Billy Ray achaca su larga vida a las peleas en las calles y en los cuadriláteros, era tan duro que cuando los guantes de boxeo se popularizaron en la década de 1880 se retiró. Ahora va por los noventa y cuatro años. Estuvo casado siete veces, no toma café, el café mata. Para los problemas cardíacos bebe dos chatos de whisky al día. Cuando boxeaba se untaba las manos con salmuera y sus puños eran como ladrillos.
Después de leer esta crónica de Gay Talese para el New York Times (1958) recogida en el libro "El silencio del Héroe" Alfaguara. Miner cambia de vida, en vez de Desayuno con diamante; Leche de Pantera. Dos chatos de tinto de verano y, de invierno cuatro. Gotas de coñac al café "solo" la taza. Y además dejo de pagar a Santa Lucia, y hago como Billy y sus amigos. A veces te encontrabas algún muerto sentado en la barra. Después del velatorio traían a los muertos, los sentaban en la barra a beber. Cuando acababan, el camarero preguntaba:"¿Quién paga? Todos señalaban al muerto que estaba en la barra y se marchaban. Aunque a mi eso ya me lo hacen ahora "qué pague el muertu de Miner" De ahora en adelante nada de guantes. Del Gato con Botas paso a ser El Gato Pérez. "Se fuerza la maquina" y qué el polvo que deje, le guste hasta a los gusanos.