
Cuando cierres la puerta, no hagas ruido.
La casa bulliciosa
olvirá tu paso al poco de irte
como se olvida un sueño desabrido.
No te valdrá el amor ni la paciente
entrega a su cuidado.
Marchate silenciosa
suavemente.
Entre sus moradores alguien crece
para quién defendiste la techumbre,
los muros y los altos ventanales
donde la luz cernida comparece
cada nueva mañana.
Es la costumbre:
Permanecer no entraba en el contrato
y ahora debes partir. De todos modos,
no pensabas quedarte mucho rato.
Joan Juristi
P.D. Poema dedicado a una buena persona, muerta recientemente, descanse en Paz.









