lunes, 2 de marzo de 2020

MARCA DE SANGRE

Pasamos el fin de semana a la espera de la borrasca Jorge. Mientras esperábamos disfrutamos de un  fin de semana primaveral. Empezaron a brotar las primeras calas, la camelia y el membrillo japonés están en flor. Brotan hojas e higos en la figar. El higo es flor y fruto a la vez. M y C abonan la tierra que se empieza a encontrar amorosa. J. retira los nabos que sirvieron para mantener la tierra activa. Las pescares florecen. Tengo un arbusto cerca de casa que esparce su aroma en el aire. No se como se llama. Las abejas revolotean alrededor del brezo y los mirlos anuncian el  amanecer con sus murmullos. 

OJALÁ no se moviera una brizna en el aire ni un solo segundo sucediera a otro, eso deseaba mi abuelo, pero todo tiene un final la vida lo dicta... HOTELES METROPOL. (Adolfo García Ortega)

FUI a renovar el carnet de identidad y no tenía huella. El policía, que  no lo podía creer, empezó primero con las manos y luego con el dedo gordo del pie. Nada, no queda huella de mi paso por la política, solo cenizas arrimadas a la hoguera de las vanidades. (Albert Rivera)

LOS SS tatuaban el grupo sanguíneo en la parte interior del brazo a unos veinte centímetros del codo. Al terminar la guerra se disparaban sobre el tatuaje para hacerlo desaparecer. La marca de sangre, que durante la guerra les podría salvar la vid, una vez terminada era una marca de muerte.

M. le dijo a Carla que íbamos a dar una vuelta y a ver cómo andaba la Pilarica, a C. casi se le atraganta el bombón de Ferrero Roché que estaba comiendo. Pero, ¿la Pilarica anda? Lo más difícil no fue explicarle a una niña de cuatro años que La Virgen del Pilar andara, eso entraba dentro de lo milagroso, sino que es este caso el  andar no significaba necesariamente caminar. 

¿EL matrimonio? Es como el final féliz de una película, te casas y todo termina. (Cary Grant)

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