Aquí lo tenéis, es el nuevo sastre de Francisco Camps, se llama Justicia y le acaba de hacer un traje a medida. A este nuevo sastre tampoco le pagó el traje, de eso ya se encargara el eterno pagano de la historia, "el pueblo".
Lo bueno de todo esto es que ya ZP se puede comer las anchoas tranquilamente. Los asturianos tampoco tenemos que devolver el oso, y malas noticias para los rumiantes, los bolsos de piel de vaca ya son legales, no los devuelve ni Rita la cantaora.
¿JUSTICIA...? Cuando quien la aplica son mujeres y hombres con implicaciones partidistas y amiguismos.... ¡mala cosa!. Y digo yo, ¿no sería más fácil que esti "señor" presentase les factures pagaes por él?. ¡Ha, ye verdá! los que juzgaron el casu dicen que fueron de papu, pero que no hubo trampa ni carton. ¡ANDA, YA!
ResponderEliminarEl artículo 426 del Código Penal, que castiga a los funcionarios y autoridades que reciban regalos "en consideración a su función" -aunque luego no favorezcan en nada al autor de los obsequios-, no es un precepto nuevo pensado para frenar la corrupción de los actuales partidos políticos: tiene, al menos, siglo y medio. Ya figuraba en el Código Penal de 1848, y se ha mantenido en los códigos posteriores variando ligeramente su redacción (y su pena).
ResponderEliminarpues mira que yo todavía me parece que no esta todo dicho.....haber si el traje al final ye de... ¡¡RAYES!!...QUE POCA VERGÜENZA TIENEN,deben de pensar que somos todos igual a los suyos,PUES NOOOOOOO
ResponderEliminarTe entra una terrible sensación de impotencia y sobre todo, que todo vale si eres poderoso con buenos amigos jueces.
ResponderEliminarLo chungo, Miner, está en saber si los regalos lo son "en consideración a su función", o para agradecer el favorecedor corte de pelo del obsequiado,
ResponderEliminaro el color de la corbata que portaba el agasajado. Cualquier cosa puede resultar grata a quien decide realizar el regalo, en agradecimiento por lo que supone de agradable para la vista del dadivoso, el saber estar o el porte ajeno del agraciado...Como se dice popularmente: ¡Por su cara bonita!...
Ya le retraté hace algún tiempo, pero creo que pronto le tocará otra.
ResponderEliminarSinceramente, la mayoría absoluta de mis conciudadanos valencianos tienen una grave confusión sobre el poder, la democracia y la corrupción.
Muchas gracias por tus comentarios.
Un abrazo
Está claro, clarísimo, los regalos se los hace el Bigotes, eso si, porque lo quiere un huevo, pero no un huevo de la gallina Marcelina, ni de la gallina
ResponderEliminarturulata, NOOOOOO, sino de la gallina de los huevos de Oro.