Aquí vivió la Sra. Marie Martel.
Su vida fue hacer el bien.
Su recompensa, cumplir con su deber.*
*(Placa en honor de una respetada comadrona en el pueblo de Montaignac)Esta mujer J, a quién muchos llamaban "Mademoiselle", aunque tenía ya setenta años, trabajaba como bibliotecaria en un centro cultural, forrando con plástico pesados libros de arte que ningún lector venia a pedir en préstamo. Sus gustos, su humor y los tonos de sus vestidos: todo en ella parecía frágil y un poco desusado, como una acuarela en la que el color rosa ha dominado. Una dulzura y recogimiento cernían los ojos de quien, porque no había causado el mal a nadie, había atravesado esta vida sobre la punta de los pies, sin que nadie la viera, y no haciendo más ruido su muerte que la de la nieve cayendo sobre la nieve. Quizás el mundo es continuamente salvado de la ruina a la que tiende, por estos seres que nadie jamás nota.Christian BobinRessusciter
sencillo pero muy lindo, gracias por compartir estas letras...
ResponderEliminarCierto es ,que pasamos por la vida de puntillas Precioso comentario.
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