martes, 17 de agosto de 2010

EL TUTILIMUNDI


EL TUTILIMUNDI

Se llamaba tutilimundi a un cosmorama, casi siempre portátil, como un cajón largo, con techo de madera, que tenía en las paredes laterales varios agujeros redondos de cristal, por donde se veían paisajes, vistas de ciudades y escenas fantásticas iluminadas. Este cajón solía ir tirado por un caballo o un burro.
El tutilimundi se llamaba también Mundo Nuevo. De aquí el nombre de un campo de Madrid, próximo a la fábrica del gas, intitulado campillo del Mundo Nuevo.
El tutilimundi aparecía en los pueblos durante las fiestas. En Madrid se estacionaba en alguna plaza, con frecuencia en la plaza Mayor, y a veces el hombre que lo exhibía redoblaba en un tambor y explicaba las vistas de su pequeño escenario.
El último que recuerdo pasaba hace catorce o quince años por la calle Ancha de San Bernardo tirado por un borriquillo. No se sabe dónde podía ir. Tenía un aire tan pobre, tan humilde, que me producía melancolía. El doctor Val y Vera, que conoce al dedillo la calle Ancha, me ha dicho que todavía sigue pasando el carrito.
En la niñez me había parecido una cosa tan atractiva este cosmorama, que cuando lo vi luego arrastrarse en la general indiferencia, por contraste, me dio una sensación de tristeza y humildad.
No había soñado con asomarme a la Ópera de París, al Real de Madrid o al Covent Garden de Londres, y estuve en estos teatros; en cambio, había soñado con mirar por aquellos agujeros del cosmorama, y no sé si alguna vez lo conseguí.

EL HOMBRE DE LOS PAJARITOS SABIOS

Otro tipo, al cual no se le veía más que muy de tarde en tarde en alguna plaza lejana, era el hombre de los pajaritos sabios. Sin duda, era solicitado en pueblos de alrededor, y salía de Madrid y viajaba con frecuencia.
Llevaba una especie de silla de tijera, alta, donde ponía la jaula grande con sus pájaros, jaula de varios compartimentos, y al lado se sentaba él, en otra silla más pequeña, también de tijera.
Era un tipo raído, moreno, chato, vestido de negro, con gorra y cara de pocos amigos; parecía un mono viejo. Solía hacer observaciones muy secas a la gente del público, con un acento medio andaluz, medio manchego, y espantaba a los chicos que se acercaban demasiado a la jaula. Cuando alguien quería saber su porvenir, cosa trascendental , salía el pajarito, generalmente verderón o jilguero, daba unas cuantas vueltas con gran ligereza, y con el pico sacaba un papel doblado de una cajita, que entregaba al cliente. El amo de la grey de los pequeños adivinadores con alas pagaba el trabajo de su subordinado con un cañamón o un trocito de azúcar.

Desde la última vuelta del camino
Pio Baroja


En Madrid el que usaba sombrero era un tratante en burros; el que llevaba bastón estaba enfermo o era mayoral, pastor o reñidor; el que lucía corbata, alfiler de corbata y, a veces, camisa a rayas, era carterista.

PERCHEROS
En Úbeda la familia de los percheros era gente que se dedicaba, a colocar en las ramas de los olivos lazos-perchas- de colas de crines de caballo para cazar zorzales, un pájaro de carne muy apreciada entonces parecido al tordo, con querencia a un tipo de aceitunas llamada, por él, zorzaleña.

RECOVERO
Juan era una variante muy cercana a su padre; fue recovero: vendía con buen arte huevos gallinas, pavos y, para aliviarse de la recova-palabra que cada día frecuenta menos los diccionarios-, se alumbraba con vino peleón, que en eso no era exigente.

El cuento de siempre acabar
Medardo Fraile

domingo, 15 de agosto de 2010

LO QUE NO ES SUEÑO (CLAUDIO RODRÍGUEZ)

"Anoche vi la luna nueva
llevando la vieja en brazos;
y temo, mi señor, temo
que suframos un gran daño..."
Sir Patrick Spence


LO QUE NO ES SUEÑO

Déjame que te hable, en esta hora
de dolor, con alegres
palabras. Ya se sabe
que el escorpión, la sanguijuela, el piojo,
curan a veces. Pero tú oye, déjame
decirte que, a pesar
de tanta vida deplorable, sí,
a pesar y aun ahora
que estamos en derrota, nunca en doma,
el dolor es la nube,
la alegría, el espacio;
el dolor es el huésped,
la alegría, la casa.
Que el dolor es la miel,
símbolo de la muerte, y la alegría
es agria, seca, nueva,
lo único que tiene
verdadero sentido.
Déjame que, con vieja
sabiduría, diga:
a pesar, a pesar
de todos los pesares
y aunque sea muy dolorosa, y aunque
sea a veces inmunda, siempre, siempre
la más honda verdad es la alegría.
La que de un río turbio
hace aguas limpias,
la que hace que te diga
estas palabras tan indignas ahora,
la que nos llega como
llega la noche y llega la mañana,
como llega a la orilla
la ola:
irremediablemente.

Claudio Rodríguez

viernes, 13 de agosto de 2010

VERANO (J.M. COETZEE)

"Es la autobiografía falsa más verdadera y genial de la literatura"
Nuria Amat

...Léanlo como quieran ustedes, como cierto o como no cierto, pero léanlo; por su extrema inteligencia, por el derroche de talento, por su capacidad de convicción y por abrir nuevos caminos a la escritura narrativa. Por aquí sí se cuece el futuro de la novela.
José María Guelbenzu.

Un joven biografo ingles prepara un libro sobre el difunto escrito sudafricano John Cotzee. Y para ello recaba la opinión de personas que fueron importantes en su vida cuando el escritor era treintañero y vivía con su padre en una destartalada casa de Ciudad del Cabo. Los cincos testimonios son otros tantos capítulos del libro: Julia, Margot, Adriana, Martin, Sophie.

Después de la opiniones de Nuria Amat y José María Guelbenzu, viene la opinión de una autoridad mundial en materia de crítica literaria, ¡Miner! que por supuesto,está de acuerdo con los dos anteriores, pero que cree que el autor se podría haber ahorrado treinta y seis paginas de la novela, o lo que es lo mismo los testimonios de Martin y Sophie, con perdón para los que saben.
Este libro es como un una autobiografía o como unas memorias, sólo que el autor, utiliza los personajes para de una manera indirecta contar lo que piensa sobre si mismo, veamos lo que opina Adriana sobre Jhon Coetzee. Adriana es una bailarina brasileña madre de una de sus alumnas de ingles y en mi opinión uno de los mejores testimonios del libro:

-Es un hombre débil-repliqué-. Un hombre débil es peor que un mal hombre. Un hombre débil no sabe dónde detenerse. Un hombre débil está indefenso ante sus impulsos, te sigue adondequiera que lo lleves.
...Sí, pero todos estamos un tanto desesperados, así es la vida. Si uno es lo bastante fuerte, supera la desesperación. Por eso le pregunto: ¿cómo puedes ser un gran escrito si no eres más que un hombrecillo normal y corriente? Sin dudad debe de haber cierta llama interior que te distingue de la gente de la calle. Quizá en sus libros si uno los lee, puede ver esa llama. Por mi parte, en todas las ocasiones que estuve con él jamás percibí ningún fuego. Por el contrario, me parecía...¿cómo expresarlo?... tibio.
...No, no, escucha lo que te estoy diciendo. Le hablo en serio. ¿conoce la palabra "incorpóreo"? Ese hombre es incorpóreo. Está divorciado de su cuerpo. Para él , el cuerpo es una de esas marionetas de madera que mueves mediante cordeles.

No da la impresión de que el autor se tenga mucho cariño, es como si no aceptara de buen grado la vida que le toco vivir y que la novela fuera un ajuste de cuentas con el destino (hoy estoy "sembrau"). Como en la mayoría de las novelas de J.M. Coetzze, ésta también tiene como trasfondo Sudáfrica y el apartheid
.

jueves, 12 de agosto de 2010

JAN VERMEER VAN DELFT

 En alegoría de la pintura, la modelo es una muchacha que modestamente dirige al suelo su tierna mirada y que está envuelta por un azul arrebatador; naturalmente, ha sido colocada en una pose determinada, pero para que esta sea lo menos ostentosa y forzada posible. Si hay en ella ironía, esta no deriva del contraste compositivo, sino que inunda la totalidad de la obra y está presente en el brillo de la trompeta, en los pliegues de la cortina y en la luz que, desde la ventana, desciende sobre el embaldosado blanquinegro.


En mujer sentada tocando la espineta veo el milagro de la luz del día cayendo sobre diferentes tipos de materia: sobre la piel humana y la seda de un vestido; sobre el tapizado de una silla y la blanqueada pared. Un milagro que Vermeer repite constantemente, pero siempre con nuevas variantes y originales revelaciones. La muchacha pone sus manos sobre la espineta como si quisiera tocarnos un pasaje, para hacernos una broma, para recordarnos algo. Vuelve la cabeza hacia nosotros con una hermosa media sonrisa sobre su demasiado bello rostro. En esa sonrisa hay una reflexión y una pizca de indulgencia maternal. Y así ha estado mirándonos durante trescientos años.

Lecturas no obligatorias
Wislawa Szymborska

lunes, 9 de agosto de 2010

GRACIAS A TI


...La poesía es la ficción de la verdad



Gracias a ti
cada uno de mis días es un mundo limpio y perfumado que huele a melón.
Gracias a ti
todos los frutos se ofrecen a mi mano como si yo fuera el sol.
Gracias a ti sólo pruebo la miel de la esperanza.
Gracias a ti late mi corazón.
Gracias a ti
mis noches más solitarias son como un kilim de Anatolia que sonríe
desde la pared.
Gracias a ti al final de mi camino, sin llegar a mi ciudad,
he descansado en una rosaleda.
Gracias a ti, no dejo entrar a la muerte
que con sus cantos llama a mi puerta
vestida con sus más sutiles ropajes y me invita al gran descanso.

Nazim Hikmet

jueves, 5 de agosto de 2010

EL ÚLTIMO QUE APAGUE LA LUZ


-¿Podría definir qué es para usted la verdad?

-Woody Allen : Le diría que es la realidad. No es bella y causa dolor. Todo lo que ahora parece importante- presidentes, ayatolás- desaparecerá en cien años. Es como si, cada cien años, alguien tirara de la cadena del retrete y todo se fuera por el sumidero sin dejas rastro. Y aparece un nuevo grupo de idiotas, haciendo parecer que son importantes. Y luego, cadena y ¡zas! Se han ido.

Pero lo que Wody Allen no sabe es que hay un animal que se resiste a desaparecer por el retrete de la historia. Una pareja de estos insectos, aprovechando un despiste del borrachín Noé cuando estaba haciendo el casting de operación Arca, se coló de polizón en la nave ,y, al cabo de los cuarenta días y cuarenta noches de Diluvio Universal- a cualquier cosa llaman diluvio, en Asturias a eso lo llamamos un chaparrón- bajaron a tierra con las demás parejas de animales. Muchas de estas parejas ya desaparecieron (la ley del Divorcio acabó con la mayoría), en cambio la pareja de escarabajos, se reprodujeron de tal manera, que ya hay más de 350.000 especies. Y mientras tanto: el cerdo para jamones, la gallina para sopas "Gallina blanca", el pollo al Chilindrón, la vaca para filetes, y la paloma de la paz para sellos de correos, y el Toro,¡Ay mi torito bravo!, para dar la vuelta al ruedo, y si está en Cataluña, para butifarra sin vuelta al ruedo, que los catalanes son muy prácticos. En cambio ahí tenemos al escarabajo "pelotero" que engatusando a Dios, para eso sirven los gatos, para eso y, para cambiar la rueda cuando pinchas, serán los encargados de apagar la luz.
De todas maneras esto lo cuenta mejor Martínn Rees, astrónomo real y catedrático de cosmología y astrofísica de Cambridge:

Me gustaría ampliar la conciencia de la gente sobre el inmenso plazo de tiempo que tiene por delante nuestro planeta y la propia vida. Las personas más cultas son conscientes de que somos el producto de casi cuatro billones de años de selección darwiniana, pero muchos tienden a pensar que los seres humanos somos en cierto modo la culminación. Nuestro sol, sin embargo, se encuentra a menos de la mitad de su tiempo de vida. No serán seres humanos los que presencien su desaparición, dentro de seis billones de años. Las criaturas que existan entonces serán tan distintas de nosotros como nosotros lo somos de una bacteria o una ameba.

La extinción permiana acabó con el noventa y nueve por ciento de los animales de la tierra, la cretácica se llevó las dos terceras partes de todas las especies, entre ellas los dinosaurios, haciendo posible que los mamíferos pasaran a ser los vertebrados terrestres dominantes. Quizá una tercera extinción nos aniquile a nosotros y deje el mundo a...¿quién? ¿A los escarabajos? El genetista J.B.S. Haldane decía en broma que si había Dios debía de sentir " un cariño desmesurado por los escarabajos", puesto que había creado 350.000 especies de ellos.

miércoles, 4 de agosto de 2010

HENRY JAMES


Nos quedan dos inolvidables fotografías de Henry James, ejecutadas en 1906 por Alice Boughton. La primera guarda para siempre la imagen de un desdeñoso caballero doliente que trata en vano de ocultar, bajo elegantes atributos convencionales - el sombrero de copa, el cuello almidonado y el bastón que soportan las manos -, lo que denuncia su mirada tristísima: que es el más desdichado de los hombres. La segunda nos muestra a Henry James con el mismo atuendo, mirando, no sin asombrada incredulidad, el primer retrato. Ese juego del hombre visto por los otros, del hombre visto por sí mismo, fue sin duda sugerido por James. El rostro que cualquiera de las fotografías rescata, corresponde, estoico y ausente, a la inexorable imagen que la obra deja traslucir.

J.L.Borges





P.D. La segunda foto no me parece que sea la que describe Borges, pero no encontré otra.


sábado, 31 de julio de 2010

AMOR



AMOR

Amar es este tímido silencio
cerca de ti, sin que lo sepas,
y recordar tu voz cuando te marchas
y sentir el calor de tu saludo.

Amar es aguardarte
como si fueras parte del ocaso,
ni antes ni después, para que estemos solos
entre los juegos y los cuentos
sobre la tierra seca.

Amar es percibir, cuando te ausentas,
tu perfume en el aire que respiro,
y contemplar la estrella en que te alejas
cuando cierro la puerta de la noche.

Salvador Novo


En el libro de Bioy Casares, Jardines ajenos, encuentro estos versos anónimos, de alguien, a quién todavía no le suspendió la vida.


Saques cinco en física,
saques lo que sea en anatomía,
lo único que pretendo
es que seas sólo mía.

Estudiando mucho estás
mi dulce, divino bombón,
pero nunca te desalientes
pues tuyo es mi corazón.

Mi mente todo el día
en una lucha dura está
pero con tu corazón
seguro que vencerá.

Nunca me dejes mi vida,
nunca me dejes mi amor,
pues, si me dejas, seguro
que mi alma muere, de dolor.

miércoles, 28 de julio de 2010

LA REVOLUCIÓN NO TIENE VERDUGO



"Se derraman más lagrimas por plegarias atendidas que por las no atendidas"
S. Teresa


Luis Martín Guzmán escribió un libro titulado El águila y la serpiente. En éste libro, se habla de México, la revolución y sus protagonistas, Villa, Zapata, Obregón, Gutiérrez.
Luis Martín Guzmán nos cuenta dos episodios de los que fue testigo:

Tras tomar en combate una aldea, un general del ejército revolucionario se enfrenta al problema de pagar a las tropas. No tarda en dar con la solución: manda a su ordenanza que detenga a las cinco personas más ricas de la aldea y que le diga los nombres. Su ordenanza las encuentra con facilidad y las lleva ante el general. Éste hace dar un paso al frente al primero, Carlos Valdés, y le dice: "Señor Valdés, en virtud del poder que se me ha otorgado le doy doce horas para depositar cinco mil pesos en la tesorería de la brigada". Al segundo le da quince horas para depositar seis mil pesos; al tercero , dieciocho para siete mil pesos; al cuarto, veintiuna para ocho mil pesos; al quinto, veinticuatro para nueve mil pesos. Cuatro de ellos se quedan boquiabiertos, pero uno, el primero, protesta: "¡Doce horas para depositar cinco mil pesos! Ni en sueños. No podría reunir toda esa plata ni en un año, se lo juro, no digamos en doce horas. Así que conmigo no tiene que hacer esperar al verdugo: mándeme ahorita a la horca...". Irritado y solemne, el general respondió: "La revolución, señor Carlos Valdés, no tiene verdugo y tampoco lo necesita".
Hizo de verdugo un cabo, y al día siguiente, a las siete y cuarenta y siete de la mañana, Carlos Valdés fue ahorcado. Los otros cuatro, tras asistir a la ejecución, pagaron. Más tarde contando los pesos, el general dijo a sus ordenanzas: "Han pagado todos". "Todos menos Valdés", repuso el ordenanza. Y el general: "Yo ya sabía que no iba a pagar. No tenía ni para su entierro. Pero, si lo colgaba, estaba seguro de que los otros pagarían".

Segundo episodio. Guzmán va a ver a Villa y lo encuentra al lado del telégrafo, indignado y nervioso, esperando noticias sobre una batalla que sus hombres estaban librando. El telégrafo empieza a repiquetear: han ganado la batalla, ha habido tantos muertos, tantos heridos, tantos prisioneros. ¿Qué hago con los prisioneros?, preguntaba el comandante de la columna. La pregunta irritó a Villa: "¡Cómo! ¿Qué hacer? ¿Qué es lo que se debe hacer? ¡Fusilarlos!". Luego, dirigiéndose a Guzmán y a un tal Llorente que estaba con él: "¿Qué les parece, caballeros? ¡Preguntarme a mí qué hay que hacer con los prisioneros!". Y, una vez que hubo dado la orden de fusilarlos, vuelve a preguntar: "¿Qué les parece?". Pálido como un muerto pero firme, Llorente responde: " Con toda franqueza, general, a mí me parece que no es una orden justa".
Guzmán cerró los ojos, esperando que Villa sacase su pistola y castigase esa desaprobación. Sin embargo, pasado un momento de silencio, Villa, con tono pausado, le pidió a Guzmán su opinión. Y entonces Guzmán le dijo: "Mi general, el hombre que se rinde perdona la vida de otro, u otros, dado que renuncia a morir matando. Por ello, quien acepta la rendición está obligado a no condenar a muerte". Villa lo miró fijamente, luego se puso de pie de un salto y casi gritando le dictó una contraorden al telegrafista, exigiendo respuesta inmediata. Llegó veinte minutos después, veinte minutos que Villa pasó muy angustiado. Cuando supo que los prisioneros estaban salvos, "agarró un pañuelo y se lo pasó por la frente para enjuagarse el sudor". Esa misma noche, en la cena, dijo a a Guzmán y a Llorente: "Muchas gracias, amigos, muchas gracias por lo de esta mañana, por el asunto de los prisioneros..."

lunes, 26 de julio de 2010

LA NOSTALGIA



LA NOSTALGIA

La nostalgia que siempre invade
que llega silenciosa
y esconde su cara.
La certeza de la ida
los recuerdos y la ausencia
el tiempo que nunca cesa
el silencio que me asombra
y luego
la soledad de siempre.

Matilde Albert


NO VOLVERÁ

No volverá
como el calor que el pan exhala,
esta mitad ya de tu vida,
no volverá a entibiarte aquella sangre
que ya corrió.

Inhábil como un niño,
tu jaula mal cerrada sus pájaros dispersa;
al viento van tus días,
despedazados aleteos.

Lo que ha sido tu vida,
sobre la tierra ahora tiene menos peso
que la huella de un beso
posada en una frente.

O como una palabra
(menos aún que un beso);
¿y a quién se la dirás?
¿a quién le confiarás que amaste, odiaste,
tuviste un día el tiempo entre tus brazos?
El nombre del pasado no quiere decir nada
si no es para los labios que lo dicen.

Buscarás en el peso del silencio
lo que el presente duramente trenza,
y para tener algo entre las manos,
no dirás «he vivido»,
no hablarás esas sílabas
que conmueven tan fugitivamente al aire...

Tomás Segovia

P.D. Pintura de Ángel Planells