Porque en mi cabeza
manda el corazón,
a veces callo
teniendo razón.
Chicho Sánches Ferlosio
En un blog en el que a veces participo, ante un comentario mio, recibo la siguiente respuesta de uno de los anónimos que abundan en dicho blog.
" si tenemos en cuenta que la tinta se acaba por su uso, y que de cada 10 palabras 5 son "tonterias", que el incesante saque la cuenta"
Vamos, que viene a decir que soy tonto, y la verdad, no anda muy descaminado, eso si, soy un tonto del estilo de Victor, el tío del niño narrador de la novela de Eduardo Mendoza, Tres vidas de Santos.
" si tenemos en cuenta que la tinta se acaba por su uso, y que de cada 10 palabras 5 son "tonterias", que el incesante saque la cuenta"
Vamos, que viene a decir que soy tonto, y la verdad, no anda muy descaminado, eso si, soy un tonto del estilo de Victor, el tío del niño narrador de la novela de Eduardo Mendoza, Tres vidas de Santos.
"...Mi tío, no obstante hablar de todos los temas existentes, era un buen oyente porque el perímetro de su curiosidad era inabarcable y, a diferencia de la mayoría de los tontos, se sabía ignorante y limitado, era humilde y escuchaba con atención y a menudo con pasmo.
Me encanta ser un tonto así. En cambio no me gustaría ser como los otros . Los que,como los maridos cornudos, son los últimos en enterarse. Lo que más gracia me hace de los " listos", es que dicen las mismas tonterías que yo, incluso más, eso si muy finamente.
De todas maneras le aconsejaría al anónimo que cuidara su ortografía pues las "tonterías", dígalas yo o el Papa de Roma, llevan acento. Además, que frase más mal construida. "cuenta que la tinta se acaba...el incesante saque la cuenta".
El incesante, que está sacando las cuentas, es de la opinión de J. Antonio Múñoz Rojas.
De todas maneras le aconsejaría al anónimo que cuidara su ortografía pues las "tonterías", dígalas yo o el Papa de Roma, llevan acento. Además, que frase más mal construida. "cuenta que la tinta se acaba...el incesante saque la cuenta".
El incesante, que está sacando las cuentas, es de la opinión de J. Antonio Múñoz Rojas.
Nadie sabe las palabras
que caben en un silencio.
Silencio: Lengua del alma.