Mi mundo no es de este mundo.
Lo supe desde la infancia,
aunque no ha sido hasta hoy mismo
en que lo pienso en palabras
cuando lo entiendo, y lo asumo
como esas cosas que pasan.
El agua tiene sus mundos:
el de la nieve encantada,
el peregrino del río,
el de la ola en volandas,
el ermitaño de un pozo,
el de las lluvias de plata,
y otros muchos, y de todos
el que prefiere esta alma
es ese frágil y alado
de las nubes. Son metáforas
de una existencia tranquila,
inútil, nómada y trágica.
Fijaos en una nube
de las redondas y blancas
con sus volutas pletóricas
y con sus formas extrañas...
y, cuando pase, esforzaos
en intentar recordarla.
Es imposible, y qué hermosa
refulgía en la mirada.
Y ahora, ¿qué parecerá?,
¿dónde estará?, ¿en que montaña
o en qué ciudad , mar o charco
caerán sus gotas románticas?
Que la vida son dos días
es una máxima clásica
que una mínima experiencia
especifica y aclara:
un domingo por la tarde
y un lunes por la mañana.
Casi nada vale mucho
y al final todo se pasa;
nuestro dolor, nuestra dicha,
nuestras valientes batallas
en el fondo, ¿a qué engañarnos?,
no tiene mucha importancia.
Una canción, por si sola,
puede valer...lo que valga
-no sé de cálculos fríos
ni de medidas exactas-
pero nunca valdrá tanto
como el hecho de cantarla
Jaime García- Máiquez
Otro Cantar
Premio "Arcipreste de Hita" 2006
Editorial Pre- Textos
Lo supe desde la infancia,
aunque no ha sido hasta hoy mismo
en que lo pienso en palabras
cuando lo entiendo, y lo asumo
como esas cosas que pasan.
El agua tiene sus mundos:
el de la nieve encantada,
el peregrino del río,
el de la ola en volandas,
el ermitaño de un pozo,
el de las lluvias de plata,
y otros muchos, y de todos
el que prefiere esta alma
es ese frágil y alado
de las nubes. Son metáforas
de una existencia tranquila,
inútil, nómada y trágica.
Fijaos en una nube
de las redondas y blancas
con sus volutas pletóricas
y con sus formas extrañas...
y, cuando pase, esforzaos
en intentar recordarla.
Es imposible, y qué hermosa
refulgía en la mirada.
Y ahora, ¿qué parecerá?,
¿dónde estará?, ¿en que montaña
o en qué ciudad , mar o charco
caerán sus gotas románticas?
Que la vida son dos días
es una máxima clásica
que una mínima experiencia
especifica y aclara:
un domingo por la tarde
y un lunes por la mañana.
Casi nada vale mucho
y al final todo se pasa;
nuestro dolor, nuestra dicha,
nuestras valientes batallas
en el fondo, ¿a qué engañarnos?,
no tiene mucha importancia.
Una canción, por si sola,
puede valer...lo que valga
-no sé de cálculos fríos
ni de medidas exactas-
pero nunca valdrá tanto
como el hecho de cantarla
Jaime García- Máiquez
Otro Cantar
Premio "Arcipreste de Hita" 2006
Editorial Pre- Textos
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