En los primeros días de octubre de 1934 el ambiente en Madrid está tenso y con olor a pólvora. De un momento a otro cabe esperar acontecimientos decisivos. Hasta los anarquistas, habitualmente apolíticos y actuando siempre por cuenta propia prometen esta vez su concurso. Los gobiernos del corrupto partido radical de Lerroux sufren crisis tras crisis. La mayor parte de los partidos auténticamente republicanos y los socialistas están en la oposición, surge el peligro de que los monárquicos y las demás fuerzas reaccionaras, camuflada en el partido semifascista de Gil Robles, la CEDA, entren a formar parte de una nueva combinación ministerial. La oposición, hasta entonces desunida, decide por fin actuar conjuntamente para impedir que se consume el atentado a la República. La consigna es ir a la huelga general y aún a una insurrección armada el mismo día en que la CEDA logre participar en el gobierno.
Durante la noche del 6 de octubre nos enteramos que el movimiento ha fracasado en Madrid y en Barcelona; que Luis Companys, quien proclamó en Cataluña un gobierno federal, y Manuel Azaña, también implicado en la insurrección, han sido apresados; pero que los mineros del Norte, actuando por primera vez unidos los socialistas, anarquista y comunistas, se han adueñado del poder en Asturias, donde se está combatiendo intensamente y adonde se dirigen fuerzas militares al mando del general López Ochoa. Cuando a la mañana siguiente bajo a la calle la encuentro casi desierta. En la esquina hay soldados y Guardias de Asalto con armas listas para disparar. Se ha declarado el estado de sitio. Para circular por la calle hay que caminar con los brazos en alto.
MARIANO RAWICZ
EDITORIAL COMARES
P.D. Haber si resulta que lo inventores de la historia, los pseudo historiadores Pío Moa, Cesar Vidal etc. tenían razón y la "Guerra Civil Española" se debió a al golpe de estado de 1934. Mañana la respuesta.