pan. Un diario no deja de ser un trozo de vida y los de Andrés Trapiello siempre me parecen cortos. Entre su lectura y las siguientes tengo que hacer una parada biológica como las sardinas. Además en los últimos diarios el escritor toma las cosas con más ironía. Será que, para unos la vida empieza a ir en serio, como el poema, y en cambio para otros es una broma del destino. El retrato de dos escritores y un cantante, fácilmente reconocibles, me produjeron verdadera hilaridad. Que no te quepa la menor duda estos diarios hay que zampárselos empezando por los seis prólogos, el último con el sugestivo titulo de Prólogo final. Que corta se nos haría la vida en prólogos. Sobre todo si fueran de Andrés Trapiello. 

miércoles, 20 de febrero de 2013

AYER NO MÁS

La novela de Andrés Trapiello está narrada de tal manera que lo que estamos  leyendo son los pensamientos de los personajes. Las reflexiones llegan a nosotros, en estado puro, sin pasar por el filtro de las palabras.
En los primeros días de Guerra Civil un niño presencia el asesinato de su padre por unos falangistas y setenta años después reconoce, de manera fortuita en una calle de León, a uno de los que participaron en el suceso. José Pestaña, hijo de uno de los falangista, es testigo del encuentro.La novela se desarrolla en la época actual, cuando está en pleno debate la Ley de Memoria Histórica  El hijo del  asesinado en la Fonfría, lo único que quiere es saber dónde está enterrado su padre y recuperar sus restos. En este caso sabemos que el padre fue una victima inocente, en otros, la victima también pudo haber sido un verdugo. En la Guerra Civil Española, como en todas las guerras, unos son buenos y otros malos. Qué cada cual elija bando. Algunos escritores, como Andrés Trapiello, nos ayudan a comprender ciertas partes de nuestra historia desde un punto de vista más objetivo y para ello utilizan lo que mejor saben hacer, la palabra escrita. "El otro día leí que para contar lo que sucedió no sirve la historia, sólo la novela puede hacer algo por la verdad, la verdad en una guerra no existe..." Esta frase puesta en boca de José Pestaña resume muy bien lo anterior.    
"... Decía Tolstoi que en la invasión napoleónica y en la guerra que le siguió millones de hombres de uno y otro bando cometieron una cantidad tan enorme de crímenes, engaños y traiciones, robos, falsificaciones de moneda, saqueos, incendios y matanzas, que la historia de todos los tribunales del mundo no reuniría nada semejante en el transcurso de varios siglos; y, sin embargo, la gente que cometía esos delitos no llegaba a considerarlos como tales, ¿Cómo convenceríamos a los culpables de que cometieron esos crímenes? 

domingo, 19 de febrero de 2012

EL GATO ENCERRADO

EL GATO ENCERRADO
ANDRÉS TRAPIELLO
EDITORIAL PRE-TEXTOS

"Ya se que se ha escrito todo ya. Pero conviene repetirlo, para que no se olvide" Marcel Proust 

El gato encerrado es el primer diario de Andrés Trapiello; el último: Apenas Sensitivo. Diecisiete diarios publicados.  En el año 2010 hay una tercera edición Del Gato encerrado en la editorial Pre- texto, la que acabo de leer y disfrutar. Desde la publicación del primer diario en 1990 hasta hoy han  transcurrido veintidós años. Ya entonces, como se puede comprobar en este primer diario, Andrés Trapiello escribía  muy bien;  los escritores no se hacen, nacen. Yo como lector de "oído" se cuando algo suena bien y los diarios de Andrés Trapiello, suenan muy bien. Los títulos ya invitan a la lectura: Las nubes por dentro, Una caña que piensa, El fanal hialino, Troppo Vero, Las Inclemencias del tiempo.
Como también escribo de Oido...duro, mejor me callo y pongo un tráiler, cómo en el cine.    

APRENDEMOS de los poetas. Nos enseñan a mirar el pasado sin que temblemos por ello. A mí sólo me conforta el pasado, recordamos haber leído en un viejo libro de versos. Que todo haya pasado. Vivir para poder contarlo. En la vida de un hombre hay, sin embargo, un segundo supremo que se escapa al pasado: su propia muerte, aquello que puede ser contada por todos, menos por su protagonista. Es el único segundo de futuro que a un poeta le interesa. Todo lo que escribe lo hace para preparar ese segundo. (Incluso el genio popular poético se inventó un Cristo para ese instante: El de la Buena Muerte.)
Por eso la muerte, la idea de la muerte, nos hace tanto daño. Siendo lo único verdaderamente nuestro, puesto que no podemos ni transferirla ni aplazarla, no nos pertenece. Las cosas pertenecen a quien pueda contarlas. Un poeta, se ha dicho, tiene el don de conocer el mundo, el don de la palabra, pero no tiene el don de la única palabra que le importa, que busca vanamente entre todas las demás palabras: la palabra en cuyas sílabas se esconde la cifra de su propia muerte. No la fecha, sino la cifra, el enigma. Ese primer golpe de vista desde allí hacia aquí. En buscar esa palabra quema su vida. Por eso en todo poema leemos un secreto ruego. El que el poeta le hace a Dios. Le pide que le acompañe esos primeros metros de la muerte. Le pide la primera palabra de la muerte, aunque luego Dios no exista, aunque después Dios sea omnipresente, eterno y poderoso. 

Mi gata está encerrada muy feliz

domingo, 28 de agosto de 2011

APENAS SENSITIVO (ANDRÉS TRAPIELLO)



Apenas Sensitivo es la última entrega de los diarios de Andrés Trapiello. La mejor sin duda . Con los diarios de Andres Trapiello siempre se plantea el dilema de si son novela o diario. Pues ahí va una opinión más: son unos diarios que se leen como novela, pero con la diferencia de que la novela el autor la confecciona a su gusto y en los diarios el gusto lo dispone la vida. "¿Miner y eso se te ocurrió a ti solo?". "Pues no, eso también se le ocurrió a Trapiello, a mi solo se me ocurren maldades":



...Claro que uno piensa estas cosas en una novela, donde todo acaba armándose a gusto de uno, pero la vida, caótica y sin sentido, se dispone de otro modo, y a los dos meses la guapa e inteligente, pierde toda la tranquilidad y todo el orgullo y manda a su marido inteligente a freír cuernos, y se larga con uno que no es inteligente, que come hamburguesas y disfruta haciendo cruceros organizados por el Mediterráneo. No lo quiera Dios.

La novela comienza con una carta del amigo X que

 "...Y no hagas caso a los lectores ya adictos del diario, ni en público ni en privado, porque (incluidos los amigos ) les cuesta más oponer reparos que mantener la discreta conformidad (también rutinaria)...Los diarios que has publicado constituyen ya por sí mismos un corpus considerable, y un logro, supongo, de la literatura española actual: urge, pues, cerrar el proyecto para preservarlo. Los riesgos de continuarlo, aun refundado o vigorizado, no garantizan ni mucho menos lo logrado hasta hoy, y de seguir por ese camino esos libros se convertirán en la expresión de un romanticismo suicida"

El X anterior no se si será el amigos X de la pagina 275, pero con amigos como éste  para que quiere uno enemigos.  El "poeta  y critico" X, como no tiene vida propia, se tiene que meter en la de los demás y, algunas veces como en estos diarios sale por donde el humo. La matraca  que cuenta de cómo acabó en la cárcel, no es tan intima como dice el tal (X,Y,Z); ya la contó no una, sino dos veces en sus diarios. Y claro, tiene que ser muy triste que no te lean ni los amigos.   

...el amigo X, en un rapto, inusual en él, empezó a hablar de sí en un tono emocionante y desconocido para todos los presente,  mostrándonos un aspecto humanísimo de su pasado, casi intimo. Lo inusual no fue claro, que X hablase de sí mismo, pues pocas cosas le gustan tanto, sino que lo hiciese de aquella manera.
Contó cómo acabó en la cárcel por una falsa identificación, cuando la policía le tomó por uno de los terrorista que pusieron la bomba de la calle Correo de Madrid que se llevó por delante a un buen numero de policías secretas y guardias que trabajaban en la vecina Dirección General de Seguridad, trece en total.
...Yo le pregunté al amigo X  por qué no había contado nunca ese episodio de su vida, siendo tan novelesco, y me dijo que no lo había hecho por eso precisamente, por novelesco. Bueno pensé, después de hoy lo contará.
Algunos de los presente, y así lo manifestaron cuando se fue, ignoraban que tuviese un corazón, y otros reconocieron que sospechaban que lo tuviera crudo, pero no desnudo.

Con estos diarios  uno se debate entre el placer de avanzar y  la pena de llegar al final. Después de leerlos  no suele uno encontrar lecturas que le  agraden. Y si añadimos a esto que utiliza palabras como por ejemplo, ¡Ala a mirar el diccionario! : Fiacre, Gatuperio, Chalán, Tumbaga, Espelunca de la depresión..., Tascarle el freno al ojo...Estercar. 
...Recordó que había conocido hace años al sobrino de Azorín, quién le aseguró que a su tío, ya viejo, no le gustaba viajar ni salir de casa, ya que tenía que ponerse dos lavativas para poder estercar. (esto se lo contó a Andrés Trapiello el escrito J.L).



lunes, 15 de noviembre de 2010

LA GUERRA COMO NEGOCIO




A LOS QUE LES FUE BIEN

La fascinación que sintieron los delegados soviéticos al contemplar los enormes anillos que llevaba en los dedos Goeríng, fue comparable a la que habían experimentado al oír las historias que aseguraban que solía vestir toga romana y sandalias incrustadas con diamantes cuando disfrutaba de la tranquilidad de su hogar.
     El misterio de Olga Chejova (Antony Beevor)


Coincidiendo con la terminación de llamada Gran Guerra, que en el fondo no fue más que una de las mayores barbaridades que ha presenciado la historia  en todos los tiempos. En España se dejó sentir, en la llamada clase media y en las clase desheredadas, de una manera palpable, el bochorno del hambre.

En España durante la Guerra se desataba el ansia de los negocios. Los periódicos informaban de los gastos fantásticos de la guerra, de las oscilaciones tremendas en los valores de la Bolsa. Los precios de los fletes y el transporte, bajo el temor de los submarinos, hacían los seguros costosísimos...Todo esto contribuía a la fiebre en los negocios, a arriesgar dinero, y a hacerse rico, a ser posible de la noche a la mañana. Vino la fiebre del oro; el dinero se hizo atrevido, surgiendo de la noche a la mañana los nuevos ricos. Se hacían  especulaciones fantásticas en la Bolsa, los navieros eran los amos del mundo pues el que tenia un barco viejo, cuatro tablas que podían navegar, era poderoso.
Inglaterra necesitaba carbón y aún no le bastaba,  en Asturias se duplicaba el trabajo, y, el carbón en malas condiciones se vendía a peso de oro. Los mineros ganaban grandes jornales y bebían el champan en jarros; se despreciaba la sidra. En los escaparates de las tabernas de Bilbao se veían y bebían los mejores vinos; nadie tenía aprecio al dinero. En Santander, un naviero enriquecido regalaba a su peluquero un salón a lo yanki. Se hacían hoteles frente al mar y en todas partes se oían conversaciones sobres los marcos, los francos y las libras, comentarios de los avances y desastres de las tropas...Se hablaba del contrabando a manos vistas, de trenes enteros que pasaban por las aduanas abarrotados de ganados y mercancías. Las vacas y el ganado de cerda adquirían grandes precios. Se notaba la escasez de legumbres, de patatas, de judías y hasta los garbanzos, que fuera de España no tienen aceptación. Las fabricas de Barcelona no daban abasto; se trabajaba día y noche, los jornales se triplicaban y se dejaron para la Península los géneros más malos e inasequibles. Las fabricas de curtidos y de botas, vendían sus géneros que, por su elevado precio, parecían de piel humana.
Esta fue la época mas próspera, coincidiendo con la gran elevación de los jornales y la mano de obra. Luego ya se firmó la paz, se hizo el tratado de Versalles, los españoles ya no pudieron hacer contrabando y los barcos, que tanto habían producido, hubo que arrinconarlos como trastos viejos.

La España Negra
José Gutiérrez Solana

A LOS QUE LES FUE MAL

Nosotros tenemos dos culpas, la nuestra, y la de sentir esa culpa como una cruz, pues ninguno de nosotros es culpable de nada, ya que no hicimos otra cosa que defendernos del fascismo. Le he dado a eso vueltas y más vueltas en la cabeza, y no acabo de entenderlo. Nos han combatido con las peores armas, la traición, los mercenarios, la iglesia, y las potencias extranjeras, unas por fascistas y otras por cobardes, nos dieron la espalda, y por lo tanto estamos aquí, por todas esas causas. Nos obligaron ha hacer una guerra que no queríamos y que ellos empezaron. Eso es así. Pero al mismo tiempo se siente uno culpable por no haberlo dado todo. Y no lo hemos dado todo, puesto que seguimos vivos. Eso se lo oímos al Campesino y tenía razón. Es el mayor dolor que nos queda.

Días y noches
Andres Trapiello


Desde el mirador de la guerra, artículo de Antonio Machado.
La Vanguardia (Barcelona) 3 de mayo de 1938.
Veamos el caso de una nación como la nuestra, pobre y honrada. En ellas unos cuantos hombres de buena fe, nada revolucionarios, tuvieronla insólita ocurrencia, en las esferas del gobierno, de gobernar con un sentido de porvenir, aceptando, sinceramente, un mínimun de las más justas aspiraciones populares, entre otras, la usuaria pretensión de que el pan y la cultura estuvieran un poco al alcance del pueblo.
Se pretendía gobernar, no sólo en el sentido de la justicia, sino en provecho de la mayoría de nuestros indígenas. Inmediatamente vinos que la paz era el feudo de los injustos y de los menos. Y sucedió lo que todos sabemos, primero la calumnia insidiosa y el odio implacable, a aquellos honrados políticos, después la rebelión hipócrita de los militares, luego la rebelión descarnada, la traición y la venta de la patria a todos para salvar los intereses de unos cuantos.
El por qué de esta monstruosidad se ve muy claro desde el mirador de la guerra. La paz circundante es un equilibrio entre fieras y un gentlemen agreement. La corriente belicista es la más profunda en todo el occidente porque su cultura es preponderantemente polémica. Todas las grandes naciones están convencidas de la fatalidad de la guerra. La guerra se cotiza como amenaza y como medio de chantaje, antes de ser un hecho irremediable. España es una pieza en el tablero para la bélica partida. Y ocurrió lo inevitable.
Dos grandes potencias se propusieron eliminarla. Los españoles pensamos ingenuamente que la España propiamente dicha, no la que se vendía, tendría de su parte a dos grandes imperios. No fue así. Ambos concertaron la fórmula de no intervención con la participación de sus adversarios. Ya es voz unániume de la conciencia universal que el pacto de no intervención en España constituye una de las más grandes iniquidades de la historia.
Antonio Machado.

martes, 19 de enero de 2010

TROPPO VERO (Andrés Trapiello)


Troppo Vero
Andrés Trapiello
Editorial
PRE-TEXTOS









...Señores estudiosos del futuro, y si los diarios son una novela , también las novelas, todas, son un diario, y en todas ellas está enterrado el día a día del novelista, camuflado en personajes, paisajes y situaciones.
El arca de las palabras
Andrés Trapiello.


Troppo Vero, La Manía, La cosa en sí, El fanal hialino, El siete moderno, Una caña que piensa. Los diarios de Andrés Trapiello te invitan a su lectura desde el titulo.
Para los que no conozcan estos diarios agrupados bajo el título de Salón de pasos perdidos: una novela en marcha, no duden en acercarse a ellos, pues produce verdadero placer su lectura. No me voy a meter en muchas profundidades, que bastante tengo con juntar cuatro letras sin que se me caiga el lápiz de la mano, el que quiera saber más que lea a Arcadi Espada en el diario el Mundo, bueno, si lo puede aguantar.
Este diario del 2009 hace el dieciséis y en él hay una evolución hacia la ironía y el sarcasmo, que en mi opinión, mejora el resultado final. Los personajes reales que cita en sus diarios se esconde detrás de una X, lo cual remueve la curiosidad del lector y le hace investigar para saber quién se oculta detrás de dichas incógnitas, y de esas historias tan jugosas. Suelen ser conocidos escritores, pintores, fotógrafos, políticos etc. .
Habla de un pintor X que vive en Mali, o de un ensayista Z sobre cuyo padre hay una novela que se llama soldado de Salamina, o sobre un escritor que tiene el corazón muy blanco, o una ministra que en su juventud fue de bandera roja y ahora, año 2001 que es cuando se producen los acontecimientos que se cuentan en el diario, es ministra de Aznar.

Una muestra de lo bien que escribe el autor:

Pasa el tiempo cada vez más veloz, sin lógica ninguna. Y el ruido del tiempo no es el silencio, como creía, sino un atronador vacío, un silencio sin paredes, sin vaina, como un fruto sin semillas y una semilla sin carcasa. Oh dioses, reza uno sin saber a quién, y sin saber nombrar por temor a incomodar o irritar a aquel Dios, al dios menudo de la infancia que se desangraba de nuestras pequeñas heridas (aquella “alma pequeñita” que temíamos se nos saliese por la yema del dedo donde se había clavado una espina), el dios Dios, que decía JR, del que nunca nos habíamos acordado hasta el momento de la plegaria, Oh dios Dios, decimos, sé benévolo con nosotros y piadoso con nuestras vidas, y reúnenos dentro de cinco años y de cincuenta alrededor de esta misma mesa, en esta misma casa. Ante esos manteles y la cristalería que también entonces hará cincuenta años que nadie habrá sacado de sus aparadores. (Pág., 791)

Tenía que haber empezado y acabado por aquí, pero uno tiene incontinencia verbal. Las visitas al rastro, también son muy interesantes y divertidas, concretamente la compra del cuadro de Joaquín Valverde a dos gitanos, me pareció un episodio muy guapo. Pág. 490

martes, 29 de diciembre de 2009

ANTONIO MACHADO EN EL CAFÉ DE LAS SALESAS



Y cuando llegue el día del último viaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo, ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.

Antonio Machado


"Por eso hay tantos solitarios entre los amantes de los libros . Leen porque son solitarios, pero se hacen aún más solitarios porque leen" Andrés Trapiello.

...Miré por rutina el montón de fotografías y postales, y entre ellas apareció la célebre de Antonio Machado en el café de las Salesas. Es probablemente el retrato más hermoso y complejo que se conoce del poeta, con su sombrero, su bastón y detrás, reflejado en el espejo del café, un camarero de rostro enjuto, con los pómulos salientes y las mejillas sumidas. Parece una calavera que ha tenido la coquetería de mirarse en el espejo y pone para ello cara de encarnadura. Se diría que es la muerte, que vigila de cerca al poeta. Éste aparece serio, con la boca sumida y melancólica y una mirada honda y triste. Es todo un tratado de la pobre vida española de entonces, de la gente que se pasaba la tarde en el café porque no tenía sitio mejor donde ir y en sus propias casa hacía frío. Es también uno de los grandes retratos de la fotografía española. Al ver la foto sentí un vuelco en el corazón. Fue como si me encontrara en presencia de un Machado vivo, de carne y hueso, que acabara de dejar el estudio del fotógrafo.
(...) Miré la parte de atrás de la foto, y allí apareció el sello del fotógrafo Alfonso. El negativo de la fotografía está, si no me equivoco, en los archivos que el estado tiene en Alcalá; aunque no recuerda uno a ver visto jamás una copia original, no parece esta hecha en la época en que fue tomada la instantánea, sino algún tiempo después, quizá en los años cuarenta.

Troppo Vero
Andrés Trapiello.






Esta es la autentica fotografía de Alfonso, a la derecha de Antonio Machado, aparece la periodista Rosario del Olmo. La fotografía sirvió para ilustrar la entrevista, "Al comenzar el año 1934. Deberes del arte en el momento actual." En el periódico La libertad el 12 de Enero de 1934.
Por el espejo sabemos que es día ocho. Parece ser que ocho de diciembre de 1933, y que la fotografía más conocida no es más que una mutilación de esta.

lunes, 5 de octubre de 2009

EL ARCA DE LAS PALABRAS (A. TRAPIELLO)

"Aunque no vayas a ninguna parte, no te quedes en el camino" Bergamín

Este es un diccionario muy especial. El autor Andrés Trapiello desde hace muchos años usa el Diccionario ilustrado de la la lengua castellana de Saturnino Calleja editado en 1919.
A mi me gustan mucho los diccionarios, me aficioné a ellos leyendo a Andres Trapiello y a Josep Pla. Me acuerdo cuando leí en algún diario de Trapiello la palabra Tumbaga, que es un anillo con una aleación de cobre y oro. Ahora bien, no se si lo soñé o se lo leí a Andres Trapiello, que el nombre de Tumbaga, procedía de la piedra que llevaba el anillo, y que por sus dimensiones era como la que David utilizó para derribar a Goliath. Si esto no es verdad, debería de serlo. Pues bien, no os perdáis este Arca de las palabras, ilustrado por Javier Pagola, que tiene guapo hasta el titulo, yo recomiendo tenerlo en la estantería de casa con otros diccionarios más "formales" y, cuando queráis gozar de las palabras, tenéis también el de Andres Trapiello, aderezado con sus sabrosos comentarios.




...Cada día abriré este diccionario de Calleja al azar, leeré cinco paginas, las marcaré con un punto rojo para no repetirlas, y glosaré aquí los vocablos que más me gustan. A partir de ahora voy a ser un palabrista de viejo, como los buhoneros y los aljabibes, como los zarracatines que comercian en ropas viejas. Será sólo un rato cada día, el del relámpago que nace y muere entre dos nadas.
La palabra no es sólo un sistema de representación de una cosa, un sentir o una idea. La palabra es la cosa misma, y ocupa en sus mínimos caracteres cuanto significa: en la palabra Nilo discurre el Nilo, decía Borges, y el ruiseñor puede cantar si lo desea sin salir de la fronda de estos párrafos.
Andres Trapiello.

El mar nace tan cerca del verbo amar que casi son la misma palabra.

Hay un instante en todo crepúsculo en que la bóveda celeste se llena de valvas que en pocos segundos se abran y nos muestran durante unas horas sus perlas. Nosotros mismos, sobre la tierra, estamos en una. Nos parece muerta y sin brillo, pero muy lejos de aquí hay alguien que en cada atardecer de los suyos mira hacia nosotros con su nostalgia propia, tan parecida a esta.

De la misma manera que no es posible estética sin ética, no hallaremos en parte ninguna a un hombre bueno que no sea al mismo tiempo sencillo.

Los imparciales son los peores.

El pobre imbécil suele ser, como el cornudo el último en enterarse.

Aún creo oír cómo nos llamábamos de niño guaje. Crecí creyendo que esa palabra significaba precisamente eso, niño, chaval, por oírsela sobre todo a los asturianos que bajaban buscando el sol de la medianoche en los veranos leoneses. Sólo ahora me entero de que significa tonto, sandio, y siento renacer en mi sangre una antigua sed de venganza hacia aquellos gachupines que salían del orvallo.

Hay un punto mágico en que el orvallo llueve hacia arriba, y otro en el que ni siquiera cae, sino que permanece suspendido, como conteniendo su respiración.

No hay pero prisionero que el prisionero de sí mismo.

Es imposible perder la paciencia con una calavera en la mano; y no ser un poco mejores y más sabios de lo que somos. Por eso recomendaban tanto en las cartujas, de regla tan estricta, que los monjes tuviesen una cerca, para cualquier consulta. El paso siguiente lo dieron los piratas, bebien ron en ellas.

No se sabe por qué razón a los barquillos echos de oblea se les llamaba con ese nombre, pareciéndose poco a un barco y mucho a un canuto. En cualquier caso su sola presencia en los parques públicos arranca de los niños las miradas soñadoras que reservan únicamente al mar.

Las palabras importantes son breves en la mayoría de las lenguas. . No se hallará ninguna que diga tan bellamente más con menos, por lo mismo que tampoco hay ninguna que, como legislativo, diga menos con más.

Si sí es la palabra más bella, no, entendida la vida como la entiende uno, ha de ser la más dificil y la más necesaria, y por ello doblemente bella. Y recordar lo que decia Paul Celán: "Habla/ pero no separes el No del Sí./ Y da sentido a tu decir:/dale sombra"

Sí, no sabemos por qué los llamamos sinsabores, cuando son tan amargos.

La sacarina es al azúcar lo que la purpurina al oro o el hacer manitas al sexo.

Si gozáramos de pasable memoria , podríamos dar fe de que casi todos los mejores momentos de nuestra vida tuvieron relación con una espera, y alguno de los peores.

El día más triste en la vida de cualquiera es aquel en que empieza a mirar las cosas de este mundo "con los ojos marchitos", para decirlo en tango.

Acaso el estado natural del hombre sea vivir en él, de ahí que cuando nos hablan de destierro lleguemos a sugestionarnos tanto y pensemos que alguien está vaticinando nuestro futuro.

Así como el lugar natural de la liturgia es el templo, la catedral de los sueños sólo puede ser un desván.

P.D.Andres Trapiello tiene una preciosa novela sobre la guerra civil: Días y noches.
Yo creo que hay alguien, que con las palabras, podría intentar algo parecido a este diccionario. (V)

LA CARTA



















He encontrado la casa
donde te llevaré a vivir. Es grande,
como las casas viejas. Tiene altos
los techos y en el suelo,
de tarima de enebro, duerme siempre
un rumor de hojas secas
que los pasos avivan. A los ocres
de las paredes nada ya parece
retenerles aquí. Igual que frágiles
pétalos, largo tiempo olvidados
en un libro, amarillean todos.
Entre rejas, trenzado,
un rosal sin podar.
En el jardín pequeño, una fuente
y un fauno. Y me dicen
que también unos mirlos.
Cuando en los meses fríos de otoño,
al escuchar sus silbos
cobren vida tus ojos, en el verde
del agua miraré contigo
cómo mueren los días.
Cómo se vuelve polvo en los muebles
oscuros tu silencio
que azotará la lluvia
allí donde te encuentres.
Andres Trapiello

lunes, 15 de junio de 2009

HABLAR DE DINERO


Acaba uno de leer en la Guerra civil española del británico Antony Beevor que el oro del que el Banco de España (cuarta potencia del mundo en reservas de oro) disponía en 1936 eran 635 toneladas, equivalentes a 715 millones de dólares, que la República se gastó íntegramente en comprar armas a la URSS, uno de los negocios más pingües y desvergonzados que hizo con los pobres republicanos... Ese asunto del oro ha sido objeto, como se sabe, de controvertidas disputas, pues oro pasado sí que mueve molinos. Por su parte los fascistas contaron también con grandes sumas de dinero para pagar los aviones, los mercenarios y la artillería con que alemanes e italianos se apresuraron a equiparles. Juan March, cuya estatua sigue aún en el vestíbulo de la fundación que lleva su nombre, desembolsó 15 millones de libras esterlinas y, esta es la sorpresa, el rey Alfonso XIII tuvo "la inmensa generosidad de aportar al movimiento nacional 10 millones de dolares de los 85 millones que había conseguido transferir al extranjero" de modo fraudulento, ya que ese dinero ni era suyo ni tenía derecho a evadirlo. Sabíamos, claro, que el rey de todos los españoles quiso que su hijo don Juan luchase contra una parte de ellos, pero no que encima pagase por eso. Claro que lo del señor March y lo del rey nunca fueron aportaciones desinteresadas, sino inversiones a corto y largo plazo respectivamente.

Andres Trapiello (El Magazine)



El 14 de Abril de 1931 se proclamó la II República española. En los días precedentes se habían celebrado elecciones municipales en las que no estaba en cuestión el régimen monárquico. Esta página de nuestra historia ya es conocida, aunque seguramente no tanto como sería conveniente en particular para las nuevas generaciones.
Aquel día, mi padre me dijo: "Chaval, vamos a la Puerta del Sol". Bajamos por mi calle llena de gente alegre cantando, hasta Lavapiés, donde nos reuníamos con otros muchos del barrio, y subimos hasta la plaza del Progreso, hoy Tirso de Molina, y de allí a la Puerta del Sol. Guardo en mi menta la imagen de una cantidad de madrileños en fiesta, ocupándolo todo como una inmensa ola arrolladora. Música, canciones, vivas a la República. La gente subida en los tranvías, en camionetas, incluso en carros. Un gran día. Se supo enseguida que el Rey había huido, dejando a la familia en Palacio. El pueblo generoso dejaría poco después salir del país a la familia real sin problemas.
Se abría una nueva etapa, llena de promesas para las gentes del pueblo y pienso ahora que, sin duda, de ansias de venganza para las fuerzas retrógradas, que preparaban el desquite.

Miguel Núñez
La revolución y el deseo