viernes, 15 de junio de 2012

ESPEJO

SOY un espejo
un vulgar espejo de alcoba
en mí se contempla el mundo
se contemplan las cuatro estaciones del año

en mí se refleja
de la mañana a la noche
todo el esplendor de la tierra y de los cielos
mas ninguno de los reflejos me pertenecen

algún día el mundo dejará de hacer frente a mí
su aseo matinal y vespertino
algún día me subirán al desván
o me romperán en pedazos

vivir consiste
en ser un anónimo
espejo
que aguarda pacientemente en su rincón.

Józef Baran

jueves, 14 de junio de 2012

LOS PECES NO CIERRAN LOS OJOS

Un escritor pone sus pensamientos en los libros que escribe y, si me gustan, los guardo en el desván de la memoria y los dejo allí hasta que tenga la oportunidad de sacarlos para hacer uso de los mismos; los tomo prestado. Erri De Luca es un escritor italiano que proporciona muchos. Como su hermana, que de mayor quería recorrer el mundo con un circo, se quedó en Nápoles, pues fuera de allí no existe circo más enorme.
En la novela, Erri de Luca cuenta los recuerdos de un verano que pasó con su madre en un pueblo costero de Napoles cuando tenía diez años. Allí conoce a una niña mayor con la que descubre las palabras amor y justicia. Le debo la liberación del verbo amar, que en mi vocabulario estaba bajo arresto.
El desván de mi memoria es el blog:
(...)Me gustaba estar resguardado del ocaso, no ver el fin certificado del día, con el sol embutido dentro del mar. Entonces prefería el alba. Hoy busco el ocaso en cada isla que llego. Voy al Oeste a la hora en que se vacía dentro del agua. Hoy rebano hasta la última luz del plato del horizonte. Albas he visto durante toda mi vida y también ahora, pero las de ahora son solo el vicio de despertarme con la oscuridad.
(...)Habíamos nacido después de la guerra, era la espuma que queda después de la marejada. 
(...)El descubrimiento de la inferioridad sirve para decidir sobre uno mismo.
(...)A los diez años se está en un envoltorio que contiene toda la forma futura.
(...)Destino, según su definición, es una trayectoria prescrita. 
(...)Yo creo en lo que veo escrito. Hablando se dicen un montón de mentiras. Pero cuando uno lo escribe entonces es verdad.
(...)Ella escuchaba con los ojos también.
(...)Era enemiga de cualquier cosa que acabara.
(...)La isla era mano abierta, en Septiembre las vides estaban hinchadas, pedían ser recolectadas. El racimo aplastado en la boca, grano a grano, descalzo en la tarde sobre la tierra dichosa por los pasos de un niño; aquello era la más justa de las gracias, no alcanzada por plegaria alguna.
(...)El tacto es el último de los sentidos al que presto atención. Y, sin embargo, es el más difuso, no está en un órgano como los otros cuatro, sino esparcido por todo el cuerpo.
(...)Saldría una tarde por la puerta cuya llave nunca tuve. Cerré despacio y bajé los más hondos escalones de mi vida, que no volvería a subir para habitar de nuevo. Recorrí aturdido el camino hacia la estación, en la cabeza retumbaban los adioses que nunca había dicho.


miércoles, 13 de junio de 2012

LA BANDEJA DE LA COLECTA

POR fin
tengo tan poco que perder
tan predispuesta siento mi mano
que un día de estos echaré
en la bandeja de la eternidad
los pocos céntimos
de mi existencia.

Jósef Baran

martes, 12 de junio de 2012

HAI-KAIS DEL ABANICO JAPONÉS (1)

OROS y azules
el abanico mezcla
igual que el alba.

NO es nada, tiembla
tan sólo el universo:
tú te abanicas.

ENTRE tú y yo
la mirada con prisa
toma un atajo.

AL alba caen
en un pozo de Luz
todos los sueños.

AQUEL susurro
de mudas confidencias
trajo la lluvia.

Carlos Pujol (1998)


EL CASO DREYFUS (CARTA A FRANCIA) y (2)

¿Y sabes también adónde vas, Francia? Vas hacia la iglesia, regresas al pasado, a ese pasado de intolerancia y teocracia tan combatido por tus hijos más ilustres, que creyeron acabar con él donando a cambio su inteligencia y su sangre. La táctica actual del antisemitismo es muy simple. En vano el catolicismo procuraba actuar sobre el pueblo, en vano creaba círculos obreros y multiplicaba las peregrinaciones, y fracasaba en su intento por conquistarlo, por conducirlo de nuevo al pie del altar. Era algo definitivo, las iglesias se quedaban vacías, el pueblo había dejado de creer. Y, de súbito, ciertas circunstancias permitieron que se insuflara en el pueblo la rabia antisemita, y lo envenenan con ese fanatismo, lo lanzan a la calle al grito de "¡Abajo los judíos!¡Mueran los judíos!". ¡Qué triunfo si se pudiera desencadenar una guerra religiosa! Por supuesto, el pueblo sigue sin creer; pero volver a la intolerancia de la Edad Media, quemar a los judíos en la plaza pública, ¿no significa ya un atisbo de creencia?  Hallaron por fin el veneno adecuado; y cuando hayan convertido al pueblo de Francia en un fanático y un verdugo, cuando le hayan extirpado del corazón su generosidad, su amor por los derechos del hombre conquistados con tanto esfuerzo, Dios se ocupará de lo demás.
(...)Despierta Francia, piensa en tu gloria. ¿Cómo es posible que tu burguesía liberal y tu pueblo emancipado no vean a qué aberración la arrojan en esta crisis?
No puedo creer que sean cómplices, y, si lo son, los están embaucando, pues no se dan cuenta de lo que se oculta detrás de todo eso: por una parte, la dictadura militar; por otra, la reacción clerical. ¿Eso quieres, Francia, poner en peligro lo que tanto a costado lograr, la tolerancia religiosa, la justicia igual para todos, la solidaridad fraternal de todos los ciudadanos?
(...)Esta historia se escribirá y quien tenga alguna responsabilidad, por leve que sea, deberá pagar.
¡Y así se hará par tu gloria final, Francia, pues en el fondo no tengo miedo; sé que, por más que atenten contra tu razón y tu salud, tú serás siempre nuestro porvenir y siempre tendrás despertares triunfales de verdad y justicía!
Carta a Francia 
6 de Enero de 1898


lunes, 11 de junio de 2012

EL CASO DREYFUS (1)

El veneno es ese odio rabioso hacia los judíos que, cada mañana desde hace años se imbuye al pueblo. Aunque no encontremos ningún motivo humano que explique el crimen, aunque ese hombre sea rico, inteligente, trabajador, sin pasiones, de vida impecable, ¿no basta con que sea judío?
Émile  Zola
En 1894, los servicios de contraespionaje del Ministerio de Guerra frances interceptan un documento dirigido al agregado militar alemán en París, Schwartzkoppen, en el que se menciona en nota manuscrita el anuncio del envío de información sobre las características del nuevo material de artillería francés. Basándose en el escrito, los expertos comparan letras de oficiales del Estado Mayor y concluyen que el capitán Alfred Dreyfus, de treinta y cinco años, judío y alsaciano, es su autor. El 15 de octubre de ese año Dreyfus es arrestado, juzgado por un consejo de guerra y declarado culpable de alta traición.
Pese a las declaraciones de inocencia del acusado, se condena a Dreyfus a la degradación militar y a cumplir cadena perpetua en la isla del Diablo, en la Guayana francesa. Durante el juicio, el general Mercier, ministro de la Guerra, comunica que existen pruebas abrumadoras, que no puede mostrar porque pondría en peligro la seguridad nacional. Hasta ese momento, exceptuando la familia, nadie duda de la existencia de dichas pruebas.

En marzo de 1896, el nuevo responsable de los servicios de contraespionaje, el coronel Picquart, descubre un telegrama dirigido por el agregado militar alemán Schwartzkoppen a un oficial francés de origen húngaro, el comandante Sterhazy; el telegrama no deja dudas de que este último es el informador. Picquart lo comunica  a sus superiores y estos le envían a la frontera del este y después a Túnez. Los tribunales militares, dominados por camarillas de extrema derecha y antisemitas, se niegan a revisar el caso y tratan de sofocar el escándalo, pero lo que logran  es alertar a personalidades de la izquierda.
Émile Zola entra en liza y consciente del riesgo que corre, plantea la cuestión ante la opinión pública en su célebre carta al presidente de la República, titulada "Yo acuso". Hasta el 12 de Julio de 1906, Dreyfus no obtendrá la rehabilitación en el ejército. Quedaron dudas sobre su inocencia hasta la publicación de los escritos  de Schwartzkoppen en 1930: Dreyfus inocente, Esterhazy culpable.
Dreyfus saliendo de la primera sesión del consejo de Guerra

sábado, 9 de junio de 2012

JUAN BELMONTE MATADOR DE TOROS

"Me convencí entonces de que en la lidia -de hombres o de bestias-, lo primero es parar. El que sabe parar, domina. De aquí mi "técnica del parón", que dicen los críticos"
Juan Belmonte
Juan Belmonte matador de toros apareció en la revista Estampa de Madrid en veinticinco capítulos, del 29 de Junio al 14 de diciembre de 1935, cada entrega tenía cuatro páginas. Belmonte contó a Manuel Chaves su vida y este relató por escrito lo contado, pero de manera que no se sabe bien cuando acaba de hablar uno y empieza el otro. 
Chaves Nogales es capaz de contar las hazañas taurinas del torero sin ser aficionado a los toros, además nunca había presenciado una corrida ni sentido ninguna atracción por los toreros. Cuando Juan Belmonte aparece en el panorama taurino en 1912 los toreros de fama eran auténticos héroes, sus vidas privadas y sus hazañas en la plaza estaban en boca de todos, un torero salia por la ciudad a pasear y era seguido por una multitud que lo aclamaba. Los toreros más famosos en el tiempo en que Belmonte empezaba a ser conocido eran Bombita y Machaquito.
Este hermoso libro te atrapa desde  el principio porque aquí hay mucho más que toros, hay literatura de la buena. Además Juan Belmonte no era un torero cualquiera lo primero que hizo cuando empezó a ganar dinero fue comprarse una biblioteca y poner un cuarto de baño, no hubo torero más bañado y leído que él.
En el 2009 la editorial  Renacimiento publica, Juan Belmonte Matador de toros, en una cuidad edición con ilustraciones de Andrés Martínez de León y Salvador Bartolozzi.  Introducción  de Mª Isabel Cintas Guillén. También está ilustrado el libro con magnificas fotografías.


JUAN es un niño atónito, que cuando asoma por las tardes al portal de su casa con el babero recosido y limpio, llevando en la manecitas la onza de chocolate y el canto de pan moreno que le han dado para merendar y contempla el abigarrado aspecto de la calle desde la penumbra del zaguán, se siente sobrecogido por el espectáculo del mundo y se queda allí un momento asustado, sin decidirse a saltar al arrollo. Cuando al fin, se lanza a la aventura de la calle,lo hace tímidamente, pegándose a las paredes, con la cabeza gacha, la mirada al sesgo, callado, paradito, atónito.Juan es muy poquita cosa, y la calle, en cambio, es demasiado grande, tumultuosa y varia. Es una calle tan grande y tan varia como el mundo. Juan no lo sabe, pero la verdad es que lo que él quisiera, callejear libremente, ser amo de la calle, es tan difícil como ser amo del mundo.
Joselito y Belmonte

EXTRAÑEZA

IDÉNTICO a si mismo
retorna junio.
¿Son los mismos de entonces
sus frutos de oro?

Vuelve el verano.
Más con él no regresa
mi juventud.

Eloy Sánchez Rosillo

viernes, 8 de junio de 2012

NO SIEMPRE LO BUENO ES CONVENIENTE


"LA justicia emana de Dios" Carlos Divar
Esto que es bueno  no es conveniente porque mientras llega el Juicio Final quien me paga a mi hoteles y restaurantes. (CD) 

"No hay nadie más sincero que un político cuando miente" (Un Mariano)
Mentir es bueno para llegar al poder pero no es conveniente, la Prima se enfada y corremos mucho riesgo. (La Prima con Riesgo)

"Beber agua es muy bueno para la salud" (Fuensanta)
Pero no siempre es conveniente y sino que se lo pregunten al poeta Pedro Barrantes  que cuando enfermó para morir, el médico le prohibió el agua. La prohibición era terminante y el poeta infeliz se consumía de sed. Por primera vez Pedro Barrantes no quería vino. Quería agua. A veces la agonía no es más que una ocasión para arrepentirnos de lo que hemos hecho mal.
Una mañana- la de su muerte-estaba solo cuando fue a verlo su portera. El moribundo abrió los ojos.
-Señora- dijo-, deme usted un vaso de agua.
-¿No le hará daño, don Pedro?
Barrantes sabía que el agua le era funesta; pero abrasado por la sed, insistió en su demanda con aquel su hablar, lento y autoritario de señor principal:
-Aunque me haga daño, señora; se lo ruego, deme usted un vaso de agua.
La portera accedió. Al verla acercarse con lo pedido, Barrantes se incorporó en el lecho, alargó un brazo esquelético, su mano temblorosa cogió el vaso y se lo llevo a los labios y de un trago lo apuro.
-Gracias-murmuró después-, gracias, señora portera; muchas gracias.
Dejose ir hacia atrás, apoyo la cabeza en la almohada y expiró. Claudicar es peligroso, el único vaso de agua que pidió en su vida fue una puñalada.

MORIRSE no es bueno ni conveniente, lo mejor es dormirse en la muerte. O morir antes que ELLA.

Manolo Preciado

jueves, 7 de junio de 2012

JULIO CAMBA TENÍA UN NEGRO

GOZABA Julio Camba en Lima de un gran renombre literario, y durante su estancia allí fueron muchos los coleccionistas de pensamientos y autógrafos que acudieron a él para pedirle que les escribiese algo en su álbumes. El gran humoristas, malhumorado, recogía los álbumes de sus admiradores y los iba amontonando en un rincón de su cuarto de hotel, con el decidido propósito de no escribir en ellos una sola línea.
-Jamás he escrito nada de balde-decía. ¿Cómo quieren que venga al Perú a alterar una de mis más saludables costumbres?
Una mañana, el criado negro del hotel que entraba a despertarle se creyó en el caso de halagar la vanidad literaria del huésped diciéndolo que era lector y admirador suyo. Era el criado un negro remilgado y sabiendo que, al mismo tiempo que incensaba a Camba hacía gala de una basta cultura literaria.
-Tú entiendes de literatura, ¿eh?- le preguntó Camba.
-Soy afisionaíto ná más-replicó el negro ruborizándose.
-¿A que has escrito versos?
-¿Quiere el señor que le lea alguno?
-¡No!
A Camba se le ocurrió entonces una idea salvadora.
-Vamos a ver- dijo al negro-. Pon en este papel un pensamiento tuyo.
El negro se remangó el delantal y torciendo la boca y sacando la lengua, escribió con preciosa letra redondilla un pensamiento de álbum, como seguramente Camba no lo habría escrito en la vida.
Camba lo leyó emocionado y, abrazando al negro literato, le dijo:
-Toma: coge todos esos álbumes, llévatelos a la cocina, pon en cada uno un pensamiento de esos tuyos, de los buenos, y firma debajo: "Julio Camba". Tienes tanto talento y escribes también, que desde este momento te nombro mi secretario.
El negro literario estaba loco de contento por el grandísimo honor que se le hacía.

Juan Belmonte, matador de toros.
Manuel Chaves Nogales