"Nunca vi a Goetz y Meyer,así que sólo puedo imaginármelos".
"El Mundo cabe en un olvido" Este verso de jorge Guillen es muy apropiado para este libro del serbio David Albahari. Uno de esos libros llenos de "perlas" y que pasará desapercibido en los estantes de las librerías, y es un pena. Está escrito para poder ver los verdaderos rostros de todos los Goetz y Meyer del mundo y conseguir que no se repita la historia.
Acabo de sembrar la semilla de la memoria entre mis alumnos, una semilla que no daría fruto, pero que si había caído en tierra fértil, a menos impedirían que crecieran las malas hierbas del olvido. Pues cuanto más tiempo se mantenga la memoria, subsistirá la posibilidad , por pequeña que sea, de que alguien un día, en alguna parte, logre ver los verdaderos rostros de Goetz y de Meyer. Ya que mientras esos rostros sean el reflejo del vacío, y puedan ocupar el lugar de cualquier otro rostro, Goetz y Meyer volverán a venir y a reiterar lo irracional de la historia, la cual también convierte en absurdas nuestras vidas.
Pero ¿quién era Goetz y Meyer?
En 1941-42, en plena Segunda Guerra Mundial, tras el denominado «Holocausto por bala», que acabó con casi todos los judíos varones de Belgrado, se produjo en esta ciudad el exterminio de las mujeres, ancianos y niños judíos mediante el sistema de los camiones-cámara de gas, conocidos como «morideros del alma». Wilhem Goetz y Erwin Meyer fueron los dos suboficiales alemanes encargados de ejecutar la tarea.
Con una ironía violenta y una lucidez sardónica y brutal, David Albahari —uno de los autores serbios contemporáneos más importantes— firma con Goetz y Meyer la que quizá sea su obra más personal y autobiográfica (muchos de los miembros de su familia murieron en las mismas circunstancias descritas en este libro).
PERLAS
Las siguientes frases y fragmentos están extraídas de la lectura del libro. Por lo tanto forman parte de la narración, aunque aquí están fuera de contexto:
-"La vida no está en los sustantivos sino en los verbos".
-"El que reconoce que no sabe siempre tendrá una ventaja respecto al que cree saber".
-"Si no podemos fiarnos de los Dioses ¿cómo fiarnos de los hombres".
-"De cualquier modo, la vida es un engaño, en tiempo de guerra y en tiempo de paz. Siempre se trata del mismo esfuerzo denodado para poder durar un poco más de lo previsto".
-"Yo nunca me casé, dicho de otro modo, cuando estemos todos muertos, cuando los granos que somos hayan caído en la vasija del tiempo, nada quedará de la familia de mis padres".
-"El enfado nada aporta, salvo un veneno que se extiendo por las venas y nos nubla la mente".
-"No hay conocimiento definitivo, cada paso representa una vía que conduce a nuevos espacios de ignorancia."
-"El silencio es una valla que rodea la sabiduría."
-"A veces la victoria consiste en reconocer el fracaso".
-"No hay nada más presente que lo ausente".
-"La muerte no se halla sino que viene sola...hay personas que avanzan sin parar en pos de su destino; otras, como mis padres esperan que el destino les llegue".
-"Resulta mucho más complicado ser dueño del propio destino; gobernar el de los demás es más sencillo".
-"La historia es una piedra de molino, y una piedra de molino no se pregunta porqué muele el trigo. Con ochenta y tantos años, la edad que tenían en promedio, uno está contento con que la noche el día y los objetos sigan existiendo, y uno no se pregunta ya por qué sigue vivo".
"La duda es como la levadura no para de subir".
"Sólo nos ocurrirán desgracias si dejamos de contarnos historias, pues si actuamos así, ya nada nos ayudaría a soportar la pesadez de la realidad, aligerar el peso de la vida sobre nuestros hombros, les dije a mis alumnos. Todos dejaron de escribir, casi al unísono, como al dictado y me miraron. ¿Pero la vida no es acaso una historia? preguntaron. No, contesté, sujetando el lóbulo de mi oreja izquierda: la vida es ausencia de historias".
...Y me sentí feliz inicialmente,
pues quién abre los ojos,
quien los abre de veras,
ve un asombro,
un asombro sin límites:
La vida.
Luís Rosales
Acabo de leer el libro de Albahari. Es una personalísima evocación de sus familiares asesinados en el Holocausto y una denuncia sutil, irónica y desconcertada de esa barbarie.
ResponderEliminarOjalá esta obra llegue a tener el reconocimiento que se merece.
Un saludo, @Melalal
www.etverbavolant.blogspot.com