Acaba uno de leer en la Guerra civil española del británico Antony Beevor que el oro del que el Banco de España (cuarta potencia del mundo en reservas de oro) disponía en 1936 eran 635 toneladas, equivalentes a 715 millones de dólares, que la República se gastó íntegramente en comprar armas a la URSS, uno de los negocios más pingües y desvergonzados que hizo con los pobres republicanos... Ese asunto del oro ha sido objeto, como se sabe, de controvertidas disputas, pues oro pasado sí que mueve molinos. Por su parte los fascistas contaron también con grandes sumas de dinero para pagar los aviones, los mercenarios y la artillería con que alemanes e italianos se apresuraron a equiparles. Juan March, cuya estatua sigue aún en el vestíbulo de la fundación que lleva su nombre, desembolsó 15 millones de libras esterlinas y, esta es la sorpresa, el rey Alfonso XIII tuvo "la inmensa generosidad de aportar al movimiento nacional 10 millones de dolares de los 85 millones que había conseguido transferir al extranjero" de modo fraudulento, ya que ese dinero ni era suyo ni tenía derecho a evadirlo. Sabíamos, claro, que el rey de todos los españoles quiso que su hijo don Juan luchase contra una parte de ellos, pero no que encima pagase por eso. Claro que lo del señor March y lo del rey nunca fueron aportaciones desinteresadas, sino inversiones a corto y largo plazo respectivamente.
Andres Trapiello (El Magazine)
El 14 de Abril de 1931 se proclamó la II República española. En los días precedentes se habían celebrado elecciones municipales en las que no estaba en cuestión el régimen monárquico. Esta página de nuestra historia ya es conocida, aunque seguramente no tanto como sería conveniente en particular para las nuevas generaciones.
Aquel día, mi padre me dijo: "Chaval, vamos a la Puerta del Sol". Bajamos por mi calle llena de gente alegre cantando, hasta Lavapiés, donde nos reuníamos con otros muchos del barrio, y subimos hasta la plaza del Progreso, hoy Tirso de Molina, y de allí a la Puerta del Sol. Guardo en mi menta la imagen de una cantidad de madrileños en fiesta, ocupándolo todo como una inmensa ola arrolladora. Música, canciones, vivas a la República. La gente subida en los tranvías, en camionetas, incluso en carros. Un gran día. Se supo enseguida que el Rey había huido, dejando a la familia en Palacio. El pueblo generoso dejaría poco después salir del país a la familia real sin problemas.
Se abría una nueva etapa, llena de promesas para las gentes del pueblo y pienso ahora que, sin duda, de ansias de venganza para las fuerzas retrógradas, que preparaban el desquite.
Miguel Núñez
La revolución y el deseo
la II República me suscita mucho interés.Sé un poco sobre ella y desconozco o desconocemos quizás mucho. Por eso todo lo que sume conocimiento lo agradezco.
ResponderEliminarSaludinos, Miner.
Andres Trapiello, que escribe muy bien, y en mi opinión, actualmente, es el mejor escritor de diarios de España, también trató mucho el tema de la guerra civil. Tiene una preciosa novela sobre el final de la misma. Dias y noches.
ResponderEliminarTambién tiene otra sobre los escritores de ambos bandos las Armas y las letras.
Un saludín igualmente
Los gobiernos los quita y los pone el dinero, según discurra.
ResponderEliminarQue ilusos aquellos que creen que los pone el voto.
como te gusta Trapiello.....el oro del banco de España como los bonos basura....solo lo disfrutan los listos....cachissssss
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