Nuria Amat
...Léanlo como quieran ustedes, como cierto o como no cierto, pero léanlo; por su extrema inteligencia, por el derroche de talento, por su capacidad de convicción y por abrir nuevos caminos a la escritura narrativa. Por aquí sí se cuece el futuro de la novela.
José María Guelbenzu.
Un joven biografo ingles prepara un libro sobre el difunto escrito sudafricano John Cotzee. Y para ello recaba la opinión de personas que fueron importantes en su vida cuando el escritor era treintañero y vivía con su padre en una destartalada casa de Ciudad del Cabo. Los cincos testimonios son otros tantos capítulos del libro: Julia, Margot, Adriana, Martin, Sophie.
Después de la opiniones de Nuria Amat y José María Guelbenzu, viene la opinión de una autoridad mundial en materia de crítica literaria, ¡Miner! que por supuesto,está de acuerdo con los dos anteriores, pero que cree que el autor se podría haber ahorrado treinta y seis paginas de la novela, o lo que es lo mismo los testimonios de Martin y Sophie, con perdón para los que saben.
Este libro es como un una autobiografía o como unas memorias, sólo que el autor, utiliza los personajes para de una manera indirecta contar lo que piensa sobre si mismo, veamos lo que opina Adriana sobre Jhon Coetzee. Adriana es una bailarina brasileña madre de una de sus alumnas de ingles y en mi opinión uno de los mejores testimonios del libro:
-Es un hombre débil-repliqué-. Un hombre débil es peor que un mal hombre. Un hombre débil no sabe dónde detenerse. Un hombre débil está indefenso ante sus impulsos, te sigue adondequiera que lo lleves.
...Sí, pero todos estamos un tanto desesperados, así es la vida. Si uno es lo bastante fuerte, supera la desesperación. Por eso le pregunto: ¿cómo puedes ser un gran escrito si no eres más que un hombrecillo normal y corriente? Sin dudad debe de haber cierta llama interior que te distingue de la gente de la calle. Quizá en sus libros si uno los lee, puede ver esa llama. Por mi parte, en todas las ocasiones que estuve con él jamás percibí ningún fuego. Por el contrario, me parecía...¿cómo expresarlo?... tibio.
...No, no, escucha lo que te estoy diciendo. Le hablo en serio. ¿conoce la palabra "incorpóreo"? Ese hombre es incorpóreo. Está divorciado de su cuerpo. Para él , el cuerpo es una de esas marionetas de madera que mueves mediante cordeles.
No da la impresión de que el autor se tenga mucho cariño, es como si no aceptara de buen grado la vida que le toco vivir y que la novela fuera un ajuste de cuentas con el destino (hoy estoy "sembrau"). Como en la mayoría de las novelas de J.M. Coetzze, ésta también tiene como trasfondo Sudáfrica y el apartheid
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