miércoles, 20 de febrero de 2013

AYER NO MÁS

La novela de Andrés Trapiello está narrada de tal manera que lo que estamos  leyendo son los pensamientos de los personajes. Las reflexiones llegan a nosotros, en estado puro, sin pasar por el filtro de las palabras.
En los primeros días de Guerra Civil un niño presencia el asesinato de su padre por unos falangistas y setenta años después reconoce, de manera fortuita en una calle de León, a uno de los que participaron en el suceso. José Pestaña, hijo de uno de los falangista, es testigo del encuentro.La novela se desarrolla en la época actual, cuando está en pleno debate la Ley de Memoria Histórica  El hijo del  asesinado en la Fonfría, lo único que quiere es saber dónde está enterrado su padre y recuperar sus restos. En este caso sabemos que el padre fue una victima inocente, en otros, la victima también pudo haber sido un verdugo. En la Guerra Civil Española, como en todas las guerras, unos son buenos y otros malos. Qué cada cual elija bando. Algunos escritores, como Andrés Trapiello, nos ayudan a comprender ciertas partes de nuestra historia desde un punto de vista más objetivo y para ello utilizan lo que mejor saben hacer, la palabra escrita. "El otro día leí que para contar lo que sucedió no sirve la historia, sólo la novela puede hacer algo por la verdad, la verdad en una guerra no existe..." Esta frase puesta en boca de José Pestaña resume muy bien lo anterior.    
"... Decía Tolstoi que en la invasión napoleónica y en la guerra que le siguió millones de hombres de uno y otro bando cometieron una cantidad tan enorme de crímenes, engaños y traiciones, robos, falsificaciones de moneda, saqueos, incendios y matanzas, que la historia de todos los tribunales del mundo no reuniría nada semejante en el transcurso de varios siglos; y, sin embargo, la gente que cometía esos delitos no llegaba a considerarlos como tales, ¿Cómo convenceríamos a los culpables de que cometieron esos crímenes? 

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