La felicidad no es más que una palabra: no te molestes en buscarla...
Luis Rosales
LECCIÓN
Oigo todos los días,
al amanecer,
un bonito poema
cantado por un mirlo
madrugador.
Un poema de amor
sencillo y desprendido,
que deja en mi oído
avergonzado
la lección virginal
de lo natural
que es siempre igual y siempre variado.
Coimbra, 22 de diciembre de 1972. Se me estaba quejando amargamente de la vida, sin pensar que ésta tiene la riqueza que nosotros tengamos. Y, cordialmente, quise hacérselo ver.
-En ese caso, soy muy pobre...-se lamentó.
-A lo mejor no. Piénselo bien, que a veces nos dejamos olvidado en los bolsillos.
Con las mismas palabras del pasado,
digo que te deseo, ¡vida!
Y como un enamorado
que agiganta su pasión, ya agigantada,
prometo serte fiel sin esperanza.
Fiel a la consciente
temeridad
de amar intensamente
sin mocedad...
Coimbra, 26 de octubre de 1973. Al terminar la consulta, se desahogó:
-La vida no tiene sentido...
-No. En si mismo no lo tiene...-le respondí-.
Pero tiene el sentido que nosotros le demos. Tiene nuestra riqueza, nuestro entusiasmo, nuestro orgullo...O nuestra cobardía.
MIGUEL TORGA
¡Qué fotoooooooo!.Y todo lo demás, precioso. Y si, de acuerdo: "Tiene el sentido que nosotros le demos".
ResponderEliminarAmanecer en Cangas de Onis.
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