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Yo siempre había creído que el purgatorio era una sala de espera con una estufa en la que durante un tiempo limitado te quemabas a fuego lento revoltosa. Y ahora me entero que no es un lugar físico, sino químico, en el que "un fuego interior purifica el alma del pecado" ( Benedicto XVI). Después de que nos quitaran el purgatorio y el limbo, solo nos quedaba el comodín de la llamada, pero cada vez que lo queríamos utilizar, comunicaba.
Esa sensación de fuego interior que sentía después del tercer Gin-Tonic y que me tenía tan preocupado, en realidad (irreal) era que tenia el alma en el purgatorio y el cuerpo en la gloria. La próxima vez que me pare la Benemérita y me mande soplar, tengo una excusa divina: señor agente el O.80 que marca el etilómetro es la temperatura del purgatorio, que está que arde, y, si usted tiene dudas, utilice el comodín de la llamada y pídale a Benedicto que le mande mi expediente.
Rosana- A fuego lento
Mino , tu trabajando a las cosas serias como siempre..ta' bien la cosa!
ResponderEliminarEsto es muy serio, acaban de beatificar a Juan Pablo II, por un milagro que hizo, curó a una monja de Parkinsón. Ahora corre un rumor por los pasillos del Vaticano que el próximo en ser Beatificado será Miner, por el milagro de llegar a fin de mes sin tener que pedir un préstamo al Espíritu Santo (Banco).
ResponderEliminar¡Hombre de poca fe!
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