El 25 de Marzo se celebraba en nuestra familia una fiesta doble el aniversario de mi madre y también el día en que ponía en libertad a los pájaros siguiendo una antiquísima tradición rusa. Todos los años, con la llegada de la primavera, en la Gran plaza que ahora se llama Roja se organizaba junto a la iglesia de San Basilio una gran feria. De todos los pueblos de los alrededores de Moscú llegaban los comerciantes de pájaros, de peces, de juguetes baratos, y flotaban los globos, los diablillos de cristales de colores subían y bajaban rápidamente en tubos llenos de agua colorada, ratitas mecánicas huían aterrorizadas, giraban sobre sus ejes las tentadores nubes de azúcar de todos los colores, recuerdo haber visto unas culebras erguidas sobre sí mismas y unas ranas con coronas de oro. Se exponían a nuestra mirada toda clase de objetos de artesanía campesina, de tela, de cuerda trenzada, de hierro forjado, de madera tallada, pintada o barnizada, de papeles de colores, de paja, de mimbre. Comerciantes y mendigos de todas clases echaban mano de infinidad de trucos para incrementar sus miserables beneficios; por ejemplo le rompían las alas a los pájaros que vendían para que cuando la gente que los compraba los volviese a poner en libertad recuperarlos enseguida, y así poder venderlos otra vez.
LA VIDA SECRETA
DIARIO INÉDITO
GALA DALÍ
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