EL pasajero, de Ulrich Alexander Boschwitz, es un retrato de la alemania nazi. Otto Silbermann es un hombre de negocios judío, adinerado y con mentalidad alemana que vive en Berlín. Combatió en la primera Guerra Mundial y fue condecorado con la Cruz de Hierro. A raíz de la noche de los cristales rotos emprende una huida a ninguna parte. Viaje de tren en tren y de estación en estación donde se encuentra con todo tipo de gentes, unos son directamente culpables de lo que está ocurriendo, otros, los asustados, eluden su responsabilidad y los pocos valientes que encuentra le ofrecen su solidaridad. La novela está inspirada en la experiencia del autor que tuvo que huir de Alemania y, como muchos otros alemanes que escaparon al terror, fue confinado en la isla de Man. El gobierno británico los deportó a Australia en el infame buque Dunera donde sufrió maltratos como el resto del pasaje. En 1942 se le permitió regresar a Inglaterra, murió en el barco en el que viajaba, Abosso, alcanzado por un torpedo alemán junto a otras trescientas sesenta y un personas.
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