que tenía cuatro ruedas.
Yo le pregunté a la luna:
¿Dónde están tus compañeras?
-¿La de oro? Esa se fue,
rueda que te rueda, rueda,
a juntarse con su hermana
dormida sobre las trenzas
de tu novia.
La de diamante
también se fue hacia la tierra,
y se encontró allí un hermano
en su corazón de piedra.
La de cristal se rompió
caminito de la tierra;
yo supe después que fue
porque los hombres no vieran
que era negra turbiedad
la que creían transparencia.
-¿Y tú, Luna?
Aquí me tienes,
rueda que te rueda, rueda,
sin compañeras ni carro,
esperando que me quieras.
José Antonio Muñoz Rojas
poemas de juventud (1929-1935)
guayyyyy..
ResponderEliminarGuay del Paraguay.
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