NO PODRÍA decirles nunca: esto fue un sueño,
y esto fue mi vida.
Pero en un principio no fue así. En un principio la
mesa estuvo realmente puesta, y mi padre cruzó las
manos sobre el mantel realmente, y el agua santificó
mi garganta.
FRENTE AL ESPEJO
EN UN ABRIR y cerrar de ojos
ya no estarás en donde estabas:
un triste viejo está mirándote
con qué terror desde tu cara.
Mirándote ávido y mirándote
mientras la luz te da en su cara:
en un abrir y cerrar de ojos,
ni tú, ni él, ni nada.
Eliseo Diego
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