jueves, 26 de abril de 2012

GÁRGOLAS

LLUEVE,
qué
bien habláis
vosotras, gárgolas,
vosotras

sabéis nombrar
el agua,
vosotras, redentoras,
fresco alivio,
impensado caudal,
ojos del cielo,

sobre el fracaso
de nuestra palabra.

Antonio Moreno

miércoles, 25 de abril de 2012

EL NEGOCIO DE LA BANCA y (2)


Mientras sus clientes fueron campesino, no hubo ningún problema. La bancarrota no se produciría hasta que el tío Endre abandonara su cargo debido a una decisión basada en complicados enredos y mal entendidos familiares, y llegase a ocupar su puesto un banquero de la capital con ideas de reforma y modernización, y con la actitud propia del capataz de una hacienda colonial. El nuevo director, seguramente bien intencionado pero también irresponsable, concedió créditos hipotecarios de sumas elevadísimas a unos comerciantes de vinos polacos que en aquella época compraron toda la producción vinícola de la región montañosa de Hegyalja, y el banco perdió muchos millones en aquella transacción. Mi padre solía contarnos cómo consiguió salvar hasta el último billete de todos los ahorradores. Fue a ver al presidente de la entidad financiera de la capital, riquísimo y muy poderoso, totalmente insensible a los problemas de los afectados, se encogió de hombros ante su humilde petición y declaró algo así como: "Pues que esa gente pierda su dinero y ya está", mi padre le respondió en voz baja: "Bien, señor presidente, lo haremos así y perderemos todo lo que tenemos. Pero en el balance final también figurará su nombre, Excelencia. Entonces el presidente se puso nervioso, llamó al director con un timbre y le dijo cuando entró: "Pagaremos el cien por cien." Esas escasas y nobles palabras le costaron muchos millones al banco de Budapest, pero los ahorradores cobraron su dinero con los intereses correspondientes. Y yo  oí el relato de esa anécdota a menudo, como si fuese un hermoso cuento sobre la época heroica del capitalismo.
Confesiones de un Burgués
Sándor Márai
Salamandra

martes, 24 de abril de 2012

EL NEGOCIO DE LA BANCA (1)


La mayoría del dinero prestado por el BCE en marzo lo captaron bancos Españoles e Italianos. Los bancos Españoles 316.343 millones de euros, parte de ese dinero lo emplearon en comprar deuda pública. Es más chollo comprar deuda de los países en apuros, entre ellos España, al 5%, que dejarlo en deposito en el BCE al 0,25%.  

Uno de los recuerdos más luminosos, tersos y gloriosos de mi infancia es que en nuestra casa hubiese  un banco, un banco de verdad con cajero y dinero en efectivo, en el que solo tenías que presentarte y firmar un papel para que te diesen crédito. En aquella época, el negocio de la banca era así de sencillo y transparente. Los campesino llegaban por la mañana con su pan y su tocino, además de la botella de aguardiente y los papeles del catastro de su propiedad que el notario les había conseguido, y esperaban su turno. El mediodía era el momento de  llamada "censura", o sea, del examen en que los miembros de la dirección, dos curas viejos, el director del banco y el consejero jurídico, se reunían en "asamblea general" para decidir en votación préstamos de cien o doscientas coronas, tras lo cual se redactaban las letras de cambió pertinentes en el departamento de contabilidad y los clientes se llevaban el dinero a su casa por la tarde.
El edificio era propiedad del banco, y el director daba plazos más que generosos cuando se producían retrasos en el pago del alquiler y hasta concedía a los inquilinos algún que otro pequeño crédito.
El "tío Endre" dirigía el banco con mucho celo y decisión. El banco crecía y prosperaba solo, como cualquier banco que se precie, y el tío Endre únicamente tenía que encargarse de que en cada préstamo los empleados cumplieran las "condiciones bancarias". Creo que me resultaría muy fácil y gratificante retratar al director del banco como alguien más ocupado en estampar billetes de banco en la frente de unos músicos gitanos, según la costumbre, que sellos fiscales en los contratos.Pero entonces llegó un nuevo director y... (mañana más).
Confesiones de un Burgués
Sándor Márai
Salamandra 

lunes, 23 de abril de 2012

ERES COMO EL ECO



ERES como el eco
de la encrucijada,
que siempre responde
"te quiero" a un "te quiero",
y no quiere nada.

Pedro Barrantes

EL SENDERO DE LOS LIBROS

"La vida, hermanos, es como una ola del océano. Si permanecéis en la cresta, os llevará siempre a salvo a la orilla, pero si os dejáis hundir os arrastrará cada vez más lejos". Un mundo aparte es una novela de Gustav Herling en la que relata su estancia en un campo de trabajo soviético durante dos años. Allí conoció al joven Mijaíl Alekséievich Kostilev.

Durante el segundo año de escuela naval, Kostilev encontró en Vladivostok una pequeña biblioteca rodante privada, y en ella varios libros sucios y deshojados: Balzac, Stendhal, L´education sentimentale, la Confession d´un Efant du Siécle de Musset, y Adolphe , de Benjamin Constant. No esperaba leer nada excepcional en esos libros-su propósito era solamente aprender francés- pero el mundo que ellos le desvelaron superó sus más ardientes sueños, le pareció en verdad un mundo fantástico. Desde entonces vivió en un estado de continua agitación. Leía noches enteras y descuidaba el trabajo; dejó de asistir a las reuniones del partido, se volvió reservado, evitaba a sus mejores amigos. Varias veces intentó explicarme las sensaciones que el descubrimiento de la literatura francesa le había suscitado.
-Me consumía en el deseo ardiente de algo indefinible- me decía acariciándose la angulosa cabeza rapada con la mano sana-. Respiraba un aire distinto, me sentía como un hombre que, sin saberlo, había estado sofocado toda su vida. Tienes que entender que no se trataba de  los hechos, pues después de todo los hombres aman, mueren, se divierten y sufren en todo el mundo de la misma forma. No, era una cuestión de atmósfera. Todo lo que leía parecía suceder en un clima tropical, mientras que yo había vivido desde mi nacimiento en un desierto de hielo.
-Pero,Misha- le rebatía yo obstinadamente-, eso solo es literatura. No tienes una idea de la miseria y el sufrimiento que hay en Occidente.
-Lo sé, lo sé- y asentía con la cabeza-. También mi juez instructor decía lo mismo. Pero si alguna vez he conocido, aunque por breve tiempo, qué es la libertad, fue leyendo esos viejos libros franceses, Me sentía como una nave aprisionada por el hielo, y no es de sorprender que buscara huir hacia aguas cálidas...

Antes de que lo trasladaran al campo de Kolyma, Kostilev se arrojó a un balde de agua hirviendo en los baños del hospital.

sábado, 21 de abril de 2012

TRES VISIONES SOBRE JUAN RAMÓN JIMÉNEZ



Recuerdo a Juan Ramón , sentado a dos pasos de nosotros, de medio perfil, como si al hablar mirara al infinito, con las piernas cruzadas, y uno de los brazos apoyado en una mesa sobre la que se levantaba, al compás de la conversación, como ligero trazo de lo que iba diciendo, su mano blanca; de su figura se desprendía un sabor principesco; pero oriental, andaluz por tanto. Ese rostro pudo haberlo tenido, en nuestra imaginación un Omeya: pálido, de rasgos muy finos y trabajados por un fervor oculto, con los ojos ahondados en las órbitas, esos ojos a los que les cuesta moverse, no por estáticos sino por graves. Llevaba, como se sabe, barba, cuidada, ni decimonónica, descansando sobre el pecho, ni de las que, lineales y condotieriles, comenzaban a exhibir los petulantes jóvenes italianos; recordaba, más bien, a esas, levemente rizadas, que nuestros tallistas gustan de perfilar en los Cristos muertos y que le daba, por tanto, más que apostura, un dejo de flaqueza. El timbre de su voz, que yo oía por vez primera, sonaba también, para mí, por última vez. Aquella tarde pasó revista a los acontecimientos intestinos y tuvo, para todos, alfilerazos, y aun algo más. Pedro Salinas se llevó, que yo recuerde, la peor parte.
Parecía una encarnación del Tiempo, y con él, de los rincones del tiempo. En una isla del Caribe, como un emigrado más, recibiría, junto al cadáver de su mujer, solo por tanto, la noticia de habérsele adjudicado el premio Nobel.

Memorabilia
Juan Gil Albert
P.D Juan Gil Albert lo visitó en su casa de Madrid acompañado de Ramón Gaya y Enrique Azcoaga



A mi me gustaba Juan Ramón, y un tiempo después, cuando lo conocí en su casa de la Habana, me resultó incongruente su figura de Greco sentada en una mecedora tropical. Años más tarde don Luis Araquistáin me dijo: "Juan Ramón siempre fue un maniático. Tiene horror de la gente. Una tarde fui a su casa para pedirle una colaboración para Leviatán y una voz salió detrás de un biombo y dijo: "Juan Ramón no está en casa", y el biombo cruzó el salón de puntillas y desapareció por una puerta. ¿Qué le parece, doña Elenita....? A mí me pareció muy bien.

Elena Garro
Memorias de España 1937

Pero, a mi niño, por mucho que me hubiera gustado el borriquillo no me gustó su autor. Todo de negro, la barba aunque canosa también negra. Adusto, serio, de mirada penetrante, pero completamente exenta de bondad.

Manuel Fernández Montesinos
Lo que en nosotros vive


viernes, 20 de abril de 2012

MARIANO RAJOY SE VA DE ERASMUS


Mariano con Chapela

El que Mariano Rajoy se vaya de Erasmus nos sale muy caro. En la Universidad Sergio Arboleda de Bogotá, Mariano, defiende los recortes en Sanidad, diez mil millones de euros, ¡cuatro cafés! Mariano llega a Colombia y ¡Ala! Doctor Honoris Sincausa y, mientras tanto, en España, la Causa es que los Doctores se quedan sin Honoris. Propongo que dentro de los recortes de Educación a Mariano le retiren la beca y que lo manden por ejemplo a...Laponia.

Gustaw Herling estuvo encerrado en un  campo soviético de la región rusa de Kargópol. Los presos tenían derecho a un día de descanso por cada diez de trabajo, pero un día libre al mes podía poner en peligro la producción. La administración del campo postergaba continuamente el día de descanso y por lo tanto aumentaba su valor y así conseguían que los prisioneros redoblaran sus esfuerzos  para alcanzar el plan de producción.
Todos los gobernantes que tienen poco que ofrecer a sus súbditos tendrían que empezar privándolos de todo, de manera que cualquier pequeño favor que concedieran después se convirtiera en "la más generosa de las donaciones". Si un día las autoridades del campo nos hubieran comunicado de golpe la vuelta al sistema de la semana bíblica, con seis días de trabajo y uno de reposo, probablemente habríamos pensado que los campos de trabajo encarnaban nuestro ideal de tratamiento humano hacia los prisioneros; pero al día siguiente, en mejores condiciones, probablemente nos habríamos rebelado contra la situación misma de estar presos.
  

jueves, 19 de abril de 2012

VIENTO DE AMOR



"Yo no he hecho más que dar forma a lo que ven los demás"
JRJ


POR LA CIMA del árbol iré
y te buscaré

Por la cima del árbol he de ir,
por la cima del árbol has de venir,
por la cima del árbol verde
donde nada y todo se pierde.

Por la cima del árbol iré
y te encontraré.

En la cima del árbol se va
a la ventura que aún no está,
en la cima del árbol se viene
de la dicha que ya se tiene.

Por la cima del árbol iré
y te cojeré.

El viento la cambia de color
como el afán cambia el amor,
y a la luz de viento y afán
hojas y amor vienen y van.

Por la cima del árbol iré
y te perderé.

 Juan Ramón Jiménez

LA POMPA REAL y (2)


Piénsese que los que hablan así, exponiéndole a un escritor que desconoce los motivos de su desventura, son analfabetos, y como ellos, cerca de la mitad de la población total de España. Penurias económicas y desidia espiritual comparten los mismos honores. Son las proporciones de un país asiático, no de una nación europea. Los que aducen como disculpa la pobreza del suelo no explican el por qué un país pobre puede albergar, entre las extensiones de su desolación, esos palacios, o esas iglesias, cuyos tesoros serian difíciles de igualar no importa en qué punto del orbe. Y es que unas gentes que no llegaran a treinta mil, son dueños de la mitad de la tierra, y hay señor que puede sentirse en su casa recorriendo los confines de una provincia. Contradicción flagrante con ese sentimiento, acendrado, de religiosidad, en el que se presume vivir. Es un mundo en el que la caridad no es más que una forma endurecida de la tradición, la manera, se diría, de avivar, píamente, esa misma pobreza que se simula socorrer. El paso del tiempo parece conferir a este sistema de vida una pátina de conformidad que los humildes confunden con el deber, los poderosos con el derecho. Pero que de vez en cuando, una vez por siglo, deja oír un estallido que despierta a los unos y a los otros, momentáneamente, y en balde.

Memorabilia
Juan Gil Albert
Tiempo de Memoria
Tusquets

miércoles, 18 de abril de 2012

LA POMPA REAL (1)


¿Cuáles eran los cimientos sobre los que descansaba la pompa real? Un buen informe nos lo brinda, inesperadamente, Azorín, cuando, llevando como única arma la escrupulosa transparencia de su estilo, hace a principios de siglo un viaje a Andalucia, a la trágica, como la llama él. Se encuentra allí no con guitarras y castañuelas, no; los campesinos pasan hambre, sufren de pobreza, tan vinculada a ellos que la viven casi en espíritu como el de Asís; pero con menos convencimiento. Azorín reúne a unos cuantos, los interroga, les insta a que se expresen, desciende a sus minucias económicas, en las que se cuenta por céntimos. El panorama aflige y, se entrevé también, solivianta. El visitante, que resume y fija con ellos una cantidad mínima indispensable, más para respirar que para comer, se aterra cuando sabe que lo que tienen no alcanza a cubrir esas necesidades perentorias y, a todas luces, infrahumanas. Sabido lo cual les habla de hacer llegar su queja a Madrid, a las alturas; ellos le contestan que, si lo hace, el asunto rueda por los ministerios, se estaciona, se esfuma; el hambre apremia, y tanto, que en ocasiones estos hombres entecos, sufridos, pero ciudadanos al fin y al cabo de un país europeo, levantan más la voz. Entonces, con sus charoles sobre los cascos, les mandan la pareja de la Guardia Civil, cuarenta o cincuenta parejas, le dicen.

Memorabilia
Juan Gil-Albert