Enric González es corresponsal del periódico El País en Jerusalén, no os perdáis sus crónicas desde el Cairo sobre el conflicto Egipcio. Enric González fue corresponsal en New York y Londres, tiene dos libros titulados Historias de New York e Historias de Londres, en los que con humor e ironía nos lleva de paseo por ambas ciudades. En Historias de Roma, que es igual de interesante y si cabe, más irónico, hay un relato muy esclarecedor sobre un Cavalieri . Es un relato en el que se entremezclan estafas, dinero y propiedades con pasiones, amores, celos...Hay que leerlo, muy recomendable el libro y el relato. El libro se lee en un suspiro son 123 paginas. Y el relato que va de la 49 a la 65 en menos que canta un gallo. Ahora una pequeñas muestra:
En la piazza de San Eustachi, lo suyo es tomar el mejor café del mundo. Lo preparan en el caffé San Eustachio, tostando los granos con leña cada mañana y moliéndolos sobre la enorme cafetera, que está de espaldas al público para no divulgar los "secretos" del negocio. Ustedes dirán, quizá, que no es el mejor café del mundo. Vale. Pues aquí nos peleamos. Sepan que no lo digo sólo yo, lo dicen también los romanos, la guías turísticas y hasta de The New York Times.
Cuando llevaba a algún visitante al café, solía imponerle una prueba previa: tenía que decirme por qué nadie quiere casarse en la iglesia de enfrente, la iglesia de San Eustachio.
Es posible que conozcan la historia de este Santo. Era un general romano, de nombre Placido, que combatió a las órdenes de Trajano. Un día, mientras cazaba, vio una cruz luminosa entre las astas de un ciervo y se convirtió al cristianismo. Fue martirizado en el año 118, durante las persecuciones de Adriano, y santificado como San Eustaquio.
Ya está casi todo dicho. ahora sólo tienen que mirar para el techo de la iglesia, donde se alza una cruz sobre una cabeza de ciervo, dotada de una fenomenal cornamenta. Evidentemente, a los romanos no les gusta salir de su boda bajo la sombra de los cuernos.
Volvamos rápidamente a la Piazza del Collegio Romano, porque hay otra cosa que no podemos perdernos: el Museo Doria-Pamphili. La entrada es carilla y el museo es bastante doméstico: una rama de los Doria, italobritánica, sigue viviendo en el piso de arriba. Vale la pena dar una vuelta por el interior, pero lo imprescindible está en un rincón, en una sala minúscula con una puerta cerrada al fondo que utilizan los propietarios, los Doria, para bajar de vez en cuando a contemplar su joya: el Inocencio X pintado por Velázquez. El artista retrató al papa Inocencio tal como era, con toda su desconfianza y su crueldad dibujada en los ojos. Es un cuadro sobrecogedor.
Alberto Sordi nació en 1920 en el Trastévere y cantó en el coro infantil de la capilla sixtina...Fue un gran admirador de Mussolini. Alberto Sordi murió durante la noche del 24 de Febrero del 2003 a causa de una enfermedad pulmonar. Su Cadáver fue trasladado al Ayuntamiento, en el Capitolio, para recibir el homenaje de cientos de miles de personas.
Es muy difícil pasar en taxi por las Termas de Caracalla y la Piazaa de Numa Pompilio sin que es taxista señale hacia lo alto de una colina y salude: "Aó, la casa de Albé"
Yo diría que Italia es el país del mundo en el que mejor se come . No abunda en restaurantes exquisitos, pero en casi cualquier parte se come bien, y, en las casas particulares, mejor que bien. Rossend Doménech, corresponsal del El Periódco de Cataluña y experto en la materia, asegura que la lista de verduras que aparece en la mayoría de los menús de los restaurantes romanos es una muestra de civilización y buen sentido. Igual que el asterisco que indica en la carta cuándo un alimento ha sido congelado.
Llegamos a la delicada cuestión de la pizza, que en Roma no es gruesa, como en Nápoles, sino de pasta fina y requemada por los bordes. En esto cada cual tiene sus preferencias. La mía es la Montecarlo, un establecimiento más bien destartalo en el callejón Savelli, muy cerca de Corso Vittorio Emanuele.
En la película Il marchese del Grillo Sordi invita a una cortesana francesa a comer un buen plato de rigatoni con la pajata. Cuando la cortesan, relamiéndose, pregunta al marqués en qué consite la pajata, éste responde con tres palabras. "Mmerda, é mmerda".
Y es cierto. Es mierda, literalmente.
La pajata, se trata simplemente del intestino de cordero lechal. Ocurre que el intestino no se limpia: se deja en el interior el excremento, de origen lácteo y con un sabor vagamente agrio, no muy distinto del requesón. Está rico. Pero es mierda.
¿Qué es un Cavalieri? Un titulo que se dan los italianos del norte para diferenciarse de los del sur. Y "recuerden que Roma es eterna y lo es para todo"