viernes, 22 de octubre de 2010

WASHINGTON SQUARE (HENRY JAMES)

 WASHINGTON SQUARE
HENRY JAMES
ALBA CLÁSICA

Catherine Sloper,  nuestra protagonista, es hija del doctor Austin Sloper y de Catherine Harrigton. La madre muere a la semana del nacimiento de la hija, quedando  ésta al cuidado de su padre y de la tía Laviana (una bruja).

-Trata de hacer de ella una mujer brillante, Lavinia: me gustaría que fuese una mujer inteligente.
            -La señora Penniman permaneció pensativa durante un momento. Luego respondió:
-Mi querido Austin, ¿qué crees que sera mejor, que sea inteligente o buena?
-¿Buena para qué?-preguntó el doctor-. Uno no es bueno para nada a menos que sea inteligente.
-Por supuesto, deseo que Catherie sea buena-le dijo el doctor al día siguiente-, pero no dejará de ser virtuosa por no ser tonta. No temo que sea mala; no hay un grano de maldad en su carácter, y no lo habrá. Es buena como el pan, como dicen los franceses. Pero dentro de seis años no me gustaría tener que compararla con un buen trozo de pan con mantequilla.

 La tía Lavinia dice de Catherine  que es  un tanque de agua helada. Hasta  su padre, Austin Sloper, dice de ella, que es una mujer sin encantos, ni visibles ni espirituales. Pero si hay algo que compense todos estos inconvenientes es ser una  rica heredera. Y  habiendo una rica heredera siempre habrá un cazafortunas que caliente el tanque de agua helada en las largas noches del invierno Neoyorquino.
Con estos mimbres y con el astuto e ironico narrador, Henry James nos deleita con esta encantadora novela . Un tema como éste, contado miles de veces, en las manos de Henry James, se convierte en una pequeña joya de la literatura, y ahí estriba la diferencia entre un gran escritor y cualquier otro escritor . Los personajes están muy bien definidos en la novela, pero yo me quedo con la figura del maravilloso padre de Catherine, Austin Sloper. Así empieza la novela: 

Durante buena parte de la primera mitad de este siglo y, sobre todo, en su última mitad, floreció en Nueva York, en el ejercicio de su profesión, un doctor que gozó de una excelente posición dentro de la consideración general que se concede en los Estados Unidos a los miembros distinguidos del cuerpo médico...
El hecho de que la sabiduría y la habilidad práctica del doctor Sloper estuvieran perfectamente equilibradas  era uno de  los elementos que mas influía en su reputación. Puede decirse que era un médico eminente, pero en sus recetas no había nada abstracto, pues siempre ordenaba que el enfermo tomara algo. A pesar de que producía la impresión de ser en extremo competente no era un teórico molesto, y, aunque en ocasiones ofrecía explicaciones más minuciosas de las que el paciente necesitaba, nunca llegaba al extremo de confiar únicamente en esa explicación (como hacen algunos profesionales de los que uno ha oído hablar), sino que dejaba siempre una receta tras él.  Había otros médicos que dejaban la receta sin ofrecer ninguna explicación. Tampoco pertenecía a esa clase que es, después de todo, la más común. Como se verá estoy describiendo a  un hombre hábil. Esta es, en realidad, la razón de que el doctor Sloper se convirtiera en una celebridad local.
En la época en que nos interesamos por él especialmente tenía alrededor de cincuenta años y se hallaba en la cúspide de su popularidad. Era muy ingenioso, y en el seno de la mejor sociedad neoyorquina se le consideraba como un hombre de mundo, lo que desde luego era cierto. Me apresuro a añadir, adelantándome a, a cualquier posible error, que no era de ninguna manera un charlatán.


En 1946 William Wyler rodó La Heredera, basada en la novela de Henry James y protagonizada por Olivia de Halvilland y Montgomery Clift.


miércoles, 20 de octubre de 2010

¡Y EL MUNDO SIGUE TAN GRANDE!



Uno es una suma, mermada por infinitas restas.
Sergio Pitol

"¡Veinte años! La inquietud
de ver el mundo tan grande
y el soñar con que muy pronto
lograremos dominarle.
¡Treinta años!nuestros sueños
ya más pequeños se hacen.
Una mujer y una casa.
¡Y el mundo sigue tan grande!
¡Cincuenta años! para toda
ambición ya se hizo tarde.
Te sientas junto a la lumbre
!Y el mundo sigue tan grande!"

Ausonio ??

La foto es del Picu Pierzu.

martes, 19 de octubre de 2010

EL FRACASO DE LA REPÚBLICA EN ESPAÑA

Este domingo en el diario El País, Eduardo Mendoza, ganador del premio Planeta con Riña de Gatos:

No había tocado la Guerra Civil ¿por qué ahora?
Es un tema que fui a buscar por todo lo de la ley de Memoria Histórica. Me interesa ver como era la Guerra Civil antes de la Guerra Civil, cuando nadie sabia que lo acabaría siendo, cómo se fue haciendo día a día, ver la dimensión del desconcierto, de la ignorancia de lo que podría pasar y constatar como la escalada de discursos acabó condenando a la gente a hacer cosas que quizá no querían o no sabían...Y así te das cuenta de que esa desgracia la movieron generales borrachos, seudofascistas sin ideas claras, revolucionarios que no sabían ni lo que era la revolución.

¿Qué tal los revisionismos históricos sobre ese periodo?
-¡Ah, no! lo de 1936 lo tengo muy claro: la culpa en una pelea la tiene quién la empieza, no valen excusas de que es que el otro hizo antes tal... Y quien la empezó fue un cabroncito bajito que todos conocemos


EL FRACASO DE LA REPÚBLICA EN ESPAÑA




Pío Baroja consideraba a los políticos como los principales responsables del fracaso de La República , y, así nos lo cuenta en sus memorias. La República traería una serie de derechos para los que no tenían ninguno. Y una mínima merma, no en los derechos, sino en los privilegios de los de siempre (caciques, clero y militares). Probablemente los políticos de la época no estuvieran a la altura de las circunstancias y, no supieran buscar un equilibrio entre ambas situaciones. Pero los campesinos y obreros españoles, que vivieron en la ignorancia y el analfabetismo durante tantas generaciones, sí necesitaban las reformas, que según Pio Baroja, se tenían que haber realizado más lentamente.Nada de lo anterior justifica el levantamiento de los militares.


Azaña, al comienzo del primer bienio, desde el Ministerio de Guerra, hizo que un gran número de oficiales del ejercito, al parecer desafectos al régimen, siete u ocho mil, quedaran en situación de retirados, casi con el mismo sueldo que tenían en servicio activo. Para ellos esta medida no era un perjuicio, sino más bien un beneficio, porque les permitía cobrar del estado y dedicarse a otra cosa. No era un perjuicio pero era una ofensa que no olvidaron.

Cuando vino la Republica, lo natural y lo eficaz hubiera sido formar un gobierno fuerte, que hubiera preparado reformas relativamente modestas, y las hubiera realizado despacio y con orden. Pero los politicos y los oradores necesitaban el escenario para lucirse.Todos ansiaban que llegara el momento de brillar, de mostrar su arte de histrionismo, y enseguida se prepararon las cortes, y después una Constitución un poco utópica y pedantesca. Luego siguió la gran batida oratoria, porque todos nuestros más ilustres charlatanes creían, como Antonio Maura, que la salvación estaba en perorar con luz y taquígrafos. Los repúblicanos antiguos y otros muchos monarquicos, como Alcalá Zamora, Azaña, Ossorio y Gallardo y demás, y algunos republicanos como Lerroux, fracasaron de una manera absoluta. El gobierno de nuestra República , no comprendió que a sus enemigos tradicionales, al conservador, al católico, al reaccionario, a los llamados blancos había que tratarlos con cierta consideración como vencidos. Por táctica nada más y por prudencia, no por simpatía.
Había que cambiar la bandera. ¿Para qué? añadirle un morado al rojo y al amarillo por una leyenda que no se sabe si es cierta, de que Castilla, usaba antiguamente como símbolo el pendón morado.
También para seguir el tradicionalismo revolucionario se quitarían los crucifijos. ¿Es que se iban a olvidar que hay una imagen de Cristo crucificado, en unos pocos años, cuando todavía en Europa, al cabo de veinte o de veinticinco siglos hay la tradición remota de las Venus, a pesar de la persecución furiosa en contra de las imágenes paganas que ordenó en todos los tiempos el cristianismo? La empresa era inútil y perjudicial.
Se ha perseguido no sólo al clero, sobre todo al clero pobre, sino a las costumbres de los pueblos. Se han prohibido fiestas y procesiones que a nadie estorbaban  y que eran gratas a las ciudades y a las aldeas.. Ha sido una campaña pobre porque les ha servido a sus enemigos de propaganda.
A los industriales el gobierno los ha acogotado. Yo conozco algo de la industria editorial. Había en Madrid hace catorce o quince años, unas veinte casas editoriales; de éstas, la mayoría pequeñas tres o cuatro grandes. Por exigencias de los obreros, de jornales, de horas de trabajo, de número de operarios, patrocinadas por el gobierno se han cerrado casi todas las editoriales, menos dos o tres.
Matan la gallina de los huevos de oro. Si las industrias mueren, el Estado las creará de nuevo. ¡Qué ilusión! ¡Y qué superstición!
 Las exigencias de la CNT en el ramo de la construcción eran cómicas. Semana de cuarenta horas. Sólo cincuenta y siete ladrillos a colocar diariamente. Jornal mínimo de peón de albañil, diez pesetas. Eso no está mal. Si la mujer del obrero quedaba enferma o de parto el patrono pagaría los gastos. Si el trabajador era joven e iba soldado, le abonarían la mitad del jornal. Además el patrono estaba obligado a costear asilos, escuelas, hospitales. Podían haber añadido que era obligación del  patrono llevar el chocolate a la cama a los obreros, hacer la colad y divertir a los niños de los camaradas.
 La reforma agraria tan cacareada, en realidad o se hizo. Ni había plan, ni ganas de hacerla; era una plataforma política.
Las tiendas debían de estar abiertas ocho horas al día y debían cerrarse los domingos. Era desconocer el régimen de vida de los tenderos de los pueblos. La tienda del comerciante de aldea, a menos de la aldea Vasca, es al mismo tiempo parte de su casa.
Las gentes de los caseríos hacen sus transacciones comerciales los días de fiesta no se va a modificar la costumbre ancestral del campesinado por un decreto o una orden.
 Muchas de estas medidas en las ciudades y en los campos, la mayoría doctrinarias, sin sentido de la realidad, acompañadas de jactancias y desplantes han hecho que casi toda España vea con simpatía la rebelión contra unos políticos que no han conseguido realizar nada bueno para nadie.
Los revolucionarios quieren, sobre todo vencer y castigar. De aquí su parecido con los fanticos de la religión, Quieren se los amos y desde que sienten esta necesidad o este deseo se convierten en seres de aire satánico o demoníaco, en cultivadores del culto de Baco- Dionisios. Llega un momento en que no son sus ideas,generalmente pobres, sino que defienden su mando, sea como sea.
Desde la última vuelta del camino. (Pío Baroja)

lunes, 18 de octubre de 2010

IÑIGO URKULLU DANDO EL CANTE





En la foto se ve al presidente del PNV Iñigo Urkullu dando el cante. En el coro, dos negros de origen vasco, sus padres emigraron a la isla de Cuba a cortar el bacalao y, terminaron cortando caña. El de la boina es Fidel Gorriti Haizpilleta Millagorry y el otro es Venancio Manchibarrena Sagarbinaga. La chapela que luce Gorriti es la que se utiliza en el País Vasco para comprobar los forámenes tanto parietal como suparobitrario (El cabezón). Gorriti se vio tan favorecido con la chapela que ya no se la quitó en todo el acto ¡ la milla gorry, pa mi!. El del polo a rayas, Manchibarrena, más conocido como Machín, tiene cara de circunstancia; ¡y qué coño pinto yo aquí sin las maracas! Pero en esto llegó el comandante Arzallus y mando parar. Todos a hacerse un análisis de sangre y el que no tenga Rh negativo que se vaya olvidando de comerse el bacalao al Pil Pil que tenemos de Plato del día en el Alderdi Eguna. Pero Urkullu y sus Venancios no le hicieron caso y siguieron cantando la internacional nacionalista:


viernes, 15 de octubre de 2010

LA MÁS BELLA NIÑA (LUIS DE GÓNGORA)

El sabroso oficio
del dulce mirar


LA MÁS BELLA NIÑA


La más bella niña
De nuestro lugar,
Hoy viuda y sola
Y ayer por casar,
Viendo que sus ojos
A la guerra van,
A su madre dice
Que escucha su mal:
Dejadme llorar
Orillas del mar.


Pues me disteis, madre,
En tan tierna edad
Tan corto el placer,
Tan largo el penar,
Y me cautivasteis
De quien hoy se va
Y lleva las llaves
De mi libertad,
Dejadme llorar
Orillas del mar.


En llorar conviertan
Mis ojos de hoy más
El sabroso oficio
Del dulce mirar,
Pues que no se pueden
Mejor ocupar
Yéndose a la guerra
Quien era mi paz.
Dejadme llorar
Orillas del mar.


No me pongáis freno
Ni queráis culpar;
Que lo uno es justo,
Lo otro por demás.
Si me queréis bien
No me hagáis mal;
Harto peor fuera
Morir y callar.
Dejadme llorar
Orillas del mar.


Dulce madre mía,
¿Quién no llorará,
Aunque tenga el pecho
Como un pedernal,
Y no dará voces
Viendo marchitar
Los más verdes años
De mi mocedad?
Dejadme llorar
Orillas del mar.


Váyanse las noches,
Pues ido se han
Los ojos que hacían
Los míos velar;
Váyanse, y no vean
Tanta soledad
Después que en mi lecho
Sobra la mitad.
Dejadme llorar
Orillas del mar.



Luis de Góngora y Argote

LA VISITA DEL OBISPO

...Un día, a la caída de la tarde, llegó el obispo en un coche tirado por mulas, acompañado de su secretario y algunos familiares. A la puerta de la casa salieron a recibirlo mi tío, mi padre, el cura del pueblo D. Nicolas y algunas personas de la familia. Después de algunos cumplimientos y darle la bienvenida, le pasaron a la sala. Desde detrás de una cortina le puede ver a mi gusto. Recuerdo que era un hombre de unos cuarenta años y de mediana estatura, más bien grueso. Era calvo y tenía unos ojos pequeños y muy vivos. Se había quitado el sombrero y se le veía el solideo morado. Llevaba la sotana morada con muchos botones, que parecía imposible que se pudiera desatar. Por encima, un manteo con una esclavina corta. Al cuello llevaba una gruesa cadena de oro con una cruz de amatista y, en la mano, un bastón de concha con borlas y puño de oro parecido al de un general. Su secretario tenía una estatura gigantesca y parecía un mocetón de pueblo. Vestía también una esclavina. El otro familiar era más joven y tenía un tipo más fino. El obispo pasó a una habitación que le tenían preparado para lavarse y donde estuvo largo tiempo, según dijo, tenía que hacer sus oraciones. Después pasaron al comedor. Presentaba éste un aspecto deslumbrante, con su mesa interminable en la que brillaban la mejor cristalería de la casa, los cubiertos de plata y, en pequeñas bandejas, los entremeses: salchichón y aceitunas. En el centro de la mesa había una hermosa colineta(...) Una vez todos colocados, el obispo se levantó, se quitó el solideo y bendijo la mesa pronunciando las palabras rituales.

La españa negra
José Gutiérrez Solana

jueves, 14 de octubre de 2010

ROBERTO JUARROZ



LASTIMÉ una mariposa
durante un sueño.
Y no sé ahora cómo hacer
para no soñarla de nuevo.

Otra mariposa
se me acercó despierto:
era la misma mariposa.

Tal vez un pacto
entre el sueño y la vigilia
me impida en adelante
reconocer otra.

O mutilado por un sueño
ya sólo puedo ver
esa única mariposa.



ME FALTA tiempo,
pero me sobra eternidad.
Tiempo y eternidad ahora:
dos corrientes simultaneas.

No puedo aguarda que el vaso se llene,
pero el vaso está lleno.

Debiera haber por lo menos dos vasos;
un vaso para estar lleno,
otro para estar vacío.


PERIÓDICAMENTE,
es necesario pasar lista a las cosas,
comprobar otra vez su presencia.
Hay que saber
si todavía están allí los árboles
si los pajaros y las flores
continúan su torneo inverosímil,
si las claridades escondidas
siguen suministrando la raíz de la luz,
si los vecinos del hombre
se acuerdan aún del hombre,
si dios ha cedido
su espacio a un reemplazante,
si tu nombre es tu nombre
o es ya el mío,
si el hombre completó su aprendizaje
de verse desde afuera.

Y al pasar lista
es preciso evitar un engaño:
ninguna cosa puede nombrar a otra.
Nada debe reemplazar a lo ausente.

martes, 12 de octubre de 2010

FUNERAL DE JOHN F. KENNEDY



Kennedy era más partidario de hacer el amor que no la guerra. Las dolencias y el sexo tuvieron la culpa de la muerte del presidente en Dallas. No se pudo agachar para eludir el segundo y fatal balazo debido a la faja terapéutica que llevaba para los problemas de espalda que lo mantenía erguido (problemas provenían de su heroico intento de salvar a un compañero herido durante la Segunda Guerra Mundial agravados por una aventura sexual en un hotel en El Paso). Si andas por malos pasos te la pegas en El Paso. Esto de la faja terapéutica lo cuenta Ted Mercurio en la biografía novelada del presidente. Un adúltero americano (Anagrama). A saber si fue verdad o leyenda. John Cheever en sus Diarios cuenta como siguió el funeral de John Fitzgerald Kennedy por la Televisión.

Durante el día, a ratos, me ha parecido que nuestro dolor, mi dolor, era orgiástico. Lectura de Walt Whitman al son de los tambores fúnebres. La marcha "Hail to the Chief" ante el ataúd. La belleza y el dolor de la viuda. Lloré como un niño desilusionado, hice un puchero, cerré los ojos. Era un hombre magnífico, ahora sólo queda tomar su excelencia como ejemplo. Lo que más me sorprendió fue el amor que supo despertar. El dolor acaso excesivo, el buen o mal gusto, tal vez expresaron la rigidez afectiva, el involuntario endurecimiento de nuestros corazones, el desdén por las lágrimas propio de nuestro modo de vida. Me ofendió el orgullo del presentador de televisión al destacar lo nutrido de la concurrencia como si fuera un acontecimiento deportivo, cosa que probablemente es, en cierto modo. Es maravilloso observar la bondad de los corazones y las almas de los hombres. Uno nunca hubiera adivinado que el mundo poseía semejante capacidad de dolor autentico. Sólo nos queda explotar lo que recordamos de su excelencia.Sigue siendo difícil trabajar aquí. A las once subo a ver por televisión la misa de difuntos. Su Eminencia el cardenal Cushing, el vicario de Dios, es insoportablemente aburrido, y que Dios me perdone. Los ritos son esotéricos, la voz es ronca, el latín no suena como una lengua ni viva ni muerta, y, sobreponiéndose a todo, un tenor italiano canta el Ave María, pieza que detesto. Lo que más me conmueve es la pequeñez del ataúd. El tropel de dignatarios me parece cómico. El tráfico es lento, como en todas partes y parece que el camino de la tumba es más tortuoso que su paso por la vida. Hay gaiteros de la Black Watch, gaiteros de la Fuerza Aérea, desfiles de fusileros escoceses. Podría haber sido más sencillo, pero supongo que es difícil elegir bajo el peso del dolor.

♫♫AVE MARIA♫♫

OTOÑO (J.R. JIMÉNEZ)



ESPARCE octubre, al blando movimiento
del sur, las hojas áureas y las rojas,
y en la caída clara de sus hojas
se lleva al infinito el pensamiento.
¡Qué amena paz en este alejamiento
de todo, oh prado bello que deshojas
tus flores, oh agua, fría ya, que mojas
con tu cristal estremecido el viento!
¡Encantamiento de oro! Cárcel pura,
en que el cuerpo, hecho alma, se enternece,
echado en el verdor de una colina!
En una decadencia de hermosura,
la vida se desnuda, y resplandece
la excelsitud de su verdad divina.


Juan Ramón Jiménez

Foto: Amanecer desde Llueves. Cangas de Onis (10-10-10)

lunes, 11 de octubre de 2010

DIARIOS (JOHN CHEEVER)

Al morir, el 18 de Junio de 1982, John Cheever dejó veintinueve cuadernos de hojas sueltas, una obra ingente inédita y sin corregir. La publicación de una parte de sus diarios dejan al descubierto que el buen vecino, el ciudadano de orden, el marido modélico y padre ejemplar, era también un alcoholico compulsivo y un ardoroso homosexual.
La convivencia con su mujer era muy difícil, pues ésta pasaba grandes temporadas sin dirigirle la palabra, y eso acrecentaba el rencor que sentía hacia ella. Ya viuda declaró "puede que fuera infiel, puede que fuera borracho, pero siempre estaba en casa a la hora de cenar". "Que conste en actas: para el día de los enamorados, regalo a Mary un collar de perlas; ella me regala un plato. Me gusta la porcelana, pero hubiera preferido un juego de ropa interior con corazones bordados". Cheever vereverevere, el plato era para la cena

Y pienso que mi esposa a cocinado para mí durante cuarenta años.Me parece uno de los grandes trabajos de la historia. Muchas veces me la a servido con amargura; me a llamado a la mesa pero se ha negado a hablarme; pero noche tras noche, durante medio siglo menos una década, ha puesto la comida en la mesa. Desnudo a la luz del amanecer, pienso que es una gran misión. También pienso que he reunido fuerza de voluntad suficiente para partir y no me llevaré ningún recuerdo extraño, ya que éste es ante todo el hogar de mis hijos.
Encima queriendo llevarse el plato. El suyo - como atestiguan claramente estos diarios- no fue un matrimonio fácil; pero, obedientes y comprometidos, siguieron juntos hasta que la muerte los separó.
En la edición de Emecé las notas a pie de pagina de Rodrigo Fresán son muy interesantes y ayudan a comprender la compleja personalidad del escritor.

La relación de Cheveer con sus progenitores fue siempre complicada: consideraba a su madre como dominante y tiránica, y la historia - verdadero o falsa-de que su padre no quiso saber nada de él y que se inclinaba por un aborto acabó encontrando su sitio en las ficciones del escritor (ver Falconer). "Si no me hubiera bebido un par de Manhattans aquella tarde, tú nunca habrías sido concebido", le explicó su madre.

Con esta familia no me extraña que el escritor se dedicara a la botella, esto es lo que le contó su madre:"Mi familia, etc. Mi madre una mujer octogenaria me dijo que mi padre le dejó una carta en su escritorio para que la leyera después de su muerte, una carta en la que la ponía a parir".

"Mi sentido religiosos no tiene nada de evangélico...Funciona más como un aceptación de lo inconmensurable de los misterios de la vida y el acuerdo de una serie de simbolos para poder soportar y aprovechar esos misterios".
Según Norman Mailer: "Cheveer era un hombre religioso. Y es esa creencia y ese sentimiento lo que a menudo hace que sus textos nos parezcan diferentes y más especiales que los de otros escritores de su tiempo."
Que Dios te conserve la vista Norman, lo de los sentimientos te quedó muy bonito.

De rodillas en la iglesia (incluso en la catedral) nos enfrentamos a los hechos elementales de nuestra humanidad. Lo alabamos, lo bendecimos, lo glorificamos y nos preguntamos quién es el barítono del otro lado del pasillo y esa mujer hermosa de nuestra derecha que huele a manzano. Se conmueven nuestras entrañas, nos pica el culo y rezamos por nuestra vida espiritual con la esperanza de que no sea demasiado espiritual. A nuestra espalda cruje una puerta y nos preguntamos quién acaba de entrar. ¿Arthur? ¿Charlie? ¿Henry Penrose? ¿Quién es el joven de la camisa a cuadros? ¿Cuándo se confirmó? ¿ Por qué llora la señora de la primera fila? Y aun cuando la misa asciende a la poesía sobrecogedora del Pan y el Vino, continuamos con nuestras observaciones. Vemos que el escabel de terciopelo rojo de los monaguillos está clavado al suelo de roble del presbiterio y que el mantel del altar está bordado con tulipanes. Y por un instante el conocimiento de su Magnificencia y de los dones del hombre permiten reunir, al menos en una promesa de éxtasis, tos estos hechos elementales y dispares.
Pues va a tener razón Normán Mailer, de que el sentimiento religioso le era de gran utilidad para sus textos, sobretodo cuando le picaba el culo. Con estos diarios John Cheveer ganó el Pulitzer.