Por más que lo pienso, no hallo mejor oficio que el de critico de Haikus, puesto que tuvo un poeta "zen" japonés llamado Senroy. Evaluaba cuantos poemas se le sometían y los que juzgaba mejores se publicaban. Se calcula que hizo la critica de dos millones y medio de piezas. También -cómo no- las escribió con mucho acierto. Murió en 1790, a la venerable edad de setenta y tres años. ¡Qué destino admirable! A este maestro lo heredó y sustituyó en el sutil oficio su hijo mayor, y muerto éste, otro hijo. De este tercero Senroy es esta composición difícilmente mejorable por sus antecesores, hermano y padre respectivamente.
Como gota de rocío
sobre una hoja de loto,
desaparezco.
Escaramuzas
¡PRECIOSO!....., Cómo lo "veo"... y cómo lo "pienso".
ResponderEliminar¡Pues mira tu! a eso se llama una una dinastía hereditaria como tiene que ser....que cunda el ejemplo.
ResponderEliminarYa te costaría la foto ¿eh?......
La de los Senroy, como la mía, contador de nubes, son trabajos de alto riesgo; siempre andamos por las nubes. Ahora bien, puestos a escoger, no hay nada como guionista de cine mudo. Frederica Sagor Maas murió en California el pasado cinco de enero, a los 111 años (el trabajo no mata), era guionista de cine mudo.
ResponderEliminarYa Miner, pero las películas mudas iban subtitulas.
Eliminaryo en las películas mudas no tendría éxito.
ResponderEliminarTendrías de nombre artístico: "Latia Mudita"
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