martes, 16 de febrero de 2010
AQUÍ
AQUÍ
No sé cómo será en otras partes
pero aquí en la tierra hay bastante de todo.
Aquí se fabrican sillas y tristezas,
tijeras, violines, ternura, transistores,
diques, bromas, tazas.
Puede que en otro sitio haya más de todo,
pero por algún motivo no hay pinturas,
cinescopios, empanadillas, pañuelos para las lágrimas.
Aquí hay un sinfín de lugares con sus alrededores.
Algunos te pueden gustar especialmente,
puedes llamarlos a tu manera,
y librarlos del mal.
Puede que en otro sitio haya lugares así,
aunque nadie los encuentra bonitos.
Quizá como en ningún sitio, o en pocos sitios,
aquí tengas un torso separado
y con él los instrumentos necesarios
para añadir los propios a los niños de otros.
Y además brazos, piernas y una cabeza sorprendida.
La ignorancia tiene aquí mucho trabajo,
todo el tiempo cuenta, compara, mide,
saca de ello conclusiones y raíces cuadradas.
Ya, ya sé lo que estás pensando.
Aquí no hay nada duradero,
porque desde siempre hasta siempre está en manos de los elementos.
Pero date cuenta: los elementos se cansan rápido
y a veces tienen que descansar mucho
hasta la próxima vez.
Y sé qué más estas pensando.
Guerras, guerras, guerras.
Pero incluso entre las guerras a veces hay pausas.
Firmes -la gente es mala.
Descansen- la gente es buena.
A la voz de firmes se produce devastación.
A la voz de descansen se construyen casas sin descanso
y rápidamente se habitan.
La vida en la tierra sale bastante barata.
Por los sueños, por ejemplo, no se paga un céntimo.
Por las ilusiones, sólo cuando se pierden.
Por poseer un cuerpo, se paga con el cuerpo.
Y por si fuera poco,
giras sin billete en un carrusel de planetas
y junto a éste, de gorra, en un torbellino de galaxias,
en unos tiempos tan vertiginosos
que nada aquí en la Tierra llega ni siquiera a moverse.
Porque mira bien:
la mesa está donde estaba,
en la mesa una carta, colocada como estaba,
a través de la ventana un soplo solamente de aire,
y en las paredes ninguna terrorífica fisura
por la que el viento te lleve a ninguna parte.
Wislawa Szymborska
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"La vida en la tierra sale bastante barata.
ResponderEliminarPor los sueños, por ejemplo, no se paga un céntimo.
Por las ilusiones, sólo cuando se pierden."............
Suerte tenemos si la capacidad de soñar nos acompaña. Ciertamente no cuesta.Sin embargo, cuando se pierden las ilusiones, Miner, el precio que pagamos por la pérdida es proporcional al "montaje ilusorio". O te ilusionas poco, o si te permites el lujo de ilusionarte en excelencia...la pérdida te hace polvo...¿no crees?.
Lo que ocurre que la fuerza de los sueños puede más(parece una canción a lo Nino Bravo). Porque lo valemos, Miner.
Y más baratos que en L'Oreal, jejeje.
Un abrazo
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarAquí...tristemente y no allí.
ResponderEliminarSólo aquí puedo intuirte,
sólo aquí puedo conocerte,
aquí en tus elecciones,
en tus textos al azar.
Aquí siempre me sorprendes,
aquí siempre me alegras,
sólo aquí descanso de tanta maldad
porque tú, aquí,
puedes no poner precio a mis sueños.
Aquí siempre eliges bien. Gracias.