martes, 9 de junio de 2020

LOS ACOMODADORES

CUÁNDO la Biblia se viste de MaxMara: el pasado 1 de junio Donald Trump exhibió una Biblia que su hija Ivanka sacó de la chistera. Un bolso de Max Mara de 1.540 dólares. Previamente Trump ordenó que arrojaran gas irritante contra unos manifestantes pacíficos para poder montar el numerito delante de una iglesia sosteniendo la Biblia.

LA tripulación del Apolo XI cuando iba camino de la Luna colocó a la nave en modo parrilla. La nave giraba sobre su eje mayor tres veces por hora para asegurar la distribución uniforme del calor recibido del sol.

VICENTE  era acomodador en el cine María Cristina, me acuerdo de verlo en bicicleta con unas pinzas que sujetaban los bajos del pantalón del uniforme de gala. Por aquel entonces el acomodador era una autoridad. En el cine no se movía una mosca sin su visto bueno. Había que esperar detrás de una cinta roja de terciopelo, y, que no se te ocurriera saltarla porque entonces la amonestación verbal de la máxima autoridad hacia que las miradas de los espectadores se clavaran en el que se colaba.


HOY paseando por el Muro vi otra clase de acomodadores, sin uniforme sin linterna y sin la autoridad de Vicente. Son tiempos de pandemia y en la playa de San Lorenzo se habilitan unas escaleras para entrar y otras para salir, las entradas las regulara la marea y unos acomodadores con teléfono móvil y walkie talkie. Vicente me daba vales descuento para el Brisamar, un cine de arte y ensayo. Arte y ensayo es lo que se va a poner en practica en la playa con la brisa del mar.

NO escasean los cadáveres en las tres facultades de Medellín. Jóvenes y viejos que nadie reclama, los jóvenes asesinado para que no los relacionen con ellos y los viejos para no tener que pagar el entierro. El día del examen de anatomia  los estudiantes de medicina ruegan: ¡Dios mío que me toque un sicario! tienen los músculo, las venas y arterias más desarrolladas, los tendones más sanos y sin la atrofia de la vejez todo se distingue mejor. En Medellín sobran cadáveres de jóvenes y sicarios. LO QUE FUE PRESENTE.(Héctor Abad Faciolince)

AFIRMABA Manuel Azaña que una cosa era pensar y otra tener ocurrencias. Lo decía a propósito de José Ortega  y Gasset al que apreciaba poco. Un tal Juan Carlos Guirauta se dirige a sus antiguos compañeros de partido: "Vosotros, traidores, me vais a comer la polla por tiempos". Una ocurrencia de grandes dimensiones.

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