jueves, 28 de junio de 2018

EL FIN DE LOS PALACIOS DE INVIERNO

La primera vez que tuve noticias de Luis Antonio de Villena fue en "Tal Cual" un programa de televisión presentado por Manuel Hidalgo. Era finales de los ochenta y quede prendado de su manera de contar las cosas. Anillos, fulares y vestimenta fuera de lo común. Luis Antonio de Villena escribe también como habla. Por esa época había leído Ante el espejo una novela que utilizó la forma de memoria. Eso dice el autor. Yo me la leí de un tirón sin sufrir ninguna indigestión. El fin de los palacios de invierno son unas entretenidas memorias de sus primeros veintidós años en las que sabemos, mejor no sabemos, de un padre en permanente huida, de una familia, que da para una novela, madre, abuelos, tíos, primos, personajes que no van en busca de autor, ya lo tienen en casa. Curas, colegios, amigos, especialmente Luis Alberto de Cuenca, homosexualidad, religión, "no practico el ateísmo sino el paganismo", son la materia prima que forman estas memorias que se me hicieron tan cortas. Creo que siguen con otros dos tomos. Quedo a la espera. Constantemente sentía ante mi la imagen del autor que recuerdo de aquellos finales de los ochenta. Buen poeta y escritor.




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