miércoles, 3 de febrero de 2016

SERÉ DUDA

Con los diarios de Andrés Trapiello me pasa una cosa curiosa y es que antes de empezar a leerlos ya se que me van a gustar. Yo no tendré dudas. Dejemos al autor que diga de que van:  En realidad eso es lo que hace uno en estos cuadernos, traer cosas de todas partes a ellos, y a diario, porque lo hace cada día. Reunidos para el juicio final, el de su Resurrección. Después se dejan macerar diez años y las cosas anotadas en el cuaderno las sirve en forma de Duda. Algunos jueces supremos le ponen algunas pegas a los diarios: qué si son muy extensos, qué si siempre dicen lo mismo. Estos tienen una existencia más triste que el Juez Elpidio en excedencia forzosa. La vida siempre es la misma pero a la vez diferente, a unos les parecerá corta y a otros más larga que un día sin pan. Un diario no deja de ser un trozo de vida y los de Andrés Trapiello siempre me parecen cortos. Entre su lectura y las siguientes tengo que hacer una parada biológica como las sardinas. Además en los últimos diarios el escritor toma las cosas con más ironía. Será que, para unos la vida empieza a ir en serio, como el poema, y en cambio para otros es una broma del destino. El retrato de dos escritores y un cantante, fácilmente reconocibles, me produjeron verdadera hilaridad. Que no te quepa la menor duda estos diarios hay que zampárselos empezando por los seis prólogos, el último con el sugestivo titulo de Prólogo final. Que corta se nos haría la vida en prólogos. Sobre todo si fueran de Andrés Trapiello. 

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