Cuando nos asalte la lluvia
en un recodo del camino
y nos sorprenda un súbito silencio,
cuando la débil pintura de nuestros días
se diluya, cuando dejemos para siempre
esta tierra prestada.
cuando no seamos
sino una débil sombra del olvido,
cuando toda nuestra vida
se borre como un dibujo de arena,
entonces nuestros recuerdos
nos revelarán por fin su triste paradoja:
nacer inmortales para una muerte segura.
P.D. Foto tomada hoy en Gijón (iglesia de San Pedro)
Preciosa foto, Miner. Enhorabuena.
ResponderEliminarHermoso texto para la reflexión.
Un par de abrazos.(Uno, ya sabes...pa Mary)
Duda uno si elegir entre la foto o la poesía
ResponderEliminarNo hay duda ¡La foto! Martín López Vega es un buen poeta y además Asturiano, de Poo.
ResponderEliminarYo no te he borrado de mi blogosfera, aunque te escriba poco. Sigo admirando tus "brindis" literarios.
ResponderEliminarSaluditos, don Miner.
PD: la foto genial, sinceramente preciosa.
¡Qué foto!
ResponderEliminar