A principios del siglo pasado los asturianos emigraban a Cuba y Argentina en busca de nuevas oportunidades y también para evitar la guerra de Marruecos. Entre 1923-1927 tuvo lugar la guerra del Rif donde iban a morir los pobres, ya que la gente de dinero pagaba para que otros fueran en su lugar y librarse de hacer el servicio militar.
El güelu de Mary nació en 1903 y cuando tenía 20 años fue para Cuba donde trabajó de panadero en la Covadonga. Allí ya estaba el abuelo de Marydé que le escribía a su madre diciéndole que estaba muy bien, trabajaba de "Cerero". Estaba en la acera a la espera de que alguien le ofreciera un trabajo.La mayoría de los asturianos que emigraban a Cuba iban de panaderos o confiteros. Es que somos más buenos que el pan.
Güelu de Mary |
Tu no te metas conmigo mira que soi panadero. Trabajo en la Covandonga ganando poco dinero. Recuerdos de Emilia Fernández, Enrique Fernández Posada y Pandiello (Guayas) 1923 |
GUERRA DE MARRUECOSNO hay nada más triste que la historia de este protectorado, triste y anodino, cuyas escenas se podían contemplar, a diario, en las viejas revistas gráficas. Aquellas bandadas alicaídas de mozos españoles que, vestido con su uniforme rayadillo de campaña, dejaban a sus espaldas madres y esposas llorosas y que no comprendieron nunca por qué causa miles de los que embarcaban, llevando como único bagaje su juventud, no volverían más. Sangría popular por lo sangrienta y por lo inútil. Nadie supo nunca en el país a quién beneficiaba aquel holocausto constante del que la población civil no soportaba sino ausencias y bajas. Marruecos era un feudo militar que exigía cada año una remesa de sangre fresca. Lo que allí ocurría pocos alcanzaban a saberlo, aunque estos pocos lo sabían; pero para la mayoría aquello no era más que una tradición oscura y sin fondo, que había que acatar con la misma sumisión rutinaria que el pedrisco o el pago de los impuesto; solo que, como se pagaba en carne esto dolía más.Leí un día que había en Marruecos ochocientos generales, uno por cada cien soldados. Marruecos hacía las veces de vivero y allí fue tramándose la sedición que hubo de asestar a la República un golpe por la espalda.MemorabiliaDrama patrioJuan Gil-Albert