POR creer que los hijos son propiedad de los padres perdió la vida el conde Lozano padre de Jimena. Diego Laínez progenitor de Ruy Díaz fue a solicitar la mano de Jimena y el conde zanjó la petición con una bofetada a Diego. Ruy Díaz desafió al padre de su amada en duelo a campo abierto, según las reglas de honor. Con el conde de Laínez caído en el suelo, Rodrigo Díaz de Vivar, le cortó la mano que metió en una escarcela y se la llevó a su padre. Uno va a pedir la mano de la hija y vuelve con la del padre. El Cid se terminó casando con Jimena en la, probablemente, primera expropiación forzosa de la historia.
TODOS los días oímos pronunciar, sobre todo a políticos, palabras vacías de contenido que ejercen una cierta atracción en la gente. Vienen envueltas en la mentira. Fake news se llaman ahora los bulos. Lo curioso es que no se las creen ni los que las cuentan. En mi infancia, cuando alguien contaba una mentira decíamos: agachate que pasa la bola. Los que las contaban eran unos troleros.
EN el verano de 2002 unos niños de Ufá, Rusia, iban a pasar unas vacaciones en España. Llegaron con retraso al aeropuerto de Moscú y, cómo perdieron el enlace previsto, fletaron un avión. Dos criadas que acompañaban a los hijos de un funcionario del gobierno de Ufá impidieron que subieran al avión lo que les sirvió para salvar la vida. Las criadas prácticamente secuestraron a los niños que llorosos no querían separarse de sus compañeros. El avión ruso chocó contra un boeing 757 de carga en el sur de Alemania. En el accidente perdieron la vida 71 personas entre las que se encontraban 52 escolares que iban acompañados de monitores. Cómo pudieron estas dos criadas ver el peligro.
UN día de abril de 1958 Borges le contó a Bioy Casares lo siguiente: El rey David llamó a un joyero y le pidió que le hiciera un anillo que le recordara, en los momentos de júbilo, que no debería envanecerse, y, en los momentos de tristeza, abatirse. "¿Cómo lo haré?" preguntó el hombre. "Tú sabrás-contestó el rey- para eso eres el artífice. El joyero salió a la calle. Un joven le preguntó:" ¿Anciano qué te atormenta?". El joyero contestó."el rey me encargó un anillo" y explicó todo. "Eso es fácil -declaró el joven- Fabrica un anillo de oro, con la inscripción :"Esto también pasará" Así lo hizo el joyero y llevó el anillo al rey, quien le preguntó: "¿cómo se te ha ocurrido eso?". No se me ocurrió a mi, sino a un joven que era así y así", contestó el joyero. "Ah- exclamó el rey-, ese joven es mi hijo Salomón".
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