jueves, 14 de diciembre de 2017

MUERTE DE UN AVIADOR

Qué una persona muera joven no deja de ser una putada, sobretodo para el que la palma, pero en el caso de Chistopher St. John Springg, también para los amantes de las novelas de misterio. Chistopher, en 1934 se afilió al partido comunista y en el 36 se alistó en El Batallón Británico de las Brigadas Internacionales. Murió sin haber cumplido los treinta años en el frente del Jarama. Los escritores de novelas de misterio son como los sastres, primero confeccionan un patrón para, guiándose por él, cortar e hilvanar la tela marinera, probarla y por último, coserla. En muerte de un aviador el resultado final es un traje que le sienta de maravilla a la trama. Un avión se estrella y el piloto aparece muerto, todo el mundo piensa que es un accidente, pero aquí topamos con la iglesia. Edwin Marriott obispo anglicano de Cootamundra en Australia, como todos los curas, es un especialistas en enviar fiambre al otro barrio y el muerto del avión tenía un rigor mortis sospechoso, así que, lo que se iba a cerrar como un accidente, termina en una novela de lo más entretenida, salvo para los  muertos. Hay dos. Disfruté leyendo la novela con un final en el que, después de tener todos los cabos sueltos atados y bien atados, el escritor da una nueva vuelta de tuerca a la máquina de coser y nos sorprende con un final inesperado. Edición muy cuidada de Biblioteca Clásicos Policíacos de Siruela.


miércoles, 13 de diciembre de 2017

PERFECTOS DESCONOCIDOS

Un grupo de amigos se reúnen a cenar y alguien propone dejar los móviles encima de la mesa para que toda llamada o mensaje que llegue sea leído y escuchado por el grupo. Así comienza esta tragicomedia en la que el hilo conductor es el móvil. Para mi, Perfectos desconocidos, más que una tragicomedia es una comedia en toda regla, me pase gran parte de la película riendome de una serie de situaciones que les ocurrían a los protagonistas por confiar sus pensamientos a un artilugio que carece de sentimientos pero no de memoria. Los que somos del plan antiguo los pensamientos los guardamos en el desván de la chola y cuando nadie te vea, como en la canción, sube al desván. A uno le podrán leer los pensamientos pero nunca el móvil. No tengo. Ni falta que me hace. Los actores están geniales, especialmente Pepón Nieto, en ningún momento decae el ritmo de la película. En el fútbol si un entrenador no da con la tecla no come el turrón, en la vida, si no das con la tecla, te comes un marrón. Turrones Delaviuda.

lunes, 11 de diciembre de 2017

NACIONALISMO Y RELIGIÓN

REPASANDO ANOTACIONES DEL año dos mil seis encuentro esta reflexión del filósofo Jesús Mosterín: El nacionalismo es más parecido a una religión que a una teoría científica. Las cosas que más excitan a las gentes poco reflexivas son las que no existen, como Dios, la nación y todas esas cosas.

ANA, NO ME DES tormenta, Ana, déjala correr que se lleve el viento ese mal querer. Acaba de barrer la península una ciclogénesis explosiva, al mal tiempo buena cara, Ana. 

EN CATALUÑA LOS representantes de la burguesía viven a la sombra de la CUP.  Votan lo mismo. Unos agitan el árbol y los otros cogen el fruto.

EN OLICIU HUBO una mina de mercurio Desde 1965 hasta 1973. La mayoría de la gente que trabajó en ella murió joven. B. uno de lo pocos supervivientes es inquieto como el azogue. 

ESTÁ VISTO Y no visto que tenemos la vida hipotecada de por vida. Cuando no puedes pagar los intereses te desahucian. Terminas enterrado por las deudas, o, como los parsis, comido por los buitres. Entre buitres y gusanos anda el juego de la muerte. Lo mismo que el de la vida.

ESTAR ENCERRADO EN uno mismo es como olvidar las llaves en la cerradura por la parte de afuera. Tú lo que necesitas es un cerrajero.

EL KOSKENKORVA es un aguardiente Finlandés que te deja encorvado después del segundo mal trago. Con un 38% de alcohol te cura las heridas del alma. Mater. La madre nutritiva de todas las batallas. 

APUNTES

martes, 5 de diciembre de 2017

TODOS LOS CUENTOS

Si la vida es sueño la de Antonio Pereira es cuento. En Todos los cuentos están reunidos cientos de relatos, narraciones breves y cuentos. Se puede empezar el volumen por cualquier página, yo empecé por los cuentos de la cábila, treinta y un narraciones en las que el autor cuenta su infancia en el barrio donde nació y vivió los primeros años de su vida. La cábila era el nombre que se le daba a un barrio de Villafranca del Bierzo. El primer cuento se titula El toque del obispo y le sigue Un chico en la cábila. En La pernocta del General  narra cuando pasó por Villafranca el general Millán Astray y de que, cuando fue a besar a la abanderada, la mejor moza de la formación, esta esquivó un poco la cara y el gran mutilado de la guerra de África se vio rechazado. Cuando estaba descansando en su habitación del Gran Hotel una embajada de señoritas le llevó unas flores en señal de desagravio. El general para recibirlas, él que era un hombre galante, se había quitado ya sus ortopedias, pero empezó a componerse de nuevo, este garfio, un cojinete, el ojo que se refrescaba en un vaso. Tenía el orgullo de suplementarse sin asistencias. Las féminas esperaban, cuando a través de la puerta se oyó un juramento. Como todo se sabe, y el capitán ayudante era de Puente Domingo Flórez, se supo que al general le había sobrado en la restauración una piecita. Un tornillo de nada.
-Peor sería que le faltara, dije yo cuando lo contaron-, pero sobrándole...
-No sabes lo que dices-me reprendieron-; para cualquier mecanismo el que sobre pieza es el mayor problema, pregúntale al relojero de los soportales. 
Para muestra falta un tornillo. Así son la mayoría de los cuentos, una maravilla para los sentidos. Si yo amase tanto las palabras, traería aquí lo de que una imagen vale más que cien palabras, lo digo por la figura ahilada del poeta Carvajal en en una tarde de otoño favorecedora del misterio. (La imposición de manos). Libro que vale la pena tener para releer y tener siempre a mano un cuento que contar. Ahora si que tienes cuentu me dicen los de la familia cada vez que les quiero contar uno.



martes, 28 de noviembre de 2017

PARTES DE GUERRA

Ignacio Martínez Pisón recopila, en Partes de Guerra, treinta y cinco cuentos sobre la Guerra Civil. Aunque solo fuera por los escritores que forman parte de esta antología ya valdría la pena la lectura del libro. La Guerra Civil está contada desde diferentes puntos de vista. Los desastres de una guerra no los sufren los que la declaran sino los que la padecen sin importar el bando. No sabría destacar ningún cuento en especial porque me agradaron prácticamente todos. Nogales y Andrés Trapiello son dos escritores que me gustan. Se incluyen en la antología dos cuentos de Chaves Nogales que ya aparecieron en su libro de relatos a Sangre y fuego. Manuel Chaves Nogales vivió la época y condena lo mismo a los pistoleros de izquierdas vestidos de milicianos que, huyendo del frente, se refugiaban en Madrid a saquear todo lo que pillaban, La Escuadrilla de la Venganza, como los bombardeos sobre gente indefensa. En la Gesta de los caballista, de los mejores cuentos, se describe el enfrentamiento de las cuadrillas de señoritos andaluces con braceros del campo. En la Seda Rota, de Andrés Trapiello, se parte de un suceso real en el que tuvo participación el General Miaja en un intento de parar el saqueo del piso de los Daza en la calle Príncipe de Vergara de Madrid. El más tendencioso de todos los cuentos es Las muchachas de Brunete de Edgar Neville. El escritor lo pasó muy mal durante la Guerra Civil y después en la posguerra. Este cuento fue una manera de congraciarse con los vencedores, que lo tenían por escritor simpatizante de la República. El libro empieza con el relato de Manuel Rivas La lengua de las mariposas. La recopilación es del año dos mil nueve pero afortunadamente nunca es tarde si la dicha es buena. 


lunes, 27 de noviembre de 2017

MI MUERTE NO LA SABRÉ

Mi muerte no la sabré.
Por qué habría de llorar
la pena que no ha de ser.

Por otras muertes vecinas
pongo luto en el papel
y en la corbata respeto.
A mi muerte no estaré.

Que no me importe el asunto,
agua que no he de beber:
De estar aquí a estar enfrente
solo una media pared.
A este lado aún no es la muerte.
ya al otro la vida es.

Muerte que anega los ojos,
la mía no la veré.

De pie la tarde rezada
a la orilla del ciprés,
me canso por los amigos,
por mí no me cansaré.

Si yo no sabré mi muerte,
digo que no moriré.

ANTONIO PEREIRA
METEOROS