viernes, 31 de diciembre de 2010

ODA AL PRIMER DÍA DEL AÑO


Lo distinguimos
como
si fuera
un caballito
diferente de todos
los caballos.
Adornamos
su frente
con una cinta,
le ponemos
al cuello cascabeles colorados,
y a medianoche
vamos a recibirlo
como si fuera
explorador que baja de una estrella...

Pablo Neruda

miércoles, 29 de diciembre de 2010

JUVENTUD Y VEJEZ (W.B. YEATS)



JUVENTUD Y VEJEZ

CUÁNTA furia de joven,
por la opresión del mundo,
y hoy éste, adulador,
dice adiós a su huésped.


LA LLEGADA DE LA SABIDURÍA CON EL TIEMPO

AUNQUE sean muchas las hojas, la raíz sólo es una;
todos mis engañosos días de juventud
al sol mecí mis hojas y mis flores;
ya puedo marchitarme en la verdad.


CUANDO SEAS VIEJA

CUANDO  ya seas vieja y canosa, y con sueño
des cabezadas junto al fuego, coge este libro
y léelo soñando con la mirada suave
que tuvieron tus ojos, y con sus hondas sombras;

y cuántos tus momentos de alegre gracia amaron,
y tu belleza, con falso o con sincero amor,
mas sólo uno amó en ti el alma peregrina,
y amó las aflicciones de tu cambiante rostro;

e inclinándote luego junto a encendidas barras,
susurra, algo apenada, cómo se fue el Amor
al paso por encima de las altas montañas
y su rostro ocultó un sinfín de estrellas.


WHEN YOU ARE OLD

WHEN you are old and grey and full of sleep,
And nodding by the fire, take down this book,
And slowly read, and dream of the soft look
Your eyes had once, and of their shadows deep;

How many loved your moments of glad grace,
Ande loved your beauty with love false or true,
But one man loved the pilgrim soul in you,
And loved the sorrows of your changing face;

And bendig down besid the glowing bars,
Murmur, a little sadly, how lowe fled
And paced upon the mountains overhead
And hid his face amid a crowd of stars.

William Butler Yeatas

 Cuarta versión que leo de este poema. CUANDO ESTÉS VIEJA


POESÍA REUNIDA
EDITORIAL PRE-TEXTOS
Traducción de Antonio Rivero Taravillo

FELIPE II

Felipe II a los 31 años (Antonio Moro)
El 9 de marzo de 1526, Carlos V, sacro emperador romano y gobernado de España, Mexico, los Países Bajos y gran parte de Italia entró a caballo por primera vez en una Sevilla bulliciosa y en rápido crecimiento.  Todavía en ropa de viaje y cubierto de polvo, desmontó en el patio del Alcázar Real y fue a la habitación donde esperaba su prima, la princesa Isabel de Portugal. Había sido dispuesto que los dos se casaran, y fueron desposados enseguida. Carlos entonces se retiró a cambiarse y descansar hasta la una de la mañana siguiente, cuando él e Isabel se casaron, Después de la misa nupcial, se retiraron juntos a la cama.

Felipe II nació el 21 de mayo de 1527, en presencia de su padre y de los príncipes nobles. Como ocurre con frecuencia con un primogénito, el parto fue difícil- los dolores duraron trece horas- y su madre pidió que se colocase un velo sobre su rostro para que no se viese su angustia. "Puedo morir pero no gritaré", fue su firme reprimenda a una comadrona que le instaba a dar rienda suelta a sus sentimientos. Dos semanas más tarde se bautizo al niño, y cuando acabó la ceremonia el heraldo gritó con voz fuerte tres veces: "Don Felipe, por la gracia de Dios príncipe de Spaña".

Cuando Felipe II tenía solamente doce años, murió su madre. El joven príncipe se vio obligado por el protocolo de la corte a encabezar el cortejo  desde Toledo, donde murió la emperatriz,  hasta la tumba de sus antepasado en Granada. Mientras, Carlos V se encerró en un monasterio y guardó luto durante ocho semanas.
El viaje fue memorable para otros, además del príncipe. El cuerpo de la emperatriz se corrompió mucho por el calor del verano, de forma que cuando abrieron el ataúd en Granada para una identificación última antes de proceder al entierro, el marqués de Lombay no pudo saber si el cadáver era el de su difunta soberana. Espantado por este ejemplo de "corrupción terrenal", Lombary renunció a la corte, tomó los hábitos y llegó a ser tercer general de los jesuitas, siendo canonizado póstumamente como San Francisco de Borja.

FELIPE II
Geoffrey Parker
Alianza Editorial

Nota:
La huellas dactilares se forman a los 120 días de vida intrauterina y sólo desaparecen con la desintegración de los tejidos. "Las acusaciones de su hermano Enrique de Trastamara de que Pedro el Cruel no era hijo de Alfonso XI provocó que todas las reinas de España dieran a luz con un protocolo curioso: Los partos eran presenciados por el Rey, miembros de la familia, miembros de la nobleza, embajadores de las potencias extranjeras y el nuncio del Papa.

Antonio Garrido- Lestache 
El País (15-3-2010)

lunes, 27 de diciembre de 2010

RILKEANA


RILKEANA

De ti y de esta nube; de esta nube
blanca como vuelo de pájaro
en mañana de abril; de ti
y de la íntima llama de un fuego
que no admite extinción;
de ti y de mí hacer un solo acorde,
un acorde sólo; para no perderte.

De ti e desta nuvem; desta nuvem
branca como voo de pássaro
em manhâ de abril; de ti
e da íntima chama de un fogo
que nâo consente extincâo;
de ti e de mim fazer un só acorde,
un acorde só; para nâo te perder.

Eugénio de Andrade

DIVERSIÓN EN LA CORTE DE FELIPE II

Ya fuese grande o pequeño el séquito del rey, siempre incluía un tipo especial de cortesanos: el de los enanos, juglares y bufones de la familia real. Las cartas escritas por Felipe a sus hijas mientras estaban en Portugal están llenas de referencias a personas como Magdalena Ruiz, una enana retrasada mental a la que adoraban las hijas del rey. En el Museo del Prado se conserva una pintura de Isabel con la mano en la cabeza de su fiel enana, que fue su criada desde 1568 (cuando la princesa tenía dos años) y murió en Escorial en 1605. Adicta al alcohol, sufría ataques epilépticos y era capaz de tener rabietas delante del mismo rey. Era una predilecta de las masas,  que siempre coreaban: "dale la cuerda", para provocarla o asustarla. Siempre se podía contar con que Magdalena metiera la pata: tropezar, comer demasiado (especialmente fresas) y ponerse enferma; marearse antes que nadie. Pero todo ello era parte de su encanto.



Pero a pesar de las diversiones proporcionadas por los juglares y bufones, para la mayoría la vida en la corte no era particularmente agradable. Era cara, exigente y con frecuencia tediosa. La mayoría de los cortesanos estaban obsesionados por dos problemas, el aburrimiento y la promoción, obsesiones que se reflejan elegantemente en un juego para cortesano, publicado por primera vez en 1587: La filosofía del cortesano, de Alonso de Barros, dedicado a Mateo Vázquez. Se jugaba sobre un tablero con dados y fichas, combinando elementos del Palé y del Juego de la Oca. El tablero estaba dividido en sesenta y tres recuadros, los años de vida de un hombre, representando alguno de éstos las posibles trabas a su progreso, otros los beneficios. Aquellos que se colocaban en el recuadro numero quince, titulado "paso esperanzador", pagaban al "banco" y avanzaban al recuadro veintiséis, "la casa del privado". Por el contrario, los que se colocaban en el recuadro treinta y dos, "el pozo del olvido", perdían un turno y tenían que pagar a todos los demás jugadores para recordar al privado su existencia. Los  que se colocaban en el recuadro cuarenta, "cambio de ministro", retrocedian al recuadro diez, "la casa de la adulación", y los que se colocaban en el recuadro cuarenta y tres, "muere tu patrón" tenían que volver a empezar. Como decía Burleigh de la corte isabelina: un hombre sin amigos en la corte es como  un obrero sin herramientas.

Felipe II
Geoffrey Parker
Alianza Editorial

miércoles, 22 de diciembre de 2010

"COMO UN TESORO EN UN COFRE"



Debo hablar ahora de mi,
eso sería un paso en la dirección del
silencio.
Samuel Becket


"Voces. ¡si fuera posible traducir en palabras las emociones que suscitaron en nosotros las voces de aquellos a quienes amamos en el curso de nuestras vidas!
Y sin embargo las llevamos en nosotros mismos,
"como un tesoro en un cofre" que no puede ser mostrado a nadie
y del cual solo nosotros poseemos la llave"

Antonio Tabucchi


...¿Sabés que siempre me interesó el misterio de lo no dicho?, y ¿cómo las personas dicen en su cuerpo lo que su boca se niega a expresar? Un poco me fui acostumbrando a ello desde mi infancia  al ayudar a mi padre en su boliche. Aprendí  a descifrar  las palabras ocultas en los rostros de aquellos que buscaban en el alcohol una forma de tapar el dolor de sus adentros.


EMIGRANTES

"Eran historias que todos sabíamos
y que no eran contadas con palabras.
Las hablaban en silencio con sus gestos,
las decían a gritos sus miradas.
Un lenguaje secreto, silencioso y extraño
que demoramos años en aprender.
¿Cómo explicar lo imposible?
¿Cómo narrarlo sin saberlo?"

Victor Guerra

Foto: Cantu los dies Fuxios (Esquina de los días que se escapan). Escultura de Adolfo Manzano, en la senda del Cervigón (Gijón)

martes, 21 de diciembre de 2010

NO HAY PRISA EN ABRIR LOS OJOS


TRAS LAS CORTINAS SE ADIVINABA ya la luz aún manchada de sombras, pero sería- pensó-las ocho, la hora de levantarse, como todos los días de su vida. ¿Por qué? Se removió en la cama y sintió el cuerpo magullado por la batalla de cada noche, la colcha caída,  sábanas arrugadas, las cenizas de tanta gente soñada y muerta doliéndole en la almohada endurecida, pero las siete de la mañana le habían parecido siempre temprano, y las nueve demasiado tarde. Solo por eso. No había otra razón. ¿Que prisa tienes? No abras los ojos, no hay prisa. ¿Quién le hablaba? ¿Oía otra voz o se hablaba a sí mismo? Sigue ahí, descansa. No abras los ojos. La noche a sido terrible y te ha vencido. Sigue durmiendo, abre los ojos hacia ti mismo, mira dentro de ti, donde aún te late el corazón, donde están las cenizas de los que habitan tus sueños en las sombras. Pero eran ya las ocho, ¡las ocho! Y abrió los parpados, y no halló cosa en que poner los ojos, que no fuera recuerdo del olvido.


Antes del futuro imperfecto
Medardo Fraile
Paginas de Espuma

lunes, 20 de diciembre de 2010

EL LUGAR DE LA CASA




EL LUGAR DE LA CASA

Una casa que fuese un arenal
desierto; que ni casa fuese;
solo un lugar
donde la lumbre fue encendida, y en torno
se sentó la alegría; y calentó
sus manos; y partió porque tenía 
un destino; algo sencillo
y poco, pero destino:
crecer como árbol, resistir
al viento, al rigor de la invernada,
y una mañana sentir los pasos
de abril
o, ¿quién sabe?, la floración
de las ramas, que parecían
secas, y de nuevo estremecen
con el repentino canto de la alondra.

Eugénio de Andrade



Ornella Vanoni.  Sentado a la vera del camino

La poesía es la ficción de la verdad

jueves, 16 de diciembre de 2010

AQUEL TAPADO DE ARMIÑO


"La única función del tiempo es consumirse: arde sin dejar cenizas". (Elsa Triolet)

AQUEL TAPADO DE ARMIÑO

Aquel tapado de armiño,
todo forrado en lamé,
que tu cuerpito abrigaba
al salir del cabaret.
Cuando pasaste a mi lado,
prendida a aquel gigoló
aquel tapado de armiño
¡cuánta pena me causo!

¿Te acordás?, era el momento
culminante del cariño,
me encontraba yo sin vento,
vos amabas el armiño.
Cuántas veces tiritando,
los dos junto a la vidriera,
me decías suspirando:
¡Ay, amor, si vos pudieras!
y yo con mil sacrificios
te lo pude al fin comprar,
mangué a amigos y usureros
y estuve un mes sin fumar.

Aquel tapado de armiño
todo forrado en lamé,
que tu cuerpito abrigaba
al salir de cabaret.
Me resultó, al fin y al cabo,
más durable que tu amor:
el tapado lo estoy pagando
y tu amor ya se apagó.

Música: Enrique Delfino
Letra: Manuel Romero
Año 1929

miércoles, 15 de diciembre de 2010

PALABRAS QUE CURAN

Miguel Torga

Lo que cura es el aire que exhalan las palabras. (Hector Abad Faciolince)

"En Babilonia sacan de sus casas a los enfermos llevándolos a las plazas, porque los babilonios no tenían médicos. Los transeúntes se acercan al enfermo y si tuvieron ellos una enfermedad parecida o conocieron a alguna persona que la hubiera tenido, le dan consejos sobre dicha enfermedad, invitándoles a hacer lo mismo que ellos hicieron o vieron hacer para curarse. Está prohibido pasar junto a un enfermo en silencio y sin preguntarle qué enfermedad padece.

Herodoto (Clio,197)

Dar sin pedir es el único don de los dioses al alcance de los humanos.

¡Bendita la fuerza con que nací! me estoy muriendo infundiéndole valor a los demás. ¡La convicción con que a veces engaño a mis pacientes! Pero ser médico consiste también en esto, en tener capacidad de mentir persuasivamente cuando la verdad es lo opuesto a la esperanza.
En mi larga vida de médico, solo he tenido una preocupación: entender el sufrimiento ajeno incluso cuando me parecía objetivamente injustificado. No juzgarlo en ningún caso como una debilidad criticable, sino como una desgracia remediable. Y he oído más en confesión que he auscultado, me he valido siempre más del corazón que de la sabiduría. He secado más lagrimas que recetado medicamentos. He hecho de la esperanza el gran arma de mi arsenal terapéutico. Esperanza que yo no tenia muchas veces, pero que, incluso fingida, hacía milagros. No hay persona más crédula que un desesperado. Mentirle, engañarle, es casi una obligación moral ¿Se le podrá dar una solidaridad más beneficiosa?
Así recibiendo lecciones consecutivas de la sabiduría del pueblo, aprende uno humildemente, que nada sabe el que no consigue siquiera deletrear el abecedario de la realidad.



Diarios
Miguel Torga