"En esta fuente que habla con sordina
de alguna cosa que yo no se entender
he bebido con ansia un agua pura
y a su pie me he sentado a descansar.
No había en el aire nada mas que luz,
una luz cenicienta y solitaria
despidiéndose frágil por los cielos.
Y a medida que la luz se diluía
en las sombras que nacen lentamente,
la fuente en el silencio más se oía.
Nada hay en el mundo. Nada. Nadie.
Solo un agua fresca que susurra
un secreto que yo no se entender.
Me levanté por fin. Muy tenuamente
una estrella brilló sobre la fuente."
Antonio Botto
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