ESTELAS EN EL MAR

DICE M. que ya tiene ganas de que pase todo esto para ir a Ll. Está cansada de verme todos los días con la calculadora en la mano sacando porcentajes. En Ll. me dedicaré  a mi profesión de contador de nubes. En días despejados desde la hamaca calcularé la temperatura de la troposfera en función del tiempo que tardan en deshacerse las estelas de los aviones. Ahora no hay aviones ni estelas en el mar.

EN Gijón, haciendo esquina con las calles Corrida y Munuza, estaba el hotel Malet. Durante la Gran Guerra los mineros iban a bañarse al hotel, donde camareras importadas, el dueño era francés, les llenaban las bañeras con champagne, los mineros se metian dentro mientras sonaba la obertura de la ópera cómica "Orfeo en los infiernos".

UN infierno fue para Jeann Paul Marat la bañera de su casa. Marat se metia en la bañera para escribir dejando fuera del agua la cabeza y el brazo de la mano con la que escribía. El agua aliviaba los picores que le producía una enfermedad de la piel. Mientras estaba metido en la bañera recibió a Charlotte Corday, una fanática girondina, que le clavó un cuchillo en el corazón. "He matado a un hombre para salvar a cien mil". Un resbalón en la bañera lo tiene cualquiera.

EL hielo con su aparente fragilidad envuelve los objetos con una capa de gran dureza. En el año 1993  cayó una importante nevada en el puerto de Pajares y nos mandaron con dos máquinas Alcos formando tándem a explorar la vía. El primer día las dejamos en vía muerta; cuando las fuimos a coger de nuevo nos costó trabajo despegarlas por culpa de la capa de hielo que se había formado sobre los quitanieves. En sucesivos días las separabamos un par de metros.

EL Richmond  era el café más elegante de Gijón, se encontraba en los bajos del edificio que albergaba el hotel Malet. Disponía de un quinteto catalán para el té de la tarde y durante los aperitivos del mediodía y de la noche interpretaban música suave sobre el estrado. La gente se detenía para oír al cantor "Lindo capullito de Alelí". EL ONCENO MANDAMIENTO (Faustino González Aller)

LA Consejera de la Presidencia de la Generalidad, Meritxell Budó, asegura que una Cataluña independiente con más competencias no habría tenido ni tantos muerto ni tantos infectados. Los nacionalistas catalanes, además de ser la raza elegida, son adivinos, no solo del pasado, que eso lo puede hacer cualquiera español, sino del porvenir. El partido de Meritxell puede hacer con los muertos lo mismo que hizo con las comisiones, ocultarlos.    

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