jueves, 7 de septiembre de 2017

VIVIR

EL PADRE DE Paul Auster murió a los sesenta y seis años haciendo el amor. Si uno tuviera que escoger entre morir haciendo el amor o la guerra sin duda escogería morir haciendo el amor. 

CUANDO VOY A Canarias me gusta pasear por la playa de Maspalomas. Son seis kilómetros hasta la playa del Inglés en los que se mezclan los nudistas con el resto. Voy calibrando el tamaño de sus esperanzas. A los practicantes del nudismo les gusta el contacto con la naturaleza ¿Será esto la causa del calentamiento global? A M.- que me acompaña- no le gustan nada mis reflexiones.

DAVID VIVÍA EN el bajo de la casa en la que se encontraba el piso de mis padres. David, tenía la nariz ganchuda, vivía con su madre que se llamaba Úrsula. Por aquel entonces yo no conocía a nadie que fuera judío. Me gustaba jugar con David al Monopole.

LOS CIMIENTOS DE la Iglesia de la Salute en Venecia tienen un esqueleto de más de un millón de troncos. En  cierta ocasión A. me contó que el edifico de la Caja de Ahorros de Gijón en la Plaza del Carmen se sostenían sobre cimientos de troncos de aliso. La zona era inestable porque se había edificado sobre un arenal.

LOS RECUERDOS SON como los eslabones de una cadena, empiezas tirando de uno y van saliendo el resto.

EN LO ALTO del edificio de la Caja de Ahorros había una hucha.Tres monedas se iban iluminando secuencialmente hasta que las tres estaban encendidas. Entonces eran engullidas por la ranura de la hucha luminosa y se apagaban. La secuencia luminosa se volvía a iniciar de nuevo. Un día, la hucha se rompió. 

MI TÍA L. vivía en un sótano. Nada más entrar había una habitación tapada con una cortina y al lado una cocina. En el pasillo común también vivía Herminia. El váter estaba al fondo del pasillo. En aquella época mucha gente habitaba en sótanos. Nosotros vivíamos en un tercero que además daba para la calle. En las alturas también había clases.

APUNTES

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