lunes, 7 de febrero de 2011

MARIANO RAJOY NO ENTIENDE SU LETRA


El otro día Mariano Rajoy acudió a un programa de Veo TV: "Veo, veo, que ves...". En dicho programa Mariano Rajoy fue entrevistado por el capo de dicha tele, P.J. Ramirez. Cuando llegó el momento de las preguntas del público se encontró con una chica muy preparada llamada María. La chica que era del PePe (por eso estaba tan preparada) le formuló dos preguntas.

Señor Rajoy, me llamo Simplemente Maria y le quiero hacer dos preguntas:

1ª Qué medidas incluye en su programa para crear empleo
2ª Qué medidas para apoyar a los jóvenes emprendedores que no tiene acceso al crédito

Respuesta:
uhhhh.... tictactictac...uhhhh...quequeque... Vamos a ver (Veo TV) eheheheheheeh... es que me ha pasado una cosa verdaderamente notable, que lo he escrito aquí, y no entiendo mi letra.

Don Mariano en sus ratos libres es Registrador de la propiedad , y, ¡no entiende su propia letra! Pero bueno Mariano, como vamos a dejar en tus mano esta propiedad llamada ¡Que Viva España!.

-Mariano: Oye Soraya me acaba de ocurrir algo verdaderamente notable, no se si estoy gobernando en España o en Cataluña, es que no entiendo mi letra. El del bigote me dijo que sólo escribiera catalán en la intimidad y, esta letra ya no se si está en catalán o en suhajili, no lo entiendo Sorayina.
-Soraya: Canta conmigo Mariano
Veo Veo
qué ves
Una cosita
y que cosita es
empieza con la E
qué sere qué sere qué sere
EsCataluña
¡¡¡ no no no, eso no no no, no es así!!!
con la E EEE es España ña ña ña ña ña.. (bueno si nos deja algo Zapatitos).

-Gracias Soraya ahora ya se leer el diccionario de la realidad.
-Si, pero la chica de la pregunta todavía está esperando tu respuesta.
¡Mariano presidente! De su casa, si la tiene bien registrada.






miércoles, 2 de febrero de 2011

LA LUZ DE LA COCINA







La luz de la cocina en la mañana
cuando la casa aún está a oscuras
y todos duermen, y en los vidrios
el día es un presentimiento
parecido a la espera o la añoranza.

La luz de la cocina cuando el sol aparece
anaranjado entre las ramas negras
y las flores celestes del jacarandá
y el hombre hace el café, hojea un libro,
se asoma al patio y piensa

que es posible que llueva,
que ya casi es la hora
de despertar a su mujer, que hay ropa
tendida en la soga, que el silencio
con olor a humedad le recuerda a la infancia,
que la vejez se acerca
y el poema se aleja
y aún no sabe vivir.



Pablo Anadón

martes, 1 de febrero de 2011

EL GRAN BANCO CHINO



Los chinos acaban de inaugurar un banco en Madrid que estará abierto las veinticinco horas del día. En este banco se pueden hacer ingresos a cualquier hora del día o de la noche. Y nos dieron las diez y las once las doce y la una y las dos y las tres y desnudos al amanecer nos encontró la China (en forma de banco). Tocamos el timbre "goooommm"  y  te recibe el directo en persona, duerme  en el banco. Nuestro amable dilectol se llama Lolando Lolán Lodliguez y el lema de la entidad es: Tu otro banco, y, cada día el de más gente, sin contar a los chinos. 

El producto que más éxito está teniendo, por sus altos intereses, es la cuenta amarilla. Por cada nueva cuenta  te regalan un lote  de tinta china. Además todos los meses participaras en el sorteo "te tocó la china". Este premio consiste en pasar una noche en el banco con el  director de la sucursal, tapados los dos con una caja de cartón, no de ahorros, que esas también las vamos a transformar en bancos, con caja incluida. 

El secreto de los altos intereses que ofrece el Gran  Banco está en  que los chinos, cuando todo el mundo se dedicaba al ladrillo, ellos se entretenían poniendo piedras en la Gran Muralla. A un chino le hablas del ladrillo  y te contesta que eso es un trabalenguas que todavía están tratando averiguar con la ayuda de Confucio me confunde: "el cielo está enladlillado quién lo desenladlillalá el desenladlillallador que lo de desenladlille buen desenladlilladol selá".  Se me lengua la tlaba



Joaquín Sabina-Y nos dieron las diez

THE NEW YORKER

En Febrero de 1925 se fundó la revista  The New Yorker y en cada aniversario se publica  la primera portada. La revista fue fundada por Harold Ross y su esposa Jane Grant y empezó como una revista de humor sofisticada, aunque muy pronto se centró en el aspecto literario. La primera portada fue obra de Rea Irvin: Un dandi con sombrero de copa examinando una mariposa a través de un monóculo. La revista a pesar de tener una tirada de un millón de ejemplares, es una revista para las élites, donde todo el mundo quiere escribir desde narradores y poetas, pasando por periodista e ilustradores, todos ellos de fama reconocida.

Tiene fama de publicación frívola y domestica lo que no impide que en sus paginas se publicara y se siga publicando la mejor ficción, tanto americana como extranjera. Vladimir Nabokov fue conocido en los Estados Unidos  atraves de sus paginas. Otro que tuvo una larga relación con la revista fue John Cheever al que  le  compró un cuento por primera vez cuando tenía veintiún años. En 1981, The New Yorker publicó el último relato escrito por Cheever; The Island, y en 1990 y 1991 varias secciones sobre sus diarios.
Cheever a diferencia de otros colaboradores fijos no cobraba un salario mensual sino que recibía una paga en función de los relatos que conseguía publicar. Unos mil dolares por pieza breve y dos mil por texto largo.

Truman Capote  comenzó a trabajar en The New Yorker como chico de los recados. Luego se hizo mundialmente famoso por Desayuno con Diamantes y a Sangre fría. Sus últimos años fueron  difíciles cayó en el alcoholismo y las drogas.  

domingo, 30 de enero de 2011

HABLA MEMORIA

ADUANA
"¿Qué traes?", pregunta,
Con arrogancia de todopoderoso, la Muerte.

Y le respondo humilde:
"No traigo nada.
Dejo atrás lo que tuve,
Como usted ordena"

José Emilio Pacheco











La cuna se balancea sobre un abismo, y el sentido común nos dice que nuestra existencia no es más que una breve rendija de luz entre dos eternidades de tinieblas. Aunque ambas son gemelas idénticas, el hombre, por lo general, contempla el abismo prenatal con más calma que aquel otro hacia el que se dirige (a unas cuatro mil quinientas pulsaciones por hora). Conozco, sin embargo, a un niño cronofóbico que experimentó algo muy parecido al pánico cuando vio por primera vez unas películas familiares rodadas pocas semanas antes de su nacimiento. Contempló un mundo prácticamente inalterado-la misma casa, la misma gente-,  pero comprendió que él no existía allí, y que nadie lloraba su ausencia. Tuvo una fugaz visión de su madre saludando con la mano desde una ventana de arriba, y aquel ademán nuevo le perturbó, como si fuese una misteriosa despedida. Pero lo que más le asustó fue la imagen de un cochecito nuevo, plantado en pleno porche, y con el mismo aire de respetabilidad y entrometimiento que un ataúd; hasta el cochecito estaba vacío, como si, en el curso inverso de los acontecimientos, sus mismísimos huesos se hubieran desintegrado.
 Tales fantasías no son raras en la infancia. O, por decirlo de otro modo las primeras y últimas cosas suelen tener un barniz adolescente; a no ser, quizá, que estén supervisadas por alguna venerable religión. La naturaleza espera del adulto que acepte los dos vacíos negros, a proa y a popa, con la misma indiferencia con que acepta las extraordinarias visiones que median entre los dos. La imaginación, supremo deleite del inmortal y del inmaduro, debería ser limitada. A fin de disfrutar la vida, no tendríamos que disfrutarla demasiado...

Habla memoria
Vladimir Nabokov

jueves, 27 de enero de 2011

LA MIRADA DEL OTRO

Acuario de Gijón

El pez en el acuario
Mudo observa
El espacio que mide con su vuelo.

Del agua sólo sabe:
"Esto es el mundo".
De nosotros lo azoran los enigmas.

"¿Quienes serán? Extraños prisioneros
De la Tierra y el aire.
Si vinieran aquí se asfixiarían.

Los compadezco. Pobres animales
Que dan vueltas eternas al vacío.

Viven para ser vistos.
Son carnada
De un poderoso anzuelo inexplicable.

Algún día 
He de verlos inertes, boca arriba. 
Flotantes en la cima de su Nada."

José Emilio Pacheco
Como la Lluvia
Visor Poesía

martes, 25 de enero de 2011

EL MISTERIO DE LAYTON COURT

EL MISTERIO DE LAYTON COURT
ANTHONY BERKELEY
LUMEN

Victor Stanworth invita a unos amigos a pasar unos días en su mansión de Layton Corut. Una mañana el anfitrión aparece muerto en la silla de su escritorio. La mano derecha de Victor estaba aferrada a un pequeño revolver, el dedo seguía apretando convulsivamente el gatillo. En el centro de su frente, había un pequeño agujero circular y la cabeza colgaba indolente sobre el respaldo de la silla. En un papel  sobre el escritorio se podía leer "A quién pueda interesar: por razones que solo a mi me conciernen, he decidido suicidarme".

Entre los invitados se encuentra Roger Sheringhan un escritor y detective inteligente e ironico que va haciendo participe al lector (su cómplice), tanto de los descubrimientos como de los errores que se van produciendo a lo largo de la investigación. A medida que avanza la novela, la trama se vuelve más enrevesada, pero en ningún momento el lector pierda el hilo de la misma. La pista principal de cualquier asesinato o suicidio la proporciona la propia victima, así que nuestro detective indagando sobre la victima es como logrará desentrañar  el misterio de la muerte de Victor Stanworth.

Se me olvidaba contar que la habitación donde se produjo el suicidio tenia todas las ventanas y puertas cerradas por dentro. Típico caso de habitación cerrada, que el detective Roger resuelve satisfactoriamente. Y todos, menos el muerto,  fuimos felices y comimos perdices.
El autor Anthony Berkeley fue miembro, junto con  Chesterton, Agatha Chirsitie, o Dorotthy L. Sayers del selecto club de escritores de misterio de los años treinta. Una de las novelas más originales escritas por Berkele y considerada una de las obras maestras de las novelas de misterio fue : "El caso de los bombones envenenados".
Con lo que me gustan a mi los bombones no me la pierdo. "Ya Miner pero los de la novela son de chocolate y a ti te gustan más los otros". (Rudy Robacorazones). 

lunes, 24 de enero de 2011

SI ALGUIEN TOCA UN DÍA A TU PUERTA


Si alguien toca un día a tu puerta
diciendo que es un emisario mio.
No creas, ni aunque sea yo;
que mi vanidoso orgullo no intentaría
tocar siquiera la puerta irreal del cielo.
Pero si, naturalmente, sin oír
a alguien tocar, la puerta fueras a abrir
y encontraras alguien como a la espera
de tocar, medita un poco.
Ese era mi emisario y yo y lo que intenta
mi orgullo que desespera.

¡Abre a quien no  llama a tu puerta!

Fernando Pessoa

EL PESO DE LA SANGRE


 "Lamento las muertes en Irak"
Tony Blair

VISIÓN DESDE EL FONDO DEL MAR
RAFAEL ARGULLOL
ACANTILADO


Los pilotos norteamericanos que bombardearon Irak en 2003 fueron protegidos definitivamente contra el peso de la sangre. No solo no veían las bombas que lanzaban y sus efectos devastadores, sino que, aislados acústicamente, ignoraban el más lejano eco del estruendo con el que se destrozaban las ciudades. Muchos regresaban a sus bases y salían en la televisión completamente ajenos al mal causado.

(...)Sin embargo, el muchacho de Ohio, pobre, no lo sabe porque es solo un triste apéndice de chacal de despacho, del depredador que quiere hacer creer a los hombres que en la guerra la sangre ya no existe y que lo que él tiene entre las fauces, un fluido rojo y nauseabundo, son ideas y creencias. El viejo guerrero, loco y bárbaro, saqueador y aterrorizado al mismo tiempo, habita en nuestra propia oscuridad. No obstante, mucho más peligroso es el chacal de despacho, el predicador que promete la luz, el filántropo que sabe lo que es conveniente para la humanidad, el vendedor de paraísos: los que observan con satisfacción  que el fiel de la balanza no se inclina con el peso de la sangre.

Atreverse a pesar la sangre es el único camino de paz que puedo intuir. A este respecto, antes de toda guerra debería obligarse a los declarantes  a bañarse en sangre. En el sentido más literal: el rey, el presidente, el general deberían sumergirse en pilas bautismales llenas de sangre y revolcarse entre cadáveres. Este bautismo les daría la autoridad necesaria.
Pero entonces, asimismo, se liberarían de nuevo las Vengadoras, las que ahora ocultamos bajo nuestras hipócritas máscaras de ley y civilización, las furiosas hijas del pantano que emprenderían otra vez el vuelo para perseguir a los farsantes, para taladrar los oídos de los gélidos ejecutores,  para cubrir con hiel los ojos de los que, no juzgando suficiente el miedo que nos rodea desde que nacemos, han querido convertirse en los dueños de nuestro terror.

Rafael Argullol

jueves, 20 de enero de 2011

LEOPOLDO II DE BÉLGICA

Esta es la foto  en la que sale más favorecido


El rey de los belgas había comprado en 1885 una parte del Congo tan grande como Europa. En el interior de esas tierras había marfil, e incontables nativos a los que se podía obligar a servir. Cuando se produjo el boom del caucho, Leopoldo descubrió  que la casualidad había querido que su colonia fuese rica en  plantaciones de caucho salvaje, y con ello descubrió también el potencial de detentar un monopolio virtual en el mercado mundial. Leopoldo compredio que no había tiempo que perder; la fortuna que podía hacer era inmensa. Así pues, puso manos a la obra, o mejor dicho, puso a trabajar a decenas de miles de nativos, para lo cual instauró un régimen de terror ideado para obtener la máxima producción de caucho exportable sin tener en cuenta el coste humano

Leopoldo- un hombre aburrido, de mentalidad comercial y poseído por una codicia épica- había alegado motivos humanitarios para apropiarse del Congo, y prometido que el territorio se inspeccionaría a fondo y se cristianizaría. Durante el mandato de Leopoldo murieron unos diez millones de nativos, asesinados, mutilados o de hambre. Fue uno de los peores genocidios que vio el mundo. Lo recaudado con esas practicas sirvió para financiar interminables ampliaciones y reformas del castillo real de Laaken, un extenso parque a rebosar de caprichos arquitectónicos, un paseo marítimo en la ciudad costera de Ostenden, su hipódromo preferido, un campo de golf y, cómo no, su proyecto más mimado, el monumental arco de triunfo que conmemoraría sus logros. Leopoldo también compró propiedades palaciegas en otros países, especialmente en el sur de Francia, donde le gustaba pasar semanas con su amante, a la que había conocido cuando ella era una prostituta parisina adolescente y con la que finalmente se casó poca antes de morir.

Cuando salió a la luz las atrocidades que el rey  había cometido en El Estado Libre del Congo, este era ya un septuagenario  dado a recorrer en triciclo el parque de palacio y  aterrorizar a la corte con su hipocondría descomunal y  su miedo a los germanes, finalmente decidió que no valía la pena seguir manteniendo la colonia (menos lucrativa ahora, pues habían aparecido nuevos productores de caucho) y "generosamente" aceptó venderla al gobierno Belga. Gracias a ese gesto real, Bélgica se endeudó en ciento diez millones de francos, aceptó financiar todos los proyectos arquitectónicos reales ya iniciados y le pagó al rey otros cincuenta millones de francos "como prueba de gratitud por sus grandes sacrificios en el Congo". Leopoldo II murió el 17 diciembre del año siguiente, 1909.

Años de vértigo
Philipp Blom
Anagrama