En Ocaña la vida de los presos era muy dura. Sucedían cosa tremendas. Por ejemplo, el cura de la prisión y los falangistas de la zona, sacaban a la gente de las galerías por las noches y los torturaban. El cura se ensañaba pegando con una badila metálica ( con la que se movían las ascuas en los clásicos braseros). Se comentaba que para él era un placer acompañar a los pelotones de ejecución y dar los tiros de gracia. Por eso, en el grupo de estudios de literatura que formábamos alrededor de Miguel Hernández se escribió un poema titulado " el Cura Verdugo de Ocaña".
Muy de mañana, aún de noche,
antes de tocar diana,como presagio funesto
cruzó el patio la sotana.
¡Mas negro, más, que la noche
menos negro que su alma
el cura verdugo de Ocaña!
Llegó al pabellón de celdas,
allí oímos sus pisadas
y los cerrojos lanzaron
agudos gritos de alarma.
"Valor, hijos míos,
que así Dios lo manda!".
Cobarde y cínico al tiempo
tras los civiles se guarda,
¡Más negro, más, que la noche
menos negro que su alma
el cura verdugo de Ocaña!
Los civiles temblorosos
les ataron por la espalda
para no ver aquellos ojos
que mordían, que abrasaban.
Camino de Yepes van,
Gigantes de un pueblo heroico,
camino de Yepes van.
Su vida ofrendan a España,
una canción en los labios
con la que besan la patria.
El cura marcha detrás,
ensuciando la mañana.
¡Más negro, más, que la noche,
menos negro que su alma
el cura verdugo de Ocaña!
Diecisiete disparos
taladraron la mañana
y fueron en nuestros pechos
otras tantas puñaladas.
Los pájaros lugareños,
que sus plumas alisaban,
se escondieron en los nidos
suspendiendo su alborada.
La luna lo veía y se tapaba
por no fijar su mirada
en el libro, en la cruz
y en la "star" ya descargada.
¡Mas negro, más, que la noche,
menos negro que su alma
el cura verdugo de Ocaña!
La revolución y el deseo
Miguel Núñez
desde luego siempre hubo y habrá garbanzos negros en todas partes....incluida la Iglesia....esos por lo menos su Jefe les juzgara....lo peor de todo ye cuando pretenden que comulguemos con ruedes de molino....que mal tragu ahhhh
ResponderEliminarPone los pelos de punta.
ResponderEliminarSi ya un crimen por motivos políticos rompe todos los esquemas humanos, ¡qué podemos decir de que sean impunen! De que esos asesinos lo más probable es que murieran como si no hubieran asesinado gente,la mayoría en plena juventud.
ResponderEliminarAfortunadamente soy atea pues me caería la cara de verguenza de pertenecer a esa secta que espero que un día cargue con SUS PECADOS y reciban todo lo que dieron e hicieron.
La iglesia está llena de sangre, y no de cristo precisamente.
Saludos.
No es de recibo que en una institución como la Iglesia Católica haya personajes de esa catadura moral y que además no les pusiesen en su sitio por parte de sus superiores.
EliminarDicho lo cual, generalizar insinuando que todos son igual, tampoco me parece de recibo.
Yo los he conocido comprometidos, abnegados y sin aprovecharse de nada ni de nadie.