CON dignidad plebeya y cubierto de escarcha
el áster otoñal crece en la huerta.
Pide perdón por haber vivido
y perdón por seguir viviendo.
Si sueña se marchita, por eso espera.
Y cuando mustio está es arrojado lejos.
Prendido en el ojal de un hombre rico
ocupa oscuramente el lugar del crisantemo.
Oh áster, flor plebeya, también
el lirio florece en la ceniza.
Despreció el aldeano el crisantemo.
Tú llegará a ser flor imperial.
Endre Ady
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