jueves, 7 de junio de 2012

JULIO CAMBA TENÍA UN NEGRO

GOZABA Julio Camba en Lima de un gran renombre literario, y durante su estancia allí fueron muchos los coleccionistas de pensamientos y autógrafos que acudieron a él para pedirle que les escribiese algo en su álbumes. El gran humoristas, malhumorado, recogía los álbumes de sus admiradores y los iba amontonando en un rincón de su cuarto de hotel, con el decidido propósito de no escribir en ellos una sola línea.
-Jamás he escrito nada de balde-decía. ¿Cómo quieren que venga al Perú a alterar una de mis más saludables costumbres?
Una mañana, el criado negro del hotel que entraba a despertarle se creyó en el caso de halagar la vanidad literaria del huésped diciéndolo que era lector y admirador suyo. Era el criado un negro remilgado y sabiendo que, al mismo tiempo que incensaba a Camba hacía gala de una basta cultura literaria.
-Tú entiendes de literatura, ¿eh?- le preguntó Camba.
-Soy afisionaíto ná más-replicó el negro ruborizándose.
-¿A que has escrito versos?
-¿Quiere el señor que le lea alguno?
-¡No!
A Camba se le ocurrió entonces una idea salvadora.
-Vamos a ver- dijo al negro-. Pon en este papel un pensamiento tuyo.
El negro se remangó el delantal y torciendo la boca y sacando la lengua, escribió con preciosa letra redondilla un pensamiento de álbum, como seguramente Camba no lo habría escrito en la vida.
Camba lo leyó emocionado y, abrazando al negro literato, le dijo:
-Toma: coge todos esos álbumes, llévatelos a la cocina, pon en cada uno un pensamiento de esos tuyos, de los buenos, y firma debajo: "Julio Camba". Tienes tanto talento y escribes también, que desde este momento te nombro mi secretario.
El negro literario estaba loco de contento por el grandísimo honor que se le hacía.

Juan Belmonte, matador de toros.
Manuel Chaves Nogales

domingo, 3 de junio de 2012

EL PROFESOR LAZHAR

-Te lo voy a decir una vez y ya es demasiado: enjuágate las manos en mar antes de poner el cebo en el anzuelo. El pez nota el olor, rehuye el bocado que viene de tierra. Haz exactamente lo que veas hacer, sin esperar a que nadie te lo diga. En el mar no es come en el colegio, no hay profesores que valgan. Está el mar y estás tú. Y el mar no enseña nada, el mar hace, y a su manera.
Los peces no cierran los ojos
Erri de Luca

EN una escuela de Montreal una profesora se suicida en clase y es sustituida por Lazhar, un emigrante argelino que cambia los métodos repetitivos que hasta ahora se empleaban en la enseñanza de los alumnos.
Los niños ahora están protegidos como residuos radiactivos a los que no  puedes tocar porque te quemas; la muerte es un tema que no se puede mencionar y  para sus padres son unos seres casi perfectos incapaces de hacer nada malo. Lazhar viene de otra cultura, donde la muerte está presente cada día, como esa crisálida que está a punto de convertirse en mariposa y empezar a volar por si misma pero que corre el riesgo de que un incendio devore el árbol donde se refugia. Lazhar consigue sacar adelante el curso y poco a poco la relación entre profesor y alumnos se va haciendo más estrecha con lo que el rendimiento de estos  mejora y además consiguen superar el trauma que el suicidio de la profesora supuso para ellos. Pero Lazhar está pasando por unos momentos complicados como emigrante y esto hace su situación mucho más difícil aún. En definitiva una  muy bella película.
Titulo original: Monsieur Lazhar
Director PhilippeFalardeau
Interpretes:Fellag, Shophie Nélisse

viernes, 1 de junio de 2012

A SANGRE Y FUEGO

A SANGRE Y FUEGO
MANUEL CHAVES NOGALES

"Me comprometí únicamente a defender la causa del pueblo contra el fascismo y los militares sublevados"
Manuel Chaves Nogales

Los nueve relatos que componen A Sangre y fuego encierran más historia y más verdad que muchas de las miles de paginas que se han escrito sobre la guerra civil. Cada uno de los relatos está basado en un  hecho real. Por mucho que quiera decir sobre este libro, siempre me quedaré corto; hay que leerlo si se quiere saber una parte de nuestra historia, La Guerra Civil, donde la escoria y la bondad no distinguían de bandos. Idiotas y asesinos se han producido y actuado con idéntica profusión e intensidad en los dos bandos en que se partiera España. El prólogo de Manuel Chaves  Nogales se puede considerar como un relato más de estás trescientas maravillosas paginas. Su causa, la de la libertad, no había en España quién la defendiera.

Extracto del Prólogo:

YO era eso que los sociólogos llaman un "pequeño burgués liberal", ciudadano de una república democrática y parlamentaria. Trabajador intelectual al servicio de una industria regida por una burguesía capitalista heredera de la aristocracia terrateniente, ganaba mi pan y mi libertad con una relativa holgura confeccionando periódicos y escribiendo artículos, reportajes, biografías, cuentos y novelas, con los que me hacía la ilusión de avivar el espíritu de mis compatriotas y suscitar en ellos el interés por los grandes temas de nuestro tiempo. Cuando iba a Moscú y al regreso contaba que los obreros viven mal y soportan  una dictadura que se hacen la ilusión de ejercer, mi patrón me felicitaba y me daba cariñosas palmaditas en la espalda. Cuando al regreso de Roma aseguraba que el fascismo no ha aumentado en un gramo la ración de pan del italiano, ni ha sabido acrecentar el acervo de sus valores morales, mi patrón no se mostraba tan satisfecho de mí ni creía que yo fuese realmente  un buen periodista; pero a fin de cuentas, a costa de buenas y malas caras, de elogios y censuras, yo iba sacando adelante mi verdad de intelectual liberal.
Si, como me ocurría a veces, el capitalismo no prestaba de buen grado sus grande rotativas y sus toneladas para que yo dijese lo que quería decir, me resignaba a decirlo en el café, en la mesa de la redacción o en la humilde tribuna de un ateneo provinciano, sin el temor de que nadie viniese a ponerme la mano en la boca y sin miedo a policías que me encarcelasen, ni a encamisados que me hicieran purgar atrozmente mis errores. Antifascista y antirevolucionario por temperamento. Todo revolucionario, con el debido respeto, me ha parecido siempre algo tan pernicioso como cualquier reaccionario.
Manuel Chaves Nogales



miércoles, 30 de mayo de 2012

AMOR CON AMOR SE PAGA

AMOR, veo tu entierro todas las noches,
y por la mañana me despiertan las campanas
que festejan tu nacimiento.

¿No te convendría más
una vida ordenada,
una esposa modelo
una casa confortable?

Acabarás enflaqueciendo;
pero, ¡qué más da, amor,
si se hacen más hermosos  tus ojos cuando palideces!

No me importa
si eres alto o bajo,
grande o chico,
ni donde duermes,
ni qué comes;
sólo quiero que vengas si dilación cuando te llame,
alegre como unas castañuelas,
trayéndome lo que te pida
sin pedirme retribución por tus servicios.

Te pagaré con amor,
y si el amor se me escurre, porque suele escurrirse,
te daré algo que sabe a lo mismo
y espera en las encrucijadas a los tímidos viajeros,
como los ladrones.

José Antonio Muñoz Rojas

José A. Muñoz Rojas



martes, 29 de mayo de 2012

HEINRICH HIMMLER SE FLAGELA

Entre los hombres desnudos había uno sentado en el banco inferior al que creí reconocer. El sudor resbalaba por su cara de protuberantes pómulos en la que unos ojos miopes, desprovistos de lentes, resplandecían con un brillo blando y blancuzco semejante al de los ojos de un pez. Mantenía las manos apoyadas sobre las rodillas, en actitud de colegial castigado. Entre los antebrazos descollaba, se derramaba más bien, un pequeño vientre hinchado y rosáceo cuyo sobresaliente ombligo destacaba de forma extraña en medio de la piel blanda y rosada, como un delicado capullo de rosa, un ombligo de niño en un vientre de anciano.Cuando Dietl levantó el brazo  y dijo "Heil Hitler" el hombre se puso en pie y lo reconocí, era Himmler. Parecía un sorbete dentro de un horno. En un decir Jesús no quedaría de él mas que un charco de sudor en el suelo.
(...)Tras interpretar su gesto como la señal para la fustigación, los demás hombres que allí había alzaron los flagelos y empezaron a arrearse entre ellos para después, todos a una, azotar los hombros, la espalda y las nalgas de Himmler con una violencia que aumentaba por momentos.
Las ramas de abedul estampaban sobre aquella carne blanduzca la impronta blanca de las hojas, que enseguida se tornaba roja y se desvanecía. Al principio, Himmler intentó protegerse tapándose la cara con los brazos; se reía, pero era una risa forzada que revelaba rabia y miedo. Al fin, Himmler vio la puerta de la sauna abierta detrás de nosotros; extendió los brazos para abrirse paso, corrió hacia ella y, perseguido por el grupo de hombres desnudos, que seguían azotándole con implacable celo, huyó a toda velocidad en dirección al río y se zambulló en el agua.
Kaputt
Curzio Malaparte

domingo, 27 de mayo de 2012

EL UNIFORME ERA SU VERDADERA PIEL

Durante la Segunda Guerra Mundial Curzio Malaparte recorre la Europa ocupada por los nazis. En  un poblado de barracones militares donde tiene su sede el cuartel general de la comandancia suprema del frente Norte, un oficial se acerca a Dietl y le dice entre risas: 
-Himmler está en la sauna de la comandancia. Vamos a verlo desnudo.

EL interior de la sauna finlandesa, está ocupado por el hogar y la caldera, de la cual gotea sobre las piedras candentes el agua producida por la nube de vapor. En los bancos, dispuests los unos sobre los otros  a modo  de gradería a lo largo de la pared de la sauna, están sentados o tendidos, una decena de hombres desnudos, blancos, flácidos e inofensivos. Tan extraordinariamente desnudos que parecen no tener piel. De vez en cuando levantan un brazo lenta y penosamente para enjuagarse el sudor que resbala por sus miembros blancuzcos, salpicados de pecas amarillas, una especie de sarna luminosa. Se sientan o yacen sobre los bancos como si fueran cadáveres cansados.
Los alemanes desnudos parecen increíblemente inofensivos. No ocultan secretos. No dan miedo. El secreto de su fuerza no está en la piel, en los  huesos, ni en la sangre, sino en el uniforme. Tan desnudos están que no se sienten vestidos si no es en uniforme. El uniforme es su verdadera piel. Si los pueblos Europeos supiesen cuán floja, inofensiva y muerta es la desnudez que se oculta bajo el feldgrau del uniforme alemán, el ejército germánico no daría miedo ni al pueblo más débil y desarmado. Hasta un niño se atrevería a enfrentarse a todo un batallón alemán. Basta con verlos desnudos para comprender el secreto de su vida nacional, de su historia como nación . Estaban desnudos ante nosotros como tímidos y pudorosos cadáveres. 
Kaputt 
Curzio Malaparte

Próxima entrega: Himmler se flagela.

sábado, 26 de mayo de 2012

CÓMO ERA LA LUZ DEL DÍA


CÓMO era la luz del día
un ciego me preguntó.
Yo le contesté llorando:
Envidia te tengo yo
que no quisiera ver tanto.

Fandango

Ayer  el blog de Andrés Trapiello tenía una entrada preciosa, tanto por lo que contaba en ella, como por esta pintura de Pelayo Ortega, que no me canso de mirar. Un tren que se va
El fandango lo leí en Diario anónimo, José Ángel Valente (Galaxia Gutenberg) 




MIGUEL DE UNAMUNO EL GRAN HABLADOR y (2)

CUANDO desembarcó en Santa Cruz de Tenerife, camino de la isla de Fuerteventura, adonde Primo de Rivera le había desterrado, varios intelectuales tinerfeños le invitaron a conocer los alrededores de la ciudad. Echaron a andar, pendientes todos de lo que el maestro iba explicando. Al pasar cerca de una tapia don Miguel vio un excremento, sobre el que había un papel.
-Por aquí-comentó-ha pasado la civilización-
Y, sin más escolios, volvió a lo muy interesante que "Unamuno iba diciéndole a Unamuno".
Le placía discutir, pero siempre que alguien trataba de conocer su opinión respecto a un determinado asunto o problema, adoptaba lo que los esgrimistas llaman una "guardia cerrada", y consitía en desconcentar al preguntado con otra pregunta. 
-¿Qué piensa usted del comunismo, Maestro?
-Sepamos antes- ajustándose los lentes sobre la nariz-lo que entiende usted por comunismo.
O bien:
-¿Cree usted, maestro, que debemos admitir la inmortalidad del alma?
-Dígame, primero, lo qué es alma y hablaremos.
En su réplica solía pecar de cáustico o de injusto. La muerte de Valle-Inclan la glosó así: "Reconozco que no le faltaba cierta imaginación". Y cuando en el saloncillo del Teatro Español, Federico García Sanchiz, recién llegado de América, le habló de sus "Charlas": "Si-le dijo-, ya sabía que andaba usted por ahí chisporroteando".
Fue don Miguel de Unamuno un gran pensador torturado por la idea de morir. También era un orgulloso y absorbente homocentrista. "Ego Unamuno" fue su divisa. "Salamanca- dice en una carta dirigida a Ramiro de Maeztu-está llena de mí"- Y esa egolatría, este altísimo concepto que tenía de su Yo, le incapacitaba para crear tipos que no actuasen y hablasen como él; y así, aunque escribió novelas, nunca fue un verdadero novelista.
Un hombre que se va...
Eduardo Zamacois
Unamuno en Fuerteventura

viernes, 25 de mayo de 2012

MIGUEL DE UNAMUNO EL GRAN HABLADOR (1)

En 1934 don Miguel de Unamuno cumplía 70 años.
Decreto del presidente de la República, don Niceto Alcalá Zamora:
Articulo primero: "El homenaje a don Migule de Unamuno(...) tiene carácter nacional"

Generalmente los grandes escritores son hombres de escasa conversación, por aquello de llevar la lengua en la pluma. Empero a Unamuno, que fue la mentalidad más fuerte de su época, le gustaba hablar, y lo hacía sin tasa. El origen de la secreta antipatía que le profesaba Ortega y Gasset, que también se pirraba por hablar, era ese. Sé de buena tinta que, siempre que Unamuno iba a la Revista de Occidente, Ortega y Gasset se marchaba de la redacción para no perder el derecho a opinar. Oír a Don Miguel era leer un libro cuajado de atisbos geniales. Por lo mismo, llegaba un momento que el lector, fatigada su atención, hubiera deseado cerrar el libro. Imposible. Unamuno era un libro incerrable. Si el autor de Contra esto y aquello -su libro más él-tomaba la palabra no había manera de quitársela. Maridando unas ideas con otras charlaba interminablemente de la literatura, de historia, de política, y de la España que amó tanto y que, para mejor conocerla, había recorrido a pie. A veces solía interrumpirse para explicar la raíz, griega o latina, del vocablo que acababa de utilizar, y seguidamente reanudaba su soliloquio sin dirigirse a nadie, como si aquella explicación se la hubiera dado a sí mismo. Todo le cautivaba y para todo tenía una apostilla.
De Unamuno cabe decir lo que de Diderot, parlante incansable, dijo Voltaire: "Es un hombre que ignora el placer de dialogar".
Un hombre que se va....
Eduardo Zamacois


P.D.Caricatura de:Agustín Sciammarella

jueves, 24 de mayo de 2012

CORAZÓN, AYER SONORO

CORAZÓN, ayer sonoro,
¿ya no suena
tu monedilla de oro?
Tu alcancía
antes que el tiempo la rompa
¿se irá quedando vacía?
Confiemos
en que no será verdad
nada de lo que sabemos.

Antonio Machado