martes, 29 de octubre de 2019

MI MADRE ERA DE MARIÚPOL

Sorprendente lectura. Natascha Wodin en el rastreo de su madre ucraniana procedente de una familia aristocrática pasa de la Rusia de Stalin a ser deportada como mano de obra esclava a Alemania. Un fresco de los años cuarenta narrado con pulso firme. La novela se divide en cuatro partes. En la primera, en una labor detectivesca, la autora rastrea lo que fue de su madre. En la segunda nos cuenta la vida de su familia en la ciudad portuaria de Mariúpol, en Ucrania, a la orilla del mar de Azov. En la tercera y cuarta sabemos del trabajo esclavo. La madre y el padre fueron deportados a Alemania en el año 1944 como trabajadores en régimen de semiesclavitud. Una vez liberados no saben que hacer con sus vidas salvadas. Los protagonistas pasan de sufrir las purgas y el hambre de la Rusia de Stalin a la esclavitud en la Alemania de Hitler. El exterminio de eslavos favorece los planes de Hitler al ponerlo a su servicio y acabar con el resto para que creen espacio para la raza aria. Sencillamente hay que leer esta novela porque lo que se cuenta y por lo bien escrita que está.


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