miércoles, 12 de septiembre de 2012

GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER

¿Cómo era Gustavo Adolfo Bécquer?  Una cabeza de peluquería con rizos abusivos sobre la frente o como dice su amigo Eusebio Blasco,  "un hombre negro, moreno hasta la exageración, sombrío hasta la grosería, viviendo modestamente del sueldo de doce mil reales que su amigo el ministro González Bravo le daba como censor de novelas".
Narciso Campillo, demasiado proclive a la consabida leyenda del genio incomprendido y menesteroso, llega hasta una versión, por exagerada, inaceptable. "Le he conocido sin camisa ni calcetines; tomaba dinero y lo gastaba en guantes finísimos o en comprar una alfombra por doscientos duros que luego vendía en veinticinco, para convidar a sus amigos.
Santiago Montoto un erudito sevillano lo presenta de una manera totalmente diferente a la anterior. "El romántico por antonomasia no lo fue tanto; ni en Sevilla ni en Madrid, sufrió las estrecheces de una vida bohemia, nunca estuvo tísico ni murió de esta enfermedad". Una dama que lo conoció mucho escribe de Bécquer : "Le recuerdo de frac, cuando iba a las reuniones, y habitualmente con pantalón a rayas y en chaqué o levita, a la moda de la época". ¿Sería Bécquer lo uno o lo otro? Más parece un melancólico, sombrío e ensimismado. "No reía", dice Julio Nombela, "pero sonreía, hasta cuando sufría".

Bécquer se casó con Casta Esteban, matrimonio del cual se sabe poco. En cambió si se sabe de su amor platónico por Julia Espín Colbrandt una hermosa mujer morena, arrogante, de gran atractivo físico. Según Blasco era deslumbrante ¿Serían para ella esas cartas que mandó destruir dos días antes de su muerte? Augusto Ferrán relató a Narciso Campillo, que hallándose con Béquer éste le pidió que le diese un paquetito de cartas atado con una cinta azul que había en el armario. Hízolo así, y Bécquer, sacando una mano de entre las ropas de la cama, tomó el paquete y lo quemó a la llama de la vela que lucia sobre la mesilla de noche. "¿Por qué quemas eso?", le preguntó Ferrán. "Porque sería mi deshonra, contestó el enfermo".
El mejor retrato de Gustavo Adolfo es el que le hizo Laurent, fotógrafo de la reina, entre 1864 y 1868. En él vemos al poeta de cuerpo entero, delgado, esbelto, vestido con elegancia; el gesto sereno, un poco duro, sin que pueda apreciarse en su rostro ningún detalle o resplandor especial que le distinga de la fisonomía de cualquier otro joven vulgar y corriente de la época. El porte de caballero de este retrato es contrario a  la idea que suele tenerse de un Bécquer bohemio, desaliñado, de faz pálida, ojos soñadores y frágil contextura, tal como le pintan algunos biógrafos influidos por la romántica proyección de su obra.

Antonio Espina
Las tertulias de Madrid

martes, 11 de septiembre de 2012

DUQUE DE OSUNA

Mariano Téllez Girón y Beaufort (1814-1882) fue un noble, político y diplomático español  que llevó una vida de lujo y despilfarro. Eusebio Blanco que lo conoció ya sesentón en casa del marques de Vinet, le describe de la siguiente manera: "rechoncho y pálido como un cirio, iba lleno de placas, bandas, estrellas y rosetas de todas las ordenes del mundo. Se le admiraba como si a todos nos hubieran dicho: ese que viene por ahí toma desayuno con diamantes y en lugar de pastillas para la tos traga monedas de cinco duros".
En su juventud había sido bizarro militar. Luego, como embajador, fue siempre extraordinario, no tanto por su cargo como porque gastó su inmensa fortuna en proporcionar inusitado esplendor a sus representaciones diplomáticas. Siendo embajador en Rusia tenía absorto a los opulentos moscovitas. Los riquísimos grandes duques, asombrados, se persignaban según el rito griego al contemplar los derroches de aquel don Mariano Téllez  Girón y Beaufort, duodécimo duque de Osuna, que no paró en grandiosos delirios hasta darle enviada al mismísimo Zar.
En efecto, un día mandó poner a todos sus caballos, que eran más de un ciento, herraduras de plata. Y una noche apareció en un baile de Corte tan cuajado de brillantes, que el fulgor de esas piedras preciosas  duplicaba en el salón las luces de las arañas, lámparas y candelabros. Terminó arruinado.

Antonio Espina
Las tertulias de Madrid
Simplemente Mariano 

lunes, 10 de septiembre de 2012

LA CLARIDAD DE LA MAÑANA


Yo sólo soy una pobre lamparilla de aceite;
cuya turbia llamita se hace notar apenas.
Tú eres de la mañana la claridad enorme
que todo lo ilumina y de esplendor lo llena.
Mi pobre lucecilla se eclipsa ante su brillo.
Pero yo no me quejo; me eclipsaría yo mismo.
Tú eres de una belleza suprema, inexpresable.
¿Dónde morir mejor que en tu esplendor radiante?


Hafiz (Mohammed Schemsu-d-din)
gaceles


sábado, 8 de septiembre de 2012

LA INSTITUCIÓN LIBRE DE ENSEÑANZA

La Institución Libre de Enseñanza nació en el año 1878, a raíz de unos decretos del ministro Cánovas atentatorios a la libertad de cátedra. Quería poner la Universidad en manos de la Iglesia, ensotanar la toga del magistrado, impedir todo sentido de critica racional a las explicaciones de los profesores, restablecer las musas del Espíritu Santo y cosas por el estilo. Contra semejantes pretensiones protestaron los catedráticos Francisco Giner de los Ríos, Nicolás Salmerón, Alfredo Y Laureano Calderón, Augusto Linares, Gumersindo de Azcárate y algunos otros, es decir lo mejor del profesorado con que contaba la Universidad Central. Renunciaron, pues, a sus cátedras y fundaron La Institución Libre. Figuraron como directores de ella Montero Ríos, Azcárate, Juan Uña, Labra, y por sus cátedras desfilaron Bartolomé Cossio, Federico Rubio, Luis Simarro, Jaime Vera, Moret, Montero Ríos y Joaquín Costa.

Las tertulias de Madrid
Antonio Espina
Francisco Giner de Los Ríos con su nuera y nieto. Alberto, Rubio y Cossio 
Supresión de Educación para la ciudadanía, Clases Separadas por Sexos (Cambiaremos la ley si es necesario) ¡Ay que Wert!; menos escuela Pública y más concertada en manos de la Iglesia etc. Todo esto y mucho más lo está haciendo ahora el ministro de Educación Ignacio Wert y la derecha Española. Retrocedemos al Siglo XIX. 

viernes, 7 de septiembre de 2012

MANOS

Las manos

me decían mis padres
antes de sentarme
a la mesa a comer.

Lávate bien
las manos.

No alcanzaban
a comprender
que los niños
las tenemos siempre
limpias.

David González




jueves, 6 de septiembre de 2012

EL DUQUE DE SESTO (ALCALDE DE MADRID)

El duque de Sesto fue  amigo de Alfonso XII con el que gastó el dinero a manos llenas hasta verlo en el trono de España. Luego todos fueron ingratos con él, incluso el Rey. Canovas del Castillo que a otros colaboradores de la Restauración les permitió levantar grandes fortunas o redondear las que tenían, haciendo la vista gorda sobre sus chanchullos, o bien otorgándoles fructíferos cargos y oportunidades en Ultramar, no hizo nada por Sesto. Ni siquiera la vista gorda. Al final le tocó la "pedrea" de ser alcalde de Madrid(1857-1864).El duque de Sesto era Rechoncho, maduro, elegantón, adornaba su rostro inexpresivo unas patillas semejantes a las de Don Alfonso, negras teñidas. 

El duque era bonancible y frívolo. El día de la toma como alcalde de Madrid, su ayuda de cámara le tendió la chistera, la capa de etiqueta y los guantes, y el secretario del duque tomó el bastón  que había de serle entregado al nuevo alcalde en el momento oportuno. Este bastón, propiedad del prócer, eran un palasan con bola de oro, contera de lo mismo y unos hermosos brillantes en el cerco de la empuñadura. El día anterior le habían puesto las borlas adecuadas para convertirlo en bastón de mando. El duque se sentía feliz a la puerta de su palacio, que estaba situado donde hoy está el Banco de España y, abordo de una elegante berlina tirada por unos brioso tronco de caballos partió a la Casa de la Villa. En el despacho del Alcalde rodeado de los concejales recién nombrados entre abrazos, jolgorio, apretones de manos y vivas al Rey su bastón desapareció para siempre. ¡Se lo habían robado!
Murió en un hotelito de pequeña traza, arruinado olvidado y en silencio, el alfonsino que más hizo por la restauración. 
Antonio Espina
Las tertulias de Madrid

Coplilla dedicada al duque de Sesto cuando sacó un bando en el que se prohibía mear bajo la multa correspondiente.

¡Cinco duros por mear!
caramba qué caro es esto.
¿Cuanto querrá por cagar 
el Duque de Sesto?

Alfonso XII y el Duque de Sesto

miércoles, 5 de septiembre de 2012

EL DE DELANTE

VA siempre delante. Manos a la espalda,
indeterminado. Viste de oscuro
Avanzo, avanza.
Paro, para.

Va siempre delante.
Silueteado en mancha.
Va siempre delante.
(Es el de delante.)

Nunca le adelanto. Ni por esos campos.
Ni por estas calles. Surge del asfalto.
De la lunería
de un escaparate.

Le crucé en su duelo. Se cruzo en mi duelo.
-Señor mío-                     -Señor mío-dijo.
Él no dijo nada.           Yo no dije nada.

(¡Oh, el adelantado que jamás se alcanza!)
Al que nunca alcanzo,
pues si avanzo, avanza
y si paro, para.

Va siempre delante
su luctuosa mancha,
va siempre delante.
(Es el de delante)

!Sombras en el muro!

Antonio Espina
Poesía completa y epistolario
Calambur, 59, Madrid, 2006




martes, 4 de septiembre de 2012

SEPTIEMBRE

EN septiembre ocurren días de cielo descendiendo a la tierra. Se abre el puente levadizo de su castillo en el aire y, bajando por una escalera azul, el cielo se apoya durante un rato en el suelo. Septiembre es el mes de las bodas entre la superficie terrestre y el espacio de encima encendido por la luz.

LOS PECES NO CIERRAN LOS OJOS
ERRI DE LUCA

lunes, 3 de septiembre de 2012

SOIS LO QUE VA A VENIR

VOSOTROS que veréis más primaveras
ahora insospechadas,
y oiréis otras músicas
no nacidas aún;
que tendréis esperanzas muy distintas,
como quien calza unos zapatos nuevos,
aunque en el fondo sea
la esperanza de siempre.
Sois lo que va a venir,
su quebradiza incertidumbre, el aire
que no respiramos, un asombro
ante la sencillez.
Cuando seáis como madera vieja
bruñida y desgastad por el tiempo,
lo mismo les diréis a vuestros hijos.

Carlos Pujol

sábado, 1 de septiembre de 2012

CARLOS III Y FAMILIA

El día 9 de Noviembre de 1759 hizo su entrada en Madrid Carlos III. Madrid tenia unos doscientos mil habitantes y era una ciudad descuidad, falta de los más elementales servicios urbanos, polvorienta y sin más edificios notables que el Palacio Real. Carlos III venia de Nápoles donde había dejado muestra de su buen gusto y espíritu renovador.
Los monumentos arquitectónicos más bellos que hay en Madrid se deben a Carlos III, entre ellos El Museo del Prado, La puerta de Alcalá y el Jardín Botánico. Madrid experimentó un cambio extraordinario, desvaneciéndose las notas tétricas y enlutada del estilo de los Austrias y sustituyéndolas por el optimismo Italiano y francés que dieron origen  a la alegría del pueblo. Puso farolas en la vía pública, recortó alas de sombreros y vuelos de capas; estableció la institución de los serenos y pavimento con baldosas y adoquines las rúas de la ciudad.
De mala calidad fue su descendencia, desde su hijo Carlos IV, falto de razón, pasando por el "Narizota, cara de pastel" como era conocido Fernando VII, hasta nuestros días con el cazador de elefantes y familia. Los del Triangulo*, intentaron asesinar al Narizota en una casa de citas. La mujer de éste, María Cristina me quiere gobernar, tampoco perdía el tiempo y tenía de amante a Fernando Muñoz duque de Riánsares, con el que se casó cuando el Narizota la palmó. Así, como no iba a salir pendona Isabel II.

*La del Triangulo era una agrupación clandestina dirigida por Vicente Richart, abogado catalán. Se llamaba del Triangulo porque sus afiliados formaban una cadena compuesta por eslabones de tres personas.

PD para confeccionar este Real Show, estoy leyendo con sumo placer, La tertulias de Madrid y el Cuarto Poder de Antonio Espina.