sábado, 29 de noviembre de 2008

HISTORIA DE MIS CALLES


Historia de mis calle son unas memorias personales del escritor Francisco González Ledesma, que reflejan una época y una ciudad Barcelona.


...Pero los padres si que se daban cuenta, militaban en los partidos de izquierda y soñaban con un mundo mejor. El mundo mejor se alimenta siempre de esperanza, pero cuando no llega esta se acaba alimentando de odio. Y en el barrio había odio. A él contribuían otros dos factores que no eran estrictamente económicos.
Ante todo el ejército, al que tradicionalmente sólo iban los pobres, osea, los que no podían pagar la cuota que eximía del servicio militar. Incluso había compañias de seguros para pagar poco a poco la redención del hijo.


...La gente se imaginaba a los generales con fajín, sable y tripón (tampoco iban tan descaminados).


...Otro elemento de constante odio era el clero. Se decía que la iglesia era de la guerra imperialista, en la que los generales ascendían y los soldados iban a la fosa...Los hombres de sotana defendían a los ricos y predicaban la resignación a los pobres.


...Lerroux había ganado las elecciones de 1933. Era particularmente odiado porque se lo consideraban un traidor...Era sabido por todos que, en su época de mítines incendiarios, viajaba en primera, y poca antes del pueblo en que tenia que apearse, se trasladaba a tercera. Era sabido que comía en el restaurante del tren, pero al apearse llevaba en la mano un bocadillo envuelto en papel de periódico. Es sabido también que cierta vez lo sorprendieron bebiendo champán, y él salio del paso diciendo. Esta es el agua que beberán los obreros del porvenir.

Josep María LLadó: Él dejo demostrado que ser simpático es un regalo constante que haces a los otros, y que ser buena persona no da dinero, pero justifica una vida...Ya en su lechos de muerte, pidió como última gracia un puro que no fuese demasiado caro. Así mueren los hombres.
Pero los médicos se lo negaron. Menudos H.P.
En Cambio Francisco Bruguera y Rafel González tío del anterior tuvieron el mismo destino, fueron enterrados solos y ambos murieron de la misma enfermedad (Parkinson). Nunca como entonces llegué a saber lo inútil que puede se la vida de un hombre triunfador.


PD. Hay una palabra muy unida a la posguerra de España, a Lerroux y al hundimiento del partido radical: El estraperlo

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