¡Son tan apacibles y dueños de si mismos!
Me paro a contemplarlos durante tiempo y más tiempo.
No sudan ni se quejan de su suerte,
no se pasan la noche en vela, llorando por sus pecados,
no me fastidian hablando de sus deberes para con Dios.
Ninguno está insatisfecho, a ninguno le enloquece la manía de poseer cosas.
Ninguno se arrodilla ante otro, ni ante los congéneres que vivieron hace miles de años.
Ninguno es respetable ni desgraciado en todo el ancho mundo,
Walt Whitman
ESTA MIRADA FELINA NO SE A QUIEN ME RECUERDA.....
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