“El copago transmite a los pacientes el mensaje de que estorban”
Cuelga el traje de consejero vasco de Sanidad para convertirse en uno de los asesores europeos que apoyará a la Administración estadounidense en la implantación de su reforma sanitaria. Rafael Bengoa (Caracas, Venezuela, 1952) insiste, pocas horas antes de volar a Estados Unidos, en que la clave de la sostenibilidad de la sanidad pública no pasa por alejar a los enfermos con recortes, sino por tenerlos mejor controlados y por cambiar el “comportamiento” del sistema, sus gestores, sus trabajadores y sus pacientes, con estrategias como la que ha implantado en Euskadi.
Pregunta. ¿Los 14 proyectos de la estrategia de atención a crónicos son aplicables a Estados Unidos?
Respuesta. Sí, aunque con adaptaciones, sobre todo en aspectos como dar más voz y control al paciente sobre la enfermedad y la integración de niveles asistenciales. En Estados Unidos tienen proyectos interesantes, pero es evidente que había que hacer algo con el sistema: el 63% de las bancarrotas familiares están causadas por los gastos sanitarios, uno de cada seis no tiene cobertura, los resultados de mortalidad no son buenos, tienen peores datos en vacunación y longevidad que Europa… Todo eso destinando el 17% del PIB a la sanidad, mientras que nosotros solo le dedicamos un 8%, con mejores resultados. Ahora todo el mundo dice que el sistema español es caro, pero, insisto: da mejores resultados que el estadounidense, que con la reforma se va a situar en un 20% del PIB. Si no encuentran un buen modelo de provisión, tendrán un problema económico.
P. ¿En qué se diferencia Euskadi con la aplicación de su estrategia de crónicos?
R. La gran diferencia es que en Euskadi nos ponemos en contacto con los pacientes, les decimos que nos importan, y, en otros sitios, con copagos y estas historias, les están diciendo: me estorbas. El copago dice al paciente que estorba. Dos tercios de los enfermos que ingresan en el sistema sanitario son no planificados, no al revés. La sanidad es una organización que tiene que tener un enorme margen de maniobra para encajar esa demanda, algo que no ocurre en las empresas o en áreas como la educación. En Euskadi hemos planteado un sistema en el que sabemos quiénes son esas personas que acuden al sistema, porque las hemos identificado por niveles de riesgo —la mayoría son pacientes mayores con varias enfermedades crónicas—, y no esperamos a que empeoren.
P. Dice que España está mejor que Estados Unidos pero… ¿Es sostenible el modelo?