NEBRASKA

Woody Grant, un anciano con problemas de alzheimer que vive en Billigins (Montana) emprende el camino hacia Linconl. Una empresa ubicada en esa ciudad le envía una carta cebo en la que da a entender que le pudo haber tocado un millón de dolares. Así que Woody se dirige desde Montana a Nebraska en busca de una ilusión por la que seguir viviendo. Su hijo menor, en una muestra de cariño, lo acompaña sabiendo que todo es un engaño. En este recorrido para cobrar el supuesto millón, regresa a sus raíces y a lo que queda de esa demolición que es el paso de los años. Un montón de fracasados viendo pasar la vida y esperando no saben muy bien qué. Con la llegada de Woody, el nuevo millonario, se revoluciona la triste existencia de los habitantes de Hawthorne  y un aliciente nuevo les aparta de la  rutina diaria, ver la televisión con una cerveza en la mano. Llegan a Linconl, el final de la ilusión; "¿Viene mucha gente a recoger el premio?", algunos, responde la empleada. De ilusión también se vive. La pelicula es, como la vida de todos ellos, en blanco y negro. La mujer del protagonista está genial y es la que hace que el drama en muchos momentos se convierta en comedia.