Han pasado veinte años desde ayer
sin apenas creer que me dejaste;
cuarenta más pasaron, y viví
del recuerdo de aquel amor de antaño,
y durante cuarenta que siguieron
de esperanzas de que ibas a volver;
otro siglo se ahogó en mis propias lágrimas
y aventaron dos siglos mis suspiros.
Luego pasó un milenio y nada hice,
nada pensé, no me ocupé de nada
dedicado a pensar tan solo en ti;
tampoco te olvidé en mil años más.
Pero a eso no llames larga vida,
ya que soy inmortal por estar muerto.
¿O crees que también mueren los fantasmas?
John Donne
Miner, me parece genial el poema. Me incitó a averiguar sobre la vida del autor, que desconocía.Gracias por ello.
ResponderEliminarBuenííííííííííímo.
ResponderEliminarMiner, ¿te has convertido en fantasma? me sorprende incluso tu falta de imagen.
Besitos fantasmagóricos.
Quería decir buenísimo, jomio con la broma se me escaparón las letras.
ResponderEliminarNo me convertí en fantasma, soy fantasma de nacimiento. Siempre me andan diciendo, pero que fantasma eres.
ResponderEliminarSaludos de un fantasma
esta claro que la vida es eso que pasa mientras haces planes.....bueno para algunos , menos mal,que tu la poesía no la practicas.....¿ esti que era Matusalén ?
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