Mi abuela era una belleza. Sin embargo su mayor atractivo eran sus pies vendados, que en chino se denominaba "lirios dorados de ocho centímetros" (san-tsun-ginlian).
La practica del vendaje de los pies fue introducida originariamente hace unos mil años (según se dice, por una concubina del emperador). No solo se consideraba erótica la imagen de las mujeres cojeando sobre sus diminutos pies sino que los hombres se excitaban jugando con los mismos, permanentemente calzados con zapatos de seda bordada. Las mujeres no podían quitarse la venda ni siquiera cuando ya eran adultas, pues en tal caso sus pies no tardaban en crecer de nuevo. Los vendajes sólo podían retirarse temporalmente durante la noche, en la cama, para ser sustituidos por zapatos de suela blanda. Los hombres rara vez veían desnudos unos pies vendados, pues solían aparecer cubiertos de carne descompuesta y despedían una fuerte pestilencia. El dolor que padecían las mujeres no solo era producido por la rotura de los huesos, sino también por las uñas al incrustarse en la planta del pie.
Jung Chang
¡Ale! ya pasé la prueba del algodón. Ahora comento: Anda, que ver erotismo en alguien que cojea.... Si que hay cerebros "atascaos".
ResponderEliminar¡Pues no la había pasao! jaaaa, jaaa
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